Pierrot.

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Ésta es la segunda parte de un one-shot con el mismo título. El ganador del concurso fue Delic, al que se lo dedico por ello ¡Muchísimas gracias! Cambié levemente tu final (perdón) pero creo que éste te va a gustar un poquitiiiito más -mentira-, y si no te gusta, lo cambio y ya.

Harry se siente inmediatamente hundido en la desesperación mientras Draco se aleja. La voz no le sale, el cuerpo permanece inmóvil en la parte detrás de la camioneta. Su respiración se acelera, y el movimiento de estómago es lo único que le da señales de no estar bajo un hechizo Petrificus Totalus. La cabellera rubia se aleja, se aleja...

Y siente como si su corazón se hubiera roto en mil pedazos, y que Draco se llevó un pedazo, sonriéndole con sorna porque nunca más va a poder volver a completarlo. Porque se mostró como realmente era, no como los demás -como Malfoy- creen que es. Y todo resultó siendo un desastre, tal y como lo esperaba, pero por ser terco no escuchó a aquella vocecita de su conciencia.

Hasta que el Slytherin desaparece de su campo de visión Harry se mantiene en ese estado.

No puede hacer otra cosa a irse a su carpa, acostarse en su cama y esperar el primero de septiembre, sabiendo que Draco Malfoy lo odiaría más que nunca. Eso mismo es lo que se digna hacer.


Al día siguiente, el pierrot despierta por un escándalo ahí afuera. Así que trata de ponerse lo más presentable que puede y sale.

-Te han robado el puesto, enano -Le dice un malabarista.

Harry le mira con extrañeza ¿Pasó tanto en una noche? Recuerda de golpe todo lo sucedido en el último show y vuelve a sentir esa presión en la garganta, como si alguien le estuviera ahorcando con intensiones de acabar con su vida. Y ojalá fuera así, pero no. Tan sólo es si mismo, un efecto psicológico.

En vez de tratar de concentrarse tanto en lo que pasó con Malfoy, trata de centrarse en las palabras que le había dicho Bryan, el malabarista malhumorado. Busca donde está el revuelo, encontrándose con la sorpresa de que estaba en la carpa del espectáculo. Estaba cansado psicológicamente, y como no había dormido muy bien aquella noche pensando en Malfoy, también físicamente.

Entra a la carpa, encontrándose, primero, a todo el elenco del circo amontonado por ver un no-sé-qué. Los empuja como puede, para ver a un chico con una máscara de pierrot parecida a la suya, caminando en la cuerda floja con facilidad, haciendo trucos que nunca había visto antes. Los celos le llenan por completo, pero aumentan al notar como el dueño del circo se reía, aplaudía y vitoreaba al chico nuevo junto a los demás espectadores. Se acomodó los lentes y negó con la cabeza, y cuando se disponía a irse, el pierrot estaba justo tras de él, extendiéndole la mano.

Todos estaban viendo hacia ellos, expectantes de la nueva maravilla que el nuevo podría hacer, y Harry se sonroja de vergüenza. Toma la mano del pierrot con desgano, y con más ganas de irse a su propia carpa y de encerrarse ahí que de ser burla de todos. Sus piernas apenas responden mientras le dirige hacia el centro del escenario.

Le pide que se mantenga quieto en un punto, y da vueltas alrededor de Harry. Niega con la cabeza, como si fuera algo sin remedio y la gente ríe, y puede jurar haber escuchado una tierna risa amortiguada por la máscara.

Harry niega de la cabeza y se va, enojado por ser humillado en ese infierno. El pierrot se queda allí, haciendo reír y riendo junto a la que va a ser su nueva familia, por más destruida y mala que sea.

-¿Cómo te llamas? -Pregunta alguien mientras Harry mira a las estrellas acostado, lejos del circo y las luces.

Se levanta y encuentra a el pierrot nuevo, que lo había sustituido ese día en el escenario. Había escuchado carcajadas desde donde estaba, y se tuvo que morder la lengua para no hacer algo estúpido como hechizar la carpa para que se venga abajo.

Drarry OneShots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora