Capítulo 47 Revelación

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Más salseo. Voten y comenten :)

Paula
Cuando suena el timbre me levanto temblorosa, mis manos sudan y siento mi corazón latiendo bajo mi piel.
Volteo a ver a mi Madre y ella asiente. Está tan nerviosa como yo. Siempre temió de este momento.
Camino indecisa hacia la puerta, no sé qué quiero encontrar, no sé si de verdad quiero conocerlo, llevo diecisiete años sin él, seguro puedo vivir así.
Pero ya hice demasiado drama como para echarme atrás.
Además estoy harta de secretos.
Una pregunta se arremolina en mi mente más fuerte que las demás. ¿Lo he visto antes?
Mi mano se posa en la perilla, ya no hay marcha atrás, es momento de conocer la verdad.
La giro con decisión y abro lentamente.
Casi me caigo al ver al hombre en el umbral.
Cómo no lo sospeché antes, los ojos cafés, la piel clara, el cabello muy oscuro.
-Hola Paula -dice con esa voz tan familiar y extrañamente reconfortante.
-Hola, Marcus.
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-¿Puedo pasar?
No tengo palabras, asiento y abro por completo la puerta.
Mi Madre lo ve sin expresión en el rostro.
-Toma asiento Marcus- le dice.
Él se sienta en el sillón, al lado de mi Madre.
-Ahora cuentenme todo. Todo lo que me han ocultado. Hasta el más mínimo secreto.
-Tómatelo con calma, por favor.
Asiento. Mis manos no dejan de agitarse violentamente.
-¿Cómo se conocieron?
Mi Madre habla.
-Marcus trabajaba con mi Padre, en el Hípico, cuidaba a los caballos de mi familia. Cuando lo conocí me pareció muy trabajador, y era lindo conmigo.
»Mi Padre me prohibió verlo, no era de nuestra clase económica, pero eso no me importó. Yo era muy ingenua, creí todo lo que me dijo. Nadie me advirtió que los hombres engañaban, mentían, traicionaban.
-Dejame contarle todo, desde el principio. Mi historia.
Yo asiento.
-Yo nací y crecí en Italia -casi me da un paro cardíaco al escuchar eso- Mi familia era muy pobre, mi Padre murió joven, crecí con mis hermanos Margott y Albert, yo era el mayor. Cumplí quince años y busqué trabajo, un hombre me propuso trabajar para él, se llamaba... Enrico. Enrico Romanetti.
Mi corazón da un vuelco. No puede ser mas que el Padre de Zayn. Demian, quiero decir.
-Era muy adinerado, exageradamente. Yo no sabía por qué. Pero acepté el trabajo, me fui con él y comencé a ganar mucho dinero, le mandaba a mi familia y ahorraba considerablemente. Era muy peligroso, nunca me enteré de sus negocios, exactamente. Pero huían mucho, luego se desaparecían un tiempo y volvían. La casa era un lujo, era oscura, grande y temerosa, parecía que las paredes estuvieran vivas. También tenía muchos mas empleados, mucamas, mayordomos, chóferes...
»Tenia socios igual de adinerados, siempre usaban traje y las juntas duraban horas y horas. No podías molestarlos o te echaban a la calle. La casa estaba justo en medio de un vasto bosque, recuerdo que una vez caminé por tres horas y llegué a la reja principal, donde tendría que caminar otros cincuenta kilómetros para llegar a la carretera, todo lo demás era de su propiedad .
»Trabajé ahí por cinco años, junté mucho dinero, en esa casa diariamente entraban millones de euros.
»A los veinte salí de Italia en busca del sueño americano, le había pagado estudios a mis hermanos y casa a mi santa Madre. Llegué a Pensilvana y encontré trabajo con el Señor Montreal, tu abuelo.
-Es aquí donde entro yo-interrumpe mi Madre- Yo siempre tuve dinero, crecí siendo la más pequeña, mi hermana Ruby se había casado muy joven, mi hermana Alicia se dedicó a estudiar medicina, y mis padres querían que yo me quedara a cuidarlos y hacerme cargo del Centro Ecuestre. Era mi sueño, una vida tranquila, me casaría y cuidaría a los niños.
»Cuando Marcus DuCraine llego a trabajar ahí, formamos lazos rápidamente, mi Padre me prohibía verlo, él no podría mantenerme. Yo no le hice caso y decidí casarme con él.
»Nadie de mi familia fue a la boda, mi Padre me desheredó y me excluyó del testamento, nadie me volvió a hablar. Pero yo era feliz con Marcus.
»Como no teníamos dinero, él dijo que si íbamos a Italia su jefe lo contrataría otra vez y nos dejaría vivir ahí. Convencimos a Elisa, una amiga mía, que viniera con nosotros a trabajar por mucho dinero.
-¿Hablas de la Mamá de Alina?- interrumpo.
Ella asiente.
-Nos fuimos y conocí al mencionado Señor Romanetti, era muy elegante, y sumamente inteligente. Su esposa era muy hermosa, él decía que era una auténtica italiana.
»Tenían dos gemelos muy bonitos, uno se parecía a ella y otro a él.
Julien y Demian, pienso.
-Entonces nosotros...
Se traba y parece que no puede continuar, me mira mientras le tiembla la mandíbula.
-Aquí es donde te revelamos otra cosa.
Me preparo para el duro golpe. Más sorpresas.
Ambos se miran con culpa.
Pero Marcus habla.
-Tienes un hermano.

El hombre de mis sueños- Z.M Romanetti 1 #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora