Su cuerpo está en una postura relajada mientras mueve sus labios al hablar. Verlo en ropa de deporte me ha hecho darme cuenta de que puede sorprenderme. Pensaba que cuando lo vi sin camiseta no podía estar más sexy, pero en verdad si que puede.

Me sorprendo al ver que ese tal Derek también se encuentra ahí, con unos guantes de boxeo.

Oh no.

Steph se coloca otros guantes en sus manos, que forman puños, uno en la altura de la barbilla y el otro a la altura del pecho.

De repente una preocupación invade todo mi ser. No quiero que le hagan nada, yo, no lo soportaría. Ya lo vi inconsciente y con una bala incrustada en su brazo y fue lo peor. No sé porqué, soy incapaz de verlo mal.

Comienzan a pelear y el primero en lanzar un golpe es Derek. Él es más rápido que Stephen por lo que puede darle sin ningún tipo de problema. Hago una mueca cuando de la nariz del chico de tatuajes brota sangre. Él se la limpia con brusquedad intentando golpear a Derek, aunque lo logra, no consigue ni siquiera provocarle un rasguño.
Cuando todo parece la derrota para el chico de tatuajes, un despiste de Derek indica todo lo contrario. Él queda pegado al suelo boca arriba mientras Stephen prepara su puño para golpearlo.

¿Será capaz?

Oh vamos, es de Stephen de quien hablamos. No tiene piedad.

Sin saber que hacer y viendo que nadie intenta pararlos, al revés, un grupo de hombres se encuentra rodeandolos en la parte inferior del cuadrilátero, intento pasar y colarme. Cuando lo hago me posiciono frente a Stephen y lo miro con el mentón alto.

-¡Déjalo! -Exclamo sintiendo la vergüenza infiltrarse en mi cuerpo.

-Vete de aquí, niñata -Gruñe.

Niego con la cabeza.

-Si tan fuerte te crees, pelea conmigo -Trago saliva arrepintiendome de inmediato de mis palabras.

Los gritos que se escuchaban en el gimnasio dejan de oírse al momento. Todo queda sumido en un silencio demasiado incómodo.

-¿Qué? -Pregunta frunciendo el ceño.

-Lo que olles -Pronuncio casi en un susurro.

Cuando él comienza a caminar hacia mí, yo retrocedo hasta chocar con la cuerda que bordea todo el cuadrilátero.

Su mirada me dice que está enfadado, muy enfadado. Puedo deducir que no estará acostumbrado a que lo desafíen. Y es normal, ¿quién en su sano juicio amenazaria o desafiaria a un hombre que lleva una navaja cada vez que sale a la calle?

Desde luego yo no, pero justo ahora lo estoy haciendo...

-¿Por qué haces esto? Eres una maldita entrometida, niñata -Masculla con los puños apretados.

-No quería que le pegaras. No puedes ir pegando a la gente, así porque sí -Su pecho queda tan cerca de mí que mis pechos lo rozan.

-Tú no puedes decirme que hacer y más querer defender a ese estúpido-Escupe con ira en su mirada.

Tiemblo de puro miedo al pensar en qué será capaz de hacer. No quiero pensar que me desnudará frente a toda esta gente.

Siento como su mano alcanza mi trasero y después, me eleva sin ningún esfuerzo. Me coloca como un saco de patatas y sale del cuadrilátero haciéndose paso entre la gente. Yo mientras pataleo y grito pidiendo que me baje.

Cuando me baja tengo que cerrar los ojos un momento para no marearme. Luego lo miro enfadada y molesta por haberme llevado así.

-¿Pero qué te pasa? -Pregunto alzando las cejas y perdiendo la cordura.

Miedo. [#Wattys2016]Where stories live. Discover now