Suspiró pensando en ella mientras tocaba las hojas de su libreta, luego saltó de su silla asustado. Sabía que algo se estaba olvidando por lo tanto corrió hacia su computadora para revisar entre sus archivos. Allí estaba su calendario, escaneó con sus ojos la fecha que tanto deseaba.

Casi lo había olvidado, el cumpleaños de Amanda era mañana, maldijo no tener un teléfono para recordar las fechas importantes. Pero luego recordó lo que le había sucedido a su antiguo teléfono, el cual su madre le había confiscado como castigo a no querer salir de la casa.

Comenzó a sentirse incómodo y desordenó su cabello extrañado, podía jurar que alguien lo estaba observando pero se quitó rápidamente ese pensamiento de la cabeza. Deseaba con todo su corazón regalarle algo a Amanda pero también tenía pánico de lo que ella pensara de él. Por lo tanto, al imaginar una Amanda asustada mientras pedía a gritos que se aleje de ella, decidió posponer su regalo.

— William, a las cuatro tienes turno con el doctor —habló su madre detrás de la puerta—, recomiendo que te cambies.

— Bueno, ahora me visto —contestó el joven estirándose en su silla— que el mundo se prepare para tanta belleza, por que William Smith saldrá a conquistar chicas.

Se rió de su propio chiste, mientras cerraba las cortinas de su ventana, sin antes mirar hacia el cuarto de Amanda pero este se encontraba cerrado. Tenía turno con el psiquiatra, sabía perfectamente que antes de ir debía tomar las pastillas que le había recetado el doctor o este se enojaría gravemente.

...

Pasadas las tres de la tarde, Amanda se encontraba haciendo la tarea en su cuarto. Ella golpeaba el bolígrafo en el escritorio totalmente aburrida. Revisó su teléfono, pero no tenia ninguna llamada de sus amigas, ni de Dane el capitán del equipo de fútbol.

Volvió a mirar fijamente su hoja en blanco, debía entregar ese proyecto antes de que termine el mes pero estaba segura de que no lo lograría. Amanda sabia que reprobaría Filosofía este año pero todavía temía admitirlo. Su hermano mellizo Logan, quién había sido siempre un chico aplicado no se ofreció a ayudarla y estaba muy ofendida al respecto.

Alguien gritó afuera de su casa, haciendo que Amanda acerque su rostro a la ventana, allí vio a una mujer rubia bastante coqueta sentada en un Fiat 500 color amarillo. Esta observaba con enojo la casa que se encontraba a su lado y la muchacha supo que esperaba a alguien.

De pronto, un joven de cabello blanco salió de allí junto a una niña de diez años, quien tenia una Barbie en las manos, los dos estaban de la mano. Pero el muchacho cubrió su rostro con una gorra y a Amanda le sorprendió lo guapo que era. Tuvo el leve presentimiento de haberlo visto alguna vez, pensó que tal vez habrá estado en una de las fiestas de Barbara, su mejor amiga.

— ¿Que haces, querida hermanita? —preguntó Logan detrás de ella, con las manos en los bolsillos.

Amanda saltó asustada, se había quedado embobada observando a su nuevo vecino ya que le parecía extraño nunca haberlo visto pero recordarlo de algún lado. Admitía que no tenia buena memoria al contrario, de su hermano Logan. A pesar de vestirse como si estuviera preparado para tomar el té con la reina de Inglaterra en cualquier momento.

— Sólo estaba mirando la casa de enfrente —se excusó Amanda tocando su cabello despeinado—, ¿sabias que teníamos nuevos vecinos?

— Por dios, hermanita que despistada eres —rió Logan cruzándose de brazos—, ellos viven aquí desde hace cinco años, mas o menos. Deberías dejar de vivir en esa pequeña burbuja llamada ¨popularidad¨para adentrarte en el mundo real.

Amanda se sentía avergonzada, él tenia mucha razón, desde que comenzó a juntarse con las chicas mas populares de la secundaria Welintoll había olvidado de donde provenía. Sabia que ella no era como todas esas chicas rubias y esculturales pero intentaba encajar. También sabia que no había ganado ese titulo de reina solo por ser amigable con todos, era algo mas.

Comprendió que Logan era una de las pocas personas que la entendía ademas de su padre, sabia perfectamente que el estilo de vida de su amiga Barbara no se complementaba al de ella.

— Tienes razón —admitió Amanda—, odio admitirlo pero mi tonto hermano tiene razón, me he comportado como otra persona estos últimos meses. Ni siquiera disfruté haber ganado esa corona.

— ¡Aleluya! —gritó Logan con una gran sonrisa— ¿esto merece un buen festejo no crees, que te parece que invite a Dominik para celebrar? Era tu amigo...

La chica pensó en lo mucho que extrañaba a Dominik y a su raro sentido del humor, solían ser mejores amigos cuando eran niños pero desde que conoció a Barbara se separaron el uno del otro. Desde ese momento, ellos no se dirigen la palabra, pero Amanda todavía tenia esperanzas de seguir manteniendo una amistad con él.

— Hay chocolate en el refrigerador, puedes agarrar uno cuando quieras —sugirió Logan con una amplia sonrisa—, estaré abajo preparando la cena.

— Voy en un segundo.

En cuanto su hermano desapareció por la puerta, Amanda corrió hacia la ventana para cerciorar si el joven de cabello blanco seguía allí, para su suerte el auto seguía estacionado en la acera y le pareció muy tierno observar como él acomodaba su gorra dentro del auto. Pero había algo que la chica nunca vio venir, la mirada de William sobre ella antes de que el auto arrancara.

Amanda podía sentir el miedo y la sorpresa en sus ojos cuando sus miradas chocaron, ellos sintieron que duró una eternidad cuando apenas solo fue unos segundos para el resto del mundo. Pero de algo William ahora estaba seguro, él ya no era alguien inexistente para ella y eso lo emocionó mas de lo que esperaba.

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¿Que les pareció el primer capitulo? Dejen su opinión en los comentarios, lo apreciaría mucho :D



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