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JULIA

–Entiendo.

Gabriel se dio la vuelta y abandono la cocina.

Mi mirada se posó en el suelo unos segundos. Cuando levante la vista vi que Justin estaba apoyado en el marco de la puerta, observándome en absoluto silencio. ¿Cuánto escucho? ¿Acaso...nos vio? Oh, no. Hice una mueca sin poder evitarlo. Lo último que quería era que mal interpretara las cosas.

Justin entro en la cocina y me rodeo los hombros con su brazo al darse cuenta que estaba temblando. No tenía frio ni nada de eso, pero, estaba bastante preocupada. Quería que las cosas fueran más fáciles, algo un poco más normal.

– ¿Qué tanto escuchaste? –pregunte mortificada por toda esta situación.

– ¿Eso importa?

Bufe, empuje mis manos sobre el mármol y me di vuelta para mirarle.

–Claro que importa. Gabriel y yo...

–Julia, no me importa lo que hayan tenido Gabriel y tú. –interrumpió casi aburrido. –Nena, no voy a pasarme la vida entera preocupado por ustedes. Lo siento.

Arquee una ceja. En realidad esperaba algún tipo de escándalo o algo parecido.

–Mira. –dijo soltando un largo suspiro. Tiro la cabeza hacia atrás y respiro hondo. –Sabía a donde me estaba metiendo el día que empezamos a salir, que tu madre prefiere a Gabriel y que tu relación con Gabriel es muy complicada. –bajo la cabeza y me miro. –Pero, quiero disfrutar todo lo que pueda contigo mientras descubres lo que te pasa conmigo. ¿Si? No voy a desperdiciar esto por mis miedos o preocupaciones de que un día quieras regresar con Gabriel. Me gustas, mis sentimientos por ti son fuertes y no deseo otra cosa que estar contigo.

Mi relación con Gabriel era tan complicada como frustrante. Por alguna razón no podíamos mantenernos separados. Cada vez que lo veía deseaba que me notara pero a la vez quería que los dos pudiéramos olvidarnos del otro. Gabriel representaba el mayor peligro para mi salud mental y a la vez era todo lo que más quería en mi vida. Cuando pensaba en los momentos más felices en Greenstown solo me venía su cara a mi mente, pero, también pasaba cuando pensaba en los días más tristes.

Solo quiero superar esto que siento para que deje de doler.

Pase un mechón detrás de la oreja. Por el otro lado estaba Justin.

Justin parecía ser alguien que sabía perfectamente lo que quería en la vida. Y por alguna razón me quería en su vida. Era el chico que me hacía bien aunque eso no fuera reciproco. Él me quería, me cuidaba y se preocupaba por hacerme feliz. Pero aunque me esforzara no podía sentirme completa cuando estábamos juntos. Una parte de mí no se sentía cómoda y se preguntaba si era la decisión correcta. ¿Y si lo lastimaba? ¿Y si era egoísta?

¿Por qué no podía amarlo? ¿Por qué?

– ¿Por qué te gusto? No entiendo...

Ahueco mi cara con las dos manos, tiro de mi cabeza y me dio un beso.

–Porque me gusta mucho quien eres. Eres la chica más dulce y molesta que conocí en toda mi vida.

–Sí, pero...

–No hay peros.

Me volvió a besar para callarme. Subí mis manos por sus brazos, las deje en sus antebrazos y le correspondí, dejándome llevar lentamente. Justin ladeo la cabeza a un lado, lamiendo mi labio y entreabrí la boca para dejarle paso. Nuestras lenguas se encontraron y se unieron en una guerra casi que diría por el control. De repente, me levanto sobre la mesa y me beso con más intensidad. Rodee su cuello con un brazo, puse mi mano en su cabello fuego y lo aproxime más a mí. Justin tenía una manera de besarme que se me subía fácil a la cabeza y ya no sabía lo siguiente.

TatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora