Cambiaste Mi Vida. Capítulo 48

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  POV LAUREN

Los días pasaron y cada día me ponía más nerviosa el saber que me quedaba un día menos con Camila, la lleve a almorzar todos los días de la semana a diferentes lugares, en el estudio sospechaban algo, pero nadie se imaginaba que la identidad de la "misteriosa mujer que está conquistando a Lauren Jauregui" era nada más y nada menos que Camila. A veces cuando llegaba después con ella, claro, ella legaba unos cuantos minutos antes, me fastidiaban y me decían comentarios como "que pasó Jauregui, tu nueva conquista te está ocupando más de una noche" "dale Lau, otra vez? Se te está resistiendo no?", esas eran un poco chocantes ya que tenia a Camila a un lado, también estaban las que me hacían avergonzarme y a ella le producía una sonrisa grandísima como "uy, Jauregui la llevo a comer por quinta vez esta semana, me parece o se está enamorando?" "Cuando nos presentas a tu nueva novia? Porque si la llevas a comer es porque algo más deseas no?" sí, mis supuestos amigos, nunca se quedaban callados. También tenía a Clara, aunque agradecía que ella haga sus bromas más personales. En el fondo no me molestaba, disfrutaba de saber que se me notaba lo interesada que estaba en ella, y sobretodo que ella lo sepa me hacía sentir bien, no quiero que tenga dudas de lo que siento. Ya estábamos sábado, ya solo quedaban dos semanas con Camila en casa, porque por mucho que quisiera daba por seguro que ella elegiría ir a estudiar música, y si ella decidía quedarse, le diría que tendría que irse, este no era su lugar, si elegía quedarse era muy seguro que lo hacía por mí, y yo no podría permitir eso, por mucho que lo deseara no quería cargar con el peso de una decisión tan importante. –Estas despierta?- me preguntó Ally asomándose en mi puerta y sacándome de mis pensamientos. –Sí, son las 7:30, yo despierto mayormente a las 7.- dije acomodándome en mi cama para poder verla. –Aún no entiendo cómo puedes levantarte tan temprano todos los días. –Costumbre.- dije sonriendo. –Quieres ir a caminar? –Dale, vamos.- dije levantándome. –Te espero abajo.- me dijo y salió. Me cambié y cuando camine por el pasillo vi la puerta de Camila abierta. Me estire para poder verla, y ahí estaba, con los ojos cerrados, tapada solo hasta la cintura dejando todo su abdomen descubierto ya que la blusa que usaba como pijama se había levantado. Vi hacia las escaleras y Ally no estaba por ahí, la dudé pero sus sus labios pudieron más que mi autocontrol. Entre sigilosamente sin mover la puerta para no hacer ruido. Me acomode a su lado y puse mi cuerpo suavemente sobre el suyo sin hacer mucha presión. Sus ojos se entreabrieron asustados pero al verme una sonrisa se esbozo en sus labios, los besé, lo mismo hice plantando suaves besos en sus ojos. –Buen día princesa.- dije rozando sus labios con los míos. –Si todos los días amaneciera así, de seguro serian buenos días.- dijo pasando sus brazos por mi cuello jalándome hacia ella para que la besará, no opuse resistencia, era lo que deseaba. Sentirla tan cerca y tan temprano era sin duda lo mejor, recién empezaba el día y estaba segura que nada superaría esto. –Lauren ya?- preguntó Ally gritando, lo que aún me decía que estaba abajo asi que no estaba en problemas. –Vuelvo luego ya? Iremos a caminar.- dije dándole un beso rápido y levantándome. –Ya te extraño.- dijo mientras caminaba hacia la puerta. Le sonreí y me fui, no quería retar mucho al destino. –Te demoraste.- dijo Ally. –No encontraba mis zapatillas.