—¿Quieres ir a las montañas? —pregunta. Las montañas, son tan bellas, dan una vista a toda la ciudad espectacular. Asiento sin pensar, estoy muy segura de ir. Además a nadie le molestará que Daniel me lleve—. Muy bien, iremos en la noche, cuando tu papá y mi tía ya se hayan dormido.

Me quedo mirándolo dudosa, estoy segura que tengo un signo de interrogación en la frente.

—Así podremos ver la vista de la ciudad en la noche, Phoenix de noche es genial —continúa diciendo—. Además no creo que nos dejen ir si vamos de noche, hay que escabullirnos ¿te parece?

—Muy bien, te aviso cuando mi papá se duerma.

—Bien —dice y me estremezco ante la idea de pasar tiempo con Daniel, en la noche, solos.

Paso mis mañanas yendo a su lado mientras vamos a la escuela, pero es difícil, ya que si no fuera por lo que yo siento hacia él me impidiera comportarme como una chica normal. Llegué aquí como una chica segura —bueno, no del todo—, y ahora estoy atrapada en un revoltijo de sentimientos hacia el chico con quien compartí gran parte de mi infancia. Lo cual me hace una chica totalmente insegura. ¿Dónde quedó la chica ingeniosa y atrevida? De seguro Daniel se la comió.

Tomo un mechón de mi cabello y le doy vuelta en mi dedo índice haciendo una pequeña onda. Con el paso del tiempo mi cabello ha comenzado a crecer pero gracias a Kate y sus cuidados de «usa crema para peinar» «lávate el cabello con agua fría» «usa acondicionador» y más frases que por hoy no quiero recordar.

La gran familia se sienta a comer y ¿por qué no? Claro que yo también lo hago. Me siento a lado de Selene con mi plato de comida en mano. Ella está recargada sobre el muro que divide el patio de mi abuela al de su vecino.

—Hey —dice cuando me recargo a su lado.

—¿No quieres una silla? —Pregunto, frunciendo el ceño—. Porque ahora mismo hago que Nolan o Ethan se paren de sus asientos para traerte una silla.

Selene ríe negando con la cabeza. Es increíble que papá ya haya encontrado a alguien con quién pasar el resto de su vida. Bueno, se supone que esa era mamá pero no siempre las cosas pasan como las planeas. Me agrada Selene, siempre lo diré, ella es como esa amiga mayor que siempre estará para darme un buen consejo. Porque lo que respecta a mis amigas, no son muy maduras que digamos... Tanto que solo apuestan sobre mí y mis avances con Daniel. Perras.

—¿Cómo estás? —pregunta, luego se lleva una papa frita a la boca. Yo bebo de mi agua y arrugo la nariz.

—Bien, supongo —me limito a decir.

—Esa expresión tuya dice todo lo contrario. —Pasa su dedo índice por mi nariz y yo deshago mi gesto.

—Bueno, no han sido mis mejores días, pero estoy bien.

Asiente y seguimos comiendo en silencio. Selene es una mujer joven aún. No he averiguado mucho de su vida privada, aunque si yo fuese otro tipo de chica ya habría hasta investigado su tipo de sangre y si tiene antecedentes penales.

—Ellie —oigo su voz sacándome de mis pensamientos.

—Uh.

—Tú... Eh... ¿Estás de acuerdo en que viva con ustedes? —Bueno nunca me pidieron ninguna opinión así que no puedo decir nada al respecto.

—Sí, estoy de acuerdo. Me agradas, Selene, y yo daría lo que fuera para que mis padres fueran felices, así que no lastimes a papá. Ya sabes, vivo solo a unos metros de distancia y creo que es suficiente para poder ir hacia ti para darte un buen merecido si lastimas a papá, además de que espero que no lo hagas, sé que él te ama.

Sueños secretos [COMPLETA]Where stories live. Discover now