Me desperté con el sonido de la lluvia, era media noche y no podía dormir, luego de unos minutos mi celular sonó.
¿Estas despierto?
Si, tú también.
El insomnio me estaba matando.
¿Puedo ir a tu casa?
No estoy en casa.
¿Y dónde estás entonces?
Abre la ventana.
De un salto salí de mi cama y abrí la ventana estabas con abrigo, guantes, bufanda y un paraguas.
- ¿¡Pero que...!?-Cerraste el paraguas y subiste por la escalera que estaba apoyada en la pared. Ya adentro te quitaste el abrigo y de una pequeña mochila sacaste una caja. - ¿Qué te hace pensar que te puedes colar en mi habitación a media noche?
-Donas.
-En ese caso...
- ¿Puedo usar tu sofá cama?
-Adelante.
-Gracias, también usare tu baño, no te las comas todas.
-Claro.
Me recosté en mi cama y comí dos donas, prepare el sofá cama y me acosté nuevamente.
-Buenas noches. -Me dijiste antes de entrar en las sabanas, apague la lámpara de la mesa de noche. Pero antes de que me quedara dormido la cama se abrió y te acomodaste. - ¿Me abrazarías?
-Hasta que te duermas.
Te acomodaste en mi pecho, y tu respiración se volvió pacífica y constante, te dormiste a mi lado.
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La de trenza y liston.
Short Story"Él la quiso desde el principio, siempre, a ella, a su trenza y a su listón".