- dije saliendo con ella al lado. Caminamos por toda la residencial, conversando muy poco, a ninguna de las dos nos gustaba hablar cuando caminábamos, solo disfrutábamos de la compañía de la otra y del aire fresco golpeando nuestros rostros, solo eso necesitábamos. –Regresamos?- me preguntó cuando ya íbamos por la segunda vuelta. –Sí, ya me dio algo de hambre.- dije y ella sonrió. Caminamos de regreso, en silencio. –Sabes, cuando llegue el momento en el que no podamos hacer esto, juro que voy a extrañarlo.- dijo cuando ya estábamos por llegar. –No creo que ese momento llegue, lo único que me impediría no caminar contigo es no tener piernas, y si eso pasara ten por seguro que acabaría con mi vida al segundo de saberlo.- dije ocasionando una risa nerviosa de su parte. –Eres tan estúpida. –Gracias.- subimos las escaleras riendo, empujándonos como niñas pequeñas, como las niñas que fuimos en algún momento. –Te acuerdas cuando te caíste de las escaleras con la torta en la mano?- me preguntó burlándose escandalosamente mientras abría la puerta. –Como olvidarlo? Tuve que ir a comprar otra y me dijeron "Cara de Torta" por un mes.- dije riendo al recordarlo, era la torta de cumpleaños de Normani y por mirar mi celular me resbale, haciendo que la torta termine en mi cara. –Te veías tan chistosa, estoy segura que fue la mejor cara tuya que he visto hasta ahora.- dijo riendo mientras entraba a la cocina. En ese momento sentí pasos en la escalera y era Camila que bajaba con su pijama y una cara de dormida increíble, se había vuelto a dormir después de que saliera de su habitación. –Como dormiste Mila?- le preguntó Ally alcanzándome una tostada. –Bien, sigo teniendo sueño, así que baje a comer algo y seguiré durmiendo, he decidido estar todo el día en la cama.- dijo entrando a la cocina. –Esa no es mala idea, te acompañaría si no fuera porque le dije a Troy que iríamos a almorzar juntos.- dijo y en ese momento sonreí, estaría toda la tarde sola con ella. –Será para la próxima.- dijo Camila haciendo una mueca mientras me observaba, sabía que tenía la misma idea que yo. –Iré a ducharme.- anunció Ally subiendo las escaleras y me apoyé en la barra del desayuno viéndola como preparaba unos panes. –Y... que quieres almorzar hoy?- le pregunté. –Sorpréndeme.- dijo sonriendo. –No voy a cocinar, así que muy sorprendida no estarás.- dije con soberbia. –Y porque no? –Crees que perderé el tiempo cocinando cuando puedo estar haciendo otra cosa?- dije coquetamente. –Que cosa?- preguntó haciéndose la desentendida parándose al frente mío, solo la barra nos separaba, no era mucha distancia, pero sentía que eran kilómetros. –Esto.- dije y me apoye con los brazos en la barra empujando mi cuerpo para plantar un beso en sus labios. –Tienes razón, no puedes perder tiempo.- dijo ahora estirándose ella y haciéndome sonreír ya que como era más pequeña le costaba mucho más llegar a mí. –Eres tan pequeña.- dije burlonamente. –Me ganas por centímetros. –Centímetros que marcan cierta diferencia.- dije sonriendo. –Que mala, no soy chata. –Eres perfecta.- dije y ella se ruborizó. –No soy para nada perfecta. –Lo eres.- dije y escuchamos un ruido así que nos separamos. –Iré a bañarme.- dijo saliendo de la cocina. -No te demores.- dije riendo caminando hacia la sala prendiendo el televisor. Estuve ahí mirando un programa de animales cuando bajo Ally rápidamente. –Ya me voy, nos vemos en la noche.- dijo sacando sus llaves de la cocina, eso quería decir que llegaría bastante tarde. –Ok, diviértete. –Vas a salir?- me preguntó abriendo la puerta. –No, no creo. –Ok, no me esperes que de seguro me demoro. Chau.- dijo perdiéndose en el ascensor. Me quede abajo y llame pidiendo sushi para comer con Camila, después de unos cuantos minutos bajo con unos shorts deportivos, una blusa que usaba como pijama y sus pantuflas, inocente y sexy, pensé. –Porque tan linda?- le pregunté desde el sillón. –Linda? Estoy en pijama Lolo.- dijo como si se viera horrible. –Creo que necesitas un poco de mi autoestima, eres hermosa con cualquier cosa que te pongas.- dije abriendo mis brazos para que se acomodara en mi cuerpo, lo cual hizo instantáneamente. –Y como me pasarás un poco de tu autoestima?- preguntó alzando su ceja y inclinando su cabeza en mi pecho para verme a los ojos. –Te diría que besándote y te besaría ahora, pero es muy cliché. Así que te daré mi autoestima con todos los cumplidos que te hare de ahora en adelante.- dije sujetándola en mis brazos más fuerte y ella sonrió dejando un beso en mi cuello. –Que estás viendo?- me preguntó quitándome el control y cambiando el canal. –Estaba viendo eso. –Bueno, ya no, es muy aburrida amor.- dijo cambiando de canal rápidamente y parando unos segundos si le llamaba la atención algo, pero de ahí seguía. Se detuvo en una película y se acomodo dando a entender que lo dejaría ahí. La película sinceramente no llamaba mi atención así que acariciaba sus brazos suavemente notando como su piel vibrada con el contacto, me encantaba saber que tenía un efecto en ella. –No me dejas concentrarme.- susurró acomodando una de sus manos en mi mejilla y me estiré para poder besarla. –Yo soy más interesante que eso.- dije pasando mis labios por su mejilla. –Eso lo sé.- dijo en un susurro casi inaudible. Capturé sus labios y ella se giro despacio para hacer más cómodo el beso. Jamás disfrute tanto de solo besar a alguien, ella era completamente perfecta para mí. –Te seguiría besando, pero en serio quiero ver esta película.- dijo apoyando su frente sobre la mía y solo sonreí. –Es en serio?- pregunté sin creerlo, pero entendiéndolo asi que solo hice para provocarla. –Nunca la he visto, y sabes que amo ver películas. –Ok, mírala.- dije acomodándola en mi pecho. Llego la comida y la recibí dejándola en la cocina y regresando a su lado jugando con sus cabellos hasta que la película terminó. Me encantaba ver como se emocionaba y sufría con las escenas, como si ella fuese el personaje o algo parecido, me parecía tierno. –Ya terminó, ahora si me harás caso?- le pregunté. –Ahora sí, estuvo linda.- dijo acomodándose para verme. –Tienes hambre? Quieres comer? –Sí, muero de hambre.- nos levantamos y fuimos a la mesa. Serví el sushi y nos sentamos a comer. Camila no sabía usar los palitos chinos y le dije que era imposible comer sin usarlos, "que daba mala suerte" sabía que ella no me creía, pero estuvo de acuerdo en recibirlos en su boca. Cada vez que le daba uno, plantaba un beso en sus labios y ella rengaba porque tenía la boca llena. Era divertido verla renegar un rato, parecía una niña picona. Terminamos todo y me levanté a lavar lo que habíamos ensuciado. Cuando terminé vi a Camila acurrucada en la barra del desayuno, realmente estaba cansada. Me acerque a ella y la cargué en mis brazos, pesaba un poco pero no mucho, estaba acostumbrada a cargar a su hermana y Camila pesaba solo un poco más. –Que haces?- me preguntó. –Te llevo a tu cama, no quería que despertarás, duerme.- dije besando su mejilla mientras subía las escaleras. Entre a su habitación y la acosté, me acosté a su lado y la envolví con mis brazos dejándola casi encima mío. Su respiración estaba pesada, ya estaba dormida.  

Cambiaste Mi Vida (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora