Capítulo 3: Señales II

523 27 13
                                    

.

No sabía con exactitud porque la noche le parecía tan incómoda, tal vez por la repentina petición de su amigo verde, pero algo no estaba bien, como si pronto algo grave o de gran magnitud pasaría en poco tiempo. Ser empática esa noche no le agradaba en lo más mínimo. Decidió aunque sea por ahora, ignorar ese presentimiento que no la dejaban dormir.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

La oscuridad era su única amiga, también por así decirlo, un pequeño ejército de robots con su apariencia, nadie sabía con exactitud, ¿cómo eso era posible? Simplemente chasqueó los dedos haciendo que las luces se encendieran, dejando ver una base o guarida digna de un villano de su categoría.

Fuiste una criatura muy mala, pero gracias a eso, tengo la información que necesito—Musitó un hombre adulto de edad madura, entre las sombras—Lastima que necesitaras unos ajustes mas para volver a salir.

El hombre miró con tranquilidad y una sonrisa—A pesar de no poder ver por su máscara anaranjada— contemplando un enorme contenedor cilíndrico hecho de vidrio, que contenía una masa blanca sin forma definida.

Bueno, ya es hora de presentarme, ha pasado mucho tiempo...—Dirigió su mirada penetrante, a su ejército de robots de combate, dándole la orden para comenzar el ataque.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Apenas la luz del día se estaba asomando en la Torre Titán, Cyborg, como todas las mañanas, se levantaba temprano para comprobar el sistema de seguridad. Bostezando, y con todo el pesar del mundo, se quitó su gorrito de dormir y dejó a su osito, para levantarse y salir de su habitación al living. Ya ahí fue recibido por la alarma roja que no dejaba de sonar con intensidad. Él no dudó y fue a revisar la computadora, para ver algo que lo dejó sin habla.

No puede ser...

Los titanes restantes, no tuvieron de otra que levantarse con toda y pijama e ir corriendo hacia el living.

Cyborg ¿Qué está pasando? —El primero en hablar fue Robin, en su pijama azul con murcielaguitos.

Viejo, no lo vas a creer.

Si nos dijeras, ¿No crees que lo sabríamos más rápido? —El segundo fue Chico Bestia, de mal humor, quien llevaba un pijama verde con animalitos de diferentes especies, no estaba acostumbrado a levantarse tan temprano.

A eso voy bestita—Suspiró— En fin, una bodega de robótica, nada más y nada menos que de los laboratorios S.T.A.R. está siendo robada por Robots.

¿Y qué tiene eso de malo? —Ahora fue el turno de la alienígena, quien estaba confundida, y vestida con un pijama de color rosa y dibujitos de estrellas.

Que según las imágenes, son robots asistentes de Slade.

¿Slade? —La empática ahora se daba cuenta de su mal presentimiento, pero era muy extraño que pasara justo después de que Chico Bestia le contara su experiencia, hace algunas horas atrás. Se odiaba a si misma porque usaba una pijama de color morado oscuro, lindo día para decidir usarla.

¡¿Dime que estas bromeado?! —No hace falta decir, el asombro y enojo que estaba sintiendo el líder.

Solo son sus robots, pero no hay señal de él, es imposible que haya sobrevivo a lo de la ultima vez, pero conociéndolo, debió haber reprogramado a sus robots para algo así—Explicó Cyborg—De todos modos, las cosas que se están robando son muy especificas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 05, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Corazones en batalla【Los Jovenes Titenes】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora