G A M E S. {Justin Bieber} #2 ©

{veinte}

«The game has come over and now our story started»
»Último capítulo«

Abrí mis ojos lentamente, parecía ser de día y era bastante bonito. El hueco de mi lado estaba vacío, por lo tanto Justin ya había despertado y estaría probablemente en el baño o en la cocina.

Bostecé y me tapé la cara con las manos. Estaba muerta de cansancio y parecía que a mi cuerpo no le apeteciera hacer nada, solo estar bajo las sábanas de la cama.

Uno... Dos... Dos y medio... Dos y un tercio... Tres. El primer intento de poner los pies en el suelo y levantarme de la cama fue fallido.
Volví a intentarlo, consiguiendo tocar el suelo, un buen progreso. Solamente faltaba ponerme de pie y caminar. Me costó lo suyo, pero después de cinco minutos mirando a la nada, me levanté y caminé como un zombi hacia el baño.

Justin no estaba allí, por lo tanto solo pude pensar en que estaría en la cocina y el salón.
Me acerqué al lavabo y lavé mi cara con agua fría, necesitaba despejarme para no estar todo el día con cara de sueño.

Me di cuenta de que tenía puesta mi ropa interior, cosa que me extrañó un poco ya que no recordaba haberme puesto algo encima, o haberme despertado después de que me dormí abrazada a Bieber mientras veíamos Crepúsculo.
Quizá fue él quien me vistió, vaya sigilo tuvo y también muchísimo cuidado para no despertarme.

Dejé de pensar en cómo terminé vestida con algo de ropa y comencé a lavar mis dientes. Hice mis necesidades y salí del cuarto de baño.
Me hice una coleta baja mientras iba de camino hacia la cocina y darle los buenos días a Justin, pero no había nadie.

Fruncí el ceño bastante extrañada. Normalmente siempre está por aquí cuando yo me despierto y no lo encuentro a mi lado en la cama.
Pensé en mandarle un mensaje y ver donde se encontraba.
Volví a la habitación y cogí mi móvil. Me metí a los mensajes y le escribí uno, el cual no respondió después de veinte minutos esperando una respuesta.

Estaba por enfadarme ya que no contestaba a mis mensajes ni llamadas, y me preocupaba que le hubiese podido pasar algo.
Me puse ropa encima y fui a prepararme algo de desayunar. Cuando estaba en la cocina, vi que alguien estaba subiendo al piso, ojalá fuese Justin, pero me llevé una pequeña decepción al ver a un chico con unas flores. Me acerqué.

—¿Eres Ameline, verdad?—, hablaba en español, por lo que pude entenderlo bien.

—Sí, soy yo—, me extrañaba todo esto. El chico me entregó las flores, quise pagarle, pero me dijo que ya estaban pagadas.

Cuando se fue, me acerqué a la isla y en el ramo busqué alguna nota, la cual encontré.
Era de color crema, con un lazo sosteniéndola cerrada y muy adorable. Tiré de la tira suavemente, para no romper nada, después lo dejé sobre la mesa y desplegué la carta.

»Quizá me odies por no responder a tus llamadas o mensajes cuando veas que no contestaré. No lo hagas, hoy te espera un día interesante y realmente hermoso. Si ya has desayunado, vístete y ve a esta dirección, de darán otra nota cuando terminen.
Te amo.-Justin«

Una sonrisa se dibujó sobre mis labios. ¿Estaba así de raro ayer por esto? Dios mío, es demasiado bonito y adorable.

Me decanté por ir a la habitación y cambiarme de ropa. Sabía a que lugar pertenecía esa dirección, era una peluquería a la que siempre que quería hacerme algo iba.

Me vestí con unos shorts algo rasgados y una camiseta de tirantes blanca.
Cogí las llaves de mi coche y bajé al aparcamiento, donde apreté un botón para desbloquear las puertas y poder pasar. Metí las llaves en el contacto y arranqué.
Salí de allí y miré de reojo la carta. ¿Qué estaría planeando Justin?