C I N C O

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Al día siguiente no fuiste a la escuela.

Me preocupe.

Tampoco te sentaste en la mesa del fondo de la biblioteca.

-West, ¿podrías acomodar estos libros en los estantes del fondo?- Me pregunto Olivia.

-Claro. - Tome un carrito con algunos libros y me fui a la zona infantil.

Y ahí estabas.

Si. ¡Ahí estabas!

Mis labios se curvaron en una sonrrisa. Yo estaba al principio del pasillo y tú en el suelo apoyada en los estantes con los infaltables audífonos y las piernas una sobre la otra con tus converse. Y tenías un libro infantil en la mano.

Pero vi ojeras y luego una lagrima salir.

Mi corazón se partió.

Note el esmalte azul oscuro en tus uñas. Y tus delgados dedos limpiando una de tus lágrimas.

Dejaste el libro en el suelo, tomaste tú mochila, la colgaste sobre tu hombro derecho. Me miraste. Te mire. Estabas triste.

Pasaste a mi lado con la cabeza baja. Triste. Y no hice nada.

Que estúpido, West.



La de trenza y liston.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt