Al finalizar la comida tenemos dos horas libres hasta la siguiente clase, así que me dedico a fingir que estoy mirando como juegan los chicos a fútbol.

Pasadas estas dos horas entro a clases, y ya me empiezo a poner nerviosa. En dos horas hablaré con Marc.

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Suena el timbre que anuncia el final de un día más de aguantar a profesores aburridos y personas estúpidas en este lugar llamado instituto. Noto los nervios por todo mi cuerpo. Voy a empezar el plan que llevaré a cabo para hablar, a solas, con Marc. Espero un par de minutos, más o menos hasta que prácticamente todos se han ido, para salir de el aula.
Voy a mi taquilla, dejo todo lo que no necesito y cojo el resto de cosas.
Me dirijo hacia el vacío pasillo por el que se va a la biblioteca. Estoy segura que estará allí.

Espero unos minutos hasta que le veo aparecer. Va como siempre, su típica ropa cómoda con sus Adidas y su inseparable gorro azul. Esa era una característica muy particular de él. Siempre, incluso cuando le conocí, va con su gorro de lana azul. No sé si es que tiene mil iguales o algo por el estilo. Me levanto, inhalo y exhalo para bajar un poco el ritmo de mi corazón que en estos momentos parece que va a cien mil por hora. Me acerco silenciosamente hacia él, no me ha visto aún.

«Vamos Jessica, tú puedes.»

Le doy un toque suave en el hombro, pero lo suficiente para que lo note y se gire. Tiene una expresión bastante sorprendida.

—H-Hola– digo a punto de sonrojarme. Y aquí vuelve la Jessica del pasado.

—¿Hola?– me contesta confundido.

—Me gustaría hablar contigo– lo digo bastante segura, así que me doy cuenta que la Jess del pasado ha vuelto a desaparecer por ahora.

—Lo estás haciendo– me contesta con un tono neutro.

—En un lugar más privado, a poder ser.

Caminamos hacia una clase vacía en estos momentos. El se sienta en uno de los pupitres mientras yo me quedo de pie mirándole.

—¿Y bien? Qué es lo que quieres Jessica.– dice él.

—Te acuerdas de mí– susurro más para mí misma que para él.

—¿Cómo no hacerlo? Fuiste la primera chica "no nerd" que me había hablado en toda mi vida. Además, ahora que eres popular creo que no hay nadie que no te conozca– dice encogiéndose de hombros.

—Tengo que decirte algo– le digo haciendo caso omiso a lo que me acaba de decir.

—Adelante

—Mira, esto te va a sonar muy raro. Y aún más teniendo en cuenta que llevo casi dos años sin hablarte, y así como tu te acuerdas de mí yo también me he acordado de ti durante todo este tiempo. Sólo que de una manera un tanto distinta– paro para tomar aire y hacer un rápido esquema mental de lo que le voy a decir. Aunque antes me lo sabía de memoria en estos momentos no me acuerdo de nada de lo que había pensado antes.– Me gustas, me gustas desde hace ya bastante tiempo. La verdad es que desde que te conocí hubo algo en ti que me llamó la atención. Y no lo sé, hace un tiempo conocí alguien muy cercano tuyo que hoy en día me ha ayudado muchísimo con esto. Y con solo ver como esa persona hablaba de ti y de como eras me empezaste a gustar. Raro, ¿no?– por fin había sacado todo lo que tenía dentro y se lo había dicho. Cierro los ojos con fuerza, tengo miedo de su reacción.

Él se queda callado por lo que me parecen horas, hasta que por fin dice algo.

—¿Me estás tomando el pelo? ¿Esperas que después de dos años me trague esto? Llevas dos años, DOS PUTOS AÑOS SIN HABLARME JESSICA. Tampoco es como si antes tuviéramos relación, nisiquiera hablamos más desde ese día. Pensaba que me habías olvidado, como casi todo el mundo hace. Y no siento nunca atracción por ti, no me gustan las chicas plásticas como tus amigas y tú.

Sinceramente esa no era la respuesta que esperaba, pero... ¿Qué era lo que esperaba que dijera exactamente? ¿De verdad pensaba que de la nada él me diría que también está enamorado de mi? Eso solo pasa en las novelas.

Siento mi corazón romperse en mil pedazos, es como si alguien me hubiera disparado y estuviera sintiendo el dolor por todo mi cuerpo. Pero él no tiene la culpa, la tengo yo por ser una ilusa. Noto como la vista se me va nublando a causa de las lágrimas.

—L-lo siento, tienes r-razón. Siento h-haberte molestado.

Es lo único que consigo decir antes de salir corriendo de ese lugar directo al aparcamiento donde está mi coche para ir directo a casa. Lo que ha dicho es cierto, pero al menos me esperaba que no fuera tan duro conmigo.

Al llegar al aparcamiento veo a Alberto esperándome dentro de mi coche, al verme llorando veo que quiere preguntarme qué ha pasado. Le miro y niego con la cabeza, dándole a entender que no quiero hablar de ello. Entro al asiento de copiloto y él enciende el coche para ir directos a casa.

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¡Hola babes! ¿Qué tal estáis? Ya está aqui el tercer capítulo, sé que he tardado bastante en subirlo y lo siento :c
Ya sabéis, si os ha gustado votad y comentad. With love, Val<3

Enamorando al ¿nerd?Where stories live. Discover now