Cuatro

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—Vamos Sky! ¿Acaso te pesa el trasero? Hasta mi abuelita camina más rápido que tu.

Me gruñía mientras  me sostenía del brazo, se supone que yo vendría a ser algo parecido a un perro lazarillo, ya que su madre me había contado que a Rubén nunca le había gustado la idea de tener uno. Su madre me había dicho también que cuando él tenía la edad de diez años, su perro Tobías había sido atropellado frente a sus ojos. Entonces entendí el porqué de su resentimiento hacia los perros.

—Cállate si no quieres que te deje aquí mismo y me vuelva sola a la casa—

Le dije intentando calmarle los humos, era obvio que no lo iba a dejar, pero es que tres cuartas partes del día él las convertía en un martirio. En el fondo quiero creer que es un buen chico, hasta hay momentos en los que creo que es así, pero su malcriadez sale por sus poros.

Al estar un poco enfadada, termine estirándolo haciendo que sus pasos sean cortos, inseguros y hasta torpes, ya quería llegar al lugar acordado con su amigo para descubrir si Rubén tenía su lado menos irritante.

Llegamos a unas bancas, cerca del parque que estaba en el centro, Rubén me indico como era su amigo o bueno, como él lo recordaba, cabello oscuro, alto, algo regordete y llevaba lentes. Solo fue cuestión de unos minutos que ese tal regordete llego, debo admitir que parecía que tenía un humor mejor que al de Rubén, ya que desde lejos se le noto una grata sonrisa.

—Que taaal?

Dijo al sentarse al lado de Rubén, este lo saludo palmeándole la espalda, a mí… a mí solo me saludo con un ligero gesto al levantar y bajar su barbilla con una barba recién crecida.

—Bieen…supongo que debo presentarlo, Mangel, ella es mi…uhm…ya sabes “acompañante” Sky...—dijo haciendo las comillas—Sky, él es mi amigo Mangel.

—Un gusto conocerte, Sky.
Dijo él, yo solo respondí con un “igualmente” acompañado de una mueca.

—De acuerdo—Dijo Rubén levantándose— Vinimos aquí a divertirnos, no?

Mangel emitió una sonrisa y de su bolsillo saco un paquete de cigarros, pero… no eran los cigarros que todo el mundo conoce, nunca he consumido, pero sé reconocer cuando se trata de cigarros de marihuana.

—Esto es seguramente una broma verdad Rubén?

Le pregunte levantándome de golpe y quedándome frente a él pidiendo una buena explicación.

—Vamos! A que nunca has fumado uno?
Me repreguntó.

—Esto no lo voy a permitir! Si tú quieres hacer esto va a ser sin mi consentimiento! Yo me voy! Fíjate tu como mier.da volver a casa!

No deje que me respondiera y me fui, no es que sea una chapada a la antigua, pero esa escena me ha chocado, no creo que eso sería muy beneficiario para él, o quizás sí, pero eso me importa una reverenda mier.da.

Al regresar por el mismo camino, mientras tenía mis manos en los bolsillos, pensé que había sido una locura dejarlo allí solo, bueno solo no estaría pero igualmente, Isabela  me mataría si se enterase de lo que había hecho.

Retrocedi y rápidamente volví hacia el lugar donde lo había dejado, cuando llegue, mi corazón sintió un intenso puntazo, Rubén no estaba en el lugar en donde había dejado, miro por los  alrededores y logre encontrarlo, volví a respirar.

Me acerque a ellos y pude sentir el asqueroso olor de esa hierba, puedo jurar que ese olor no lo podría tolerar más de diez segundos.

Tome a Rubén del brazo y me lo lleve , sin importarme lo que podría llegar a decir su amigo, o lo que podría llegar a decirme él, mi trabajo es cuidarlo y no sería bueno perder el único trabajo que podría tener en este momento,.

—No pienso aguantar tus quejas Rubén, nos vamos a casa.

Le dije sin más, él no se atrevió a contestarme, solo camino en silencio, por primera vez sentí que tenía un poco de autoridad sobre él.

Sin darme cuenta, hice que se tropiece con un hueco que no había controlado en los pasos de él, Rubén cayó de rodillas haciendo que sus lentes volaran metros delante de él.

Desesperada, lo levanto y le sacudo los pantalones que estaban empavonados de polvo, se les había rasgado y se podía ver que de sus rodillas escurría un poco de sangre.

—Estoy perdida— pensé— Lo..Lo siento Rubén yo..Yo solo quería…

Decía torpemente mientras lo revisaba para ver si tenía alguna lastimadura más.

—No te preocupes, fue mi culpa, recuerda que soy una ciego inútil, lo siento por hacer de tu trabajo tan pesado, lo siento.

Algo en mi hizo que mi corazón sienta un escalofrió, como no pude controlar mi ira, ha sido mi culpa que le haya pasado esto.
Levanto sus lentes, los cuales estaban destruidos, los guardo en mi bolsa y por unos segundos observo su rostro, sus ojos, sus ojos grises y opacos me hacían estremecer. Pude notar un poco de amargura en ellos, como si fuera que gritaran en silencio.

—Va..Vamos?

Pregunte avergonzada dándole mi brazo.

Él no me contesto, solo lo tomo y terminamos de recorrer el trayecto faltante para llegar a casa.

(….)

—¿Dónde estaban ____? Hace horas he llegado y ustedes no estaban en casa!

Nos pregunto Isabela, era mi fin en esa casa.

—Sky me ha llevado un rato al parque, fue mi culpa llegar a este horario, perdón mamá.

Rubén me había salvado.

—Hijo, ¿Tus lentes?
Le pregunto extrañada. Comencé a sentir una adrenalina por miedo a que Rubén diga lo que realmente paso.

—Ehh..Sky los tiene en su bolso, le dije que si me los podía guardar…

Me excuso, la madre solo asintió y nos dejo pasar luego de esa incomoda sesión de preguntas.

— Lleva a Rubén a bañarse , en unas horas vengan a cenar!
Me indico Isabela.

Obedecí y lleve a Rubén al baño para que se duchara, supongo que una buena ducha de agua fría le quite aunque sea un poco de ese particular olor.

—Vamos Rubius, a ver si te quitas un poco esa cosa , si tu madre se entera…

—Tranquila, yo no he fumado de esa cosa, ¿Piensas que en mi condición sería bueno para mi? Quedate tranquila que nunca he probado de eso.

Me interrumpió, ¿Cómo creerle? Su voz sonaba con mucha seguridad, pero no debo olvidar que él es un buen mentiroso.
Decidí dejar de lado esa pequeña discusión y lo ayudé a desvestirse, al quitarle la camiseta, pude notar que sus antebrazos estaban con raspones. Vaya que la caída ha sido dura.

Lo deje solo podría bañarse con tranquilidad, mientras yo estaría buscando algo de ropa en sus cajoneras.

Cuando estaba buscando una camiseta, pude ver que  sobre su mesa de noche, había un foto enmarcada, era él y lo que al parecer, su novia.

—Sky! Mi ropa..

Dijo Rubén apareciendo por el marco de la puerta.

Giro rápidamente para prestarle atención y para mi sorpresa, Rubén se encontraba totalmente desnudo.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2015 ⏰

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