XIII

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Al día siguiente Arizona había vuelto a sus conjuntos oscuros que la mantenían cubierta y a salvo del mundo, como una armadura.

Ella siempre había sido tímida e introvertida pero su falta de seguridad en ella había ido creciendo con el paso de los años y ahora era incapaz de quitarse ese peso de encima. Quería sonreír más a menudo y hablar con toda la gente que le caía bien en vez de quedarse sola con el móvil en la mano fingiendo hacer algo. Solo tenía a su mejor amiga Izzy y a varias personas más pero siempre porque la habían conocido cuando era pequeña, no había ganado amigos con el paso del tiempo, en todo caso los había perdido.

—¿Seguro que no quieres venirte conmigo en el autobús? —Insistió su amiga.

—Quiero volver andando —Porque la animaba y porque quería hablar con el chico del semáforo del que no había hablado con nadie.

—Está bien.

Media hora más tarde de aquella conversación, Arizona se encontraba en el semáforo de siempre, pero el chico no apareció y ella cayó en la cuenta de lo rápido que había dado por supuesto que lo vería todos los días.

Un tanto desanimada echó a andar con el semáforo ya en verde y se convenció a sí misma de que aquello no le importaba, la ausencia de un extraño no debía dejarle el vacío que le había dejado.

5Where stories live. Discover now