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Narradora.

Una guerra. Eso es lo que es. Una guerra entre vampiros y licántropos.
Dalia termina su transformación pero al instante Lilith se abalanza sobre ella. Esta, mueve sus alas tomando vuelo, haciendo que salgan disparadas por la ventana. Lilith alza sus alas evitando caer al suelo, pero Dalia no. Ella cae duro contra el suelo, pero se levanta en seguida.
Lilith suelta una horrible risa macabra, mientras se aleja un poco de Dalia.
Dalia gruñe y da un brinco hacia Lilith, quien le da tiempo de reaccionar. Dalia aterriza en la pared pero rápidamente se impulsa y sale disparada hacia Lilith de nuevo, enterando sus garras en una de sus patas. Esta suelta un grito desgarrador y mueve sus alas alzándose en vuelo.
Las dos gruñen, tratando de alcanzar a la otra. Lilith suelta un par de garrazos haciendo que la otra caiga sobre el techo. Lilith revolotea sobre Dalia, luego da dirección sobre el centro del castillo.
Dalia se levanta y corre sobre cuatro patas hacia la vampira. Y sin previo aviso brinca, saliendo disparada sobre la condesa. Lilith pierde el equilibrio y las dos caen al centro de la batalla.

De pronto todos se detienen. Mirando anonadados a la condesa y a la licántropo.  Dalia siente como uno de sus huesos se ah roto, pero no identifica bien de qué parte fue. Se levanta con dificultad sintiendo la adrenalina salir poco a poco de su sangre. Está perdiendo la transformación.

Por otro lado la condesa está lastimada, una de sus alas se ah doblado, no es gran cosa, pero el volver acomodarla es doloroso. Alza el rostro molesta y ve con cierta sorpresa que Dalia a perdido su transformación. Una sonrisa pícara se asoma por la comisura de sus labios. Y regresa a la fase humana, solo que esta vez con un cuerpo distinto y un rostro distinto. El sexo sigue siendo femenino pero es otra persona.

El cuerpo de Dalia regresa a la fase humana, ahora siente con un poco más de intensidad el dolor. Baja la mirada rápidamente y con un rápido movimiento de muñeca se acomoda el hueso que se había salido de su hombro. Tardará un poco en sanar-piensa con amargura.

-Vaya, creo que tu don te ah dejado sola-dice sonriendo Lilith

Dalia no dice nada, si no que la ve con desprecio mientras piensa en cómo acabar con ella sin la transformación. Ya que después de tantos años sin convertirse en Licántropo han afectado su sistema, haciendo mas difícil la duración de la transformación.

Lilith se gira y toma la espada de un vampiro, quien se arrodilla frente a ella rápidamente.
Apunta hacia Dalia.

-¿Ahora será justo no? Una hermosa mujer vanpiro contra una chica lobo-se ríe.- ¿Señor Kandox?

Dalia aprieta la mandíbula al reconocer el nombre. Un hombre alto y robusto se acerca lentamente hacia Lilith, con una ballesta en mano.

-¿La acaba usted o yo?
-¿Qué le parece si él lo hace?

Kandox hace una señal de acercarse a un joven alto, de cabello castaño y ojos azules. Joseph.
Dalia abre un poco la boca al reconocerlo, luego aprieta los puños con fuerza.

Joseph se acerca hasta Lilith y Kandox y hace una pequeña reverencia.

-¿Quién es este?-pregunta Lilith
-El amante de la licántropo

Lilith mira con sorpresa a Dalia, luego sonríe mostrando sus afilados dientes y asiente.
Se acerca a Joseph y le susurra al oído

-Que lo disfrutes-luego besa su mejilla

Joseph comienza a acercarse a Dalia.

-¡Serás hijo de puta!-grita Dalia.

Corre hacia Joseph, quien da un brinco quedando detrás de Dalia. Esta trata de golpearlo pero falla. Joseph la toma de la mano y le da vuelta, pegando su pecho a él.

-Te amo-dice Joseph

Entonces la muerde en el cuello, haciendo que Dalia suelte un pequeño grito de dolor.
La sangre se escurre sobre los labios de Joseph y el hombro de Dalia. Joseph la suelta, tirándola al suelo. Esta cae de rodillas, pero no aguanta mucho y cae de lado.

Imágenes borrosas pasan por su mente, el dolor agudiza sus sentidos, lastimándola de cierta forma. Su respiración se hace más corta, mientras que las últimas palabras que cruzó con Joseph regresan a su mente.

-Tendremos que hacerlo
-Debe de haber otra opción
-No la hay Joseph, si Lilith y los cazadores ganan, estaremos perdidos.
-Mi manada será suficiente
-Tal vez... O tal vez no.

Dalia siente como su corazón deja de bombear, se está deteniendo. Su respiración se está haciendo cada vez más dolorosa y sus pulmones ya no consiguen aire.

-Pero puedes morir. Dalia, aveces el veneno no funciona con todos...
-Joseph, has lo que te digo. Estaré bien
-¿Estas segura?
-Si.

Joseph sonríe con amargura.

-Bienvenida a la manada entonces.

El corazon oscuro también lateWhere stories live. Discover now