Capítulo 18.

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-¿Recuerdas esa tarde de verano en la qué estábamos sentados en un banco?

Adam coloca sus manos sobre mis hombros y comienza a acariciarmelos.

-No me toques- Espeto apretando los dientes.

-¿O qué? Recuerda que yo tengo el control.

Cierro los ojos y siento como una lágrima se desliza por mi mejilla derecha.

-Hijo de puta, sueltala- Abro los ojos sorprendida por las palabras de Stephen.

Pensaba que estaba enfadado conmigo. Bueno él en verdad, siempre lo está.

-¿Ya te la has tirado, Stephen?

Él no responde y yo tampoco.

-Vamos eso es que sí, ¿a él sí le dejaste?

-¿Cómo dices?- Pregunto confundida.

-No te hagas la desentendida. Sabías que estaba colado por ti y tú me ignoraste. No sabes lo que dolió- Adam hace una mueca.

-¿Han pasado muchos años y aún sigues pensando en eso?

-Claro. Eres una zorra sin sentimientos- Sus palabras me hielan la sangre.

-Adam, por favor olvídalo todo.
-¡No puedo!- Grita.

¿Pero qué le pasa?

Esto ya no es normal.

-Ahora te haré sufrir a ti, ¿vale?- Otra de sus psicópatas sonrisas.

-Adam, nos iremos de esta ciudad, dejaremos de vender, pero sueltalas. A las dos- Dice desesperadamente Alex.

-No digas nada, ¡está loco!- Le dice Stephen alzando sus brazos.

Mi mirada se topa con la de él y sonrío para que vea que al menos no lo paso mal, aunque sea mentira. Su expresión sigue neutra mientras me mira y no consigo adivinar que puede estar pasando por su cabeza. Suspiro desviando la mirada, dándome cuenta de que si se la mantengo un poco más me derrumbaré.

Las manos de Adam van a parar a mi escote. Trago saliva y siento como mi estómago se contrae.

-Adam, por favor...- Sollozo.

-No quería llegar a esto, pero te lo mereces.

Baja mi camiseta, dejando a la vista mi sostén color blanco. Grito pidiendo que me deje en paz pero él no hace nada.

-Adam, no sigas- Gruñe Stephen.

Ahora mismo me da vergüenza mirarlo a la cara.

-Perdón, ¿vale? ¡Siento todo lo que te hice!- Exclamo moviendo mis pies.

-Con un perdón no basta- Se arrodilla frente a mí y me saca los zapatos.

Me muevo en la silla intentando desliarme pero es imposible. La cuerda está bien sujeta a mis muñecas.

Adam saca mis jeans y los tira por alguna parte de la habitación.

-Que belleza...- Susurra.

Siento mi piel erizarse cuando noto el dedo índice de él deslizarse por mi muslo.

Sollozo y aparto la vista.

-No te tuve que haber dejado escapar, Alice.

Sus palabras provocan temor en mí.

En un ápice de valentía alzo la mirada y miro al chico de tatuajes.

"Lo siento" Articulo con mis labios.

Miedo. [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora