Genei Ryodan, la araña está viva - Hunter X Hunter (Fanfic)

Extra - Shizuku

El planeta Tierra está llena de vida inteligente pero algunas personas dedican su vida a destrozarla. Guerras, contaminación, pobreza, hambre, enfermedades, todo creado por la codicia del ser humano. Pese a ello, se dice que por cada una de estas personas existe otra que ayuda al planeta. Sin embargo, desde la Revolución Industrial han abundado más las personas que matan lentamente nuestro planeta. Como consecuencia, los países ricos aumentaban su calidad de vida, mientras que los pobres se hacían aún más pobres. Uno de los países más afectados por la pobreza es Ciudad Meteoro, un claro ejemplo de la crueldad humana.

En la actualidad todavía existen personas altruístas y bondadosas que luchan por los derechos del prójimo. Los más concienciados incluso van a este país a ayudar a los más necesitados. Cierta asociación eclesiástica llamada "Los cruzados de San Pedro" organizó una campaña de apoyo dirigida a ayudar a la gente de Ciudad Meteoro, e incluso planearon enviar a sus debotos más caritativos.

*6 años antes de lo ocurrido en York Shin*

—Hijos míos, gracias por venir a la parroquia el día de hoy. Os hemos convocado con motivo de las fiestas de Navidad de este año. Hemos recibido una gran cantidad de donaciones y alimentos para la gente de Ciudad Meteoro. Tenemos desde juguetes para los niños, hasta medicinas para los moribundos. Pero como sabéis, Ciudad Meteoro tiene una ley muy estricta con respecto a los extranjeros. Todo el que entre no podrá comunicarse con el exterior y deberá respetar sus leyes bajo pena de cárcel. Si queremos entregar todo el material tendremos que hacerlo en barco y personalmente —proclamó el Obispo de aquella compañía.

—Pero Padre, incluso cumpliendo estas condiciones necesitaremos una autorización de nuestro país para ir hasta allí. Si llega a pasarnos algo en ese país, ningún otro país podría ayudarnos —dijo quejándose uno de los parroquianos.

—Me temo que tienes razón hijo mío. Por eso hemos reunido fondos para contratar a dos Hunters profesionales. Al tener su licencia pueden entrar y salir de este país cuando quieran sin dar explicaciones ni rellenar papeleo. Además, se encargarán de protejeros en todo momento hasta que se acaben las fiestas navideñas. Dicho esto, pasad estos formularios y rellenadlo los que queráis ir. Hija mía, espero que con el don que tienes te apuntes y vayas hasta Ciudad Meteoro.

—Por supuesto Padre —dijo una joven de gafas redondas.

Pasadas dos semanas, el número de voluntarios fue de 18 personas sin contar a los dos Hunters. Éstos dos se presentarían en el puerto el día en que fuesen a zarpar. Cuando llegó el día, toda la Iglesia se presentó para ayudar a subir el material al barco.

—Padre, ¿cuándo llegarán los Hunters? Estamos a punto de terminar de subir las cosas y aún no aparecen —dijo la joven de gafas.

—Puede que ya estén aquí. Cuando les hice la entrevista noté que eran bastante peculiares. Mi viejo amigo Netero me dijo que la mayoría de los Hunters son así. Pensé que exageraba pero ya veo que me equivocaba.

Tras terminar de subir todo al barco, los Hunters profesionales aparecieron y se presentaron ante las 18 personas que tenían que proteger.

—¡Buenas tardes amigos! ¡Estoy contento de estar aquí con todos ustedes! ¡Por favor, tratenme con gentileza! —dijo un chico joven de pelo moreno y gafas.

—No seas tan ruidoso Shinpachi. Perdonadle, es que aún es un novato. Encantado de conoceros, me llamo Otose —dijo una mujer de avanzada edad mientras fumaba un cigarrillo.

—S-Sí. Hijos míos, estos Hunters se encargarán de que vuestra misión se lleve a cabo con éxito. Por favor, tened cuidado —dijo el Obispo.

Antes de zarpar, el Obispo llamó a la chica de gafas para hablar con él.