Capítulo XXIV

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-I'm in love for the first time. Don't you know it's gonna last, It's a love that lasts forever...-Me sentía totalmente feliz porque luego de insistir por lo que se sintieron años logré que Jacob me dejara escuchar a la banda más malditamente hermosa de todo el puto mundo en su auto.

-Ya deja de cantar como una loca, amor.-Reí y el bajo el volumen por lo que me vi obligada a poner cara de niñita berrinchuda y sacarle la lengua. Si, lo sé. Soy muy madura.

-Es tu culpa por haberme hecho ver la película más aburrida de la historia.-Habíamos ido al cine con An y Eric. La verdad es que me entretuve todo el momento viendo pelear a estos dos porque la película se me hacía muy mala.

-Oye, no era tan mala -Rió y me quede embobada mirándolo. No podía ser más hermoso. Realmente podía pasarme horas viéndolo y no me cansaría. Eso sonó como una novia acosadora ¿Qué puedo decir? Tal vez lo sea.-Solo la parte en la que la sangre parecía realmente salsa de tomate.

-Lo cual fue en toda la película-Dije mientras subía el volumen y seguía cantando mientras nos dirigíamos a mi casa.

-Why she had to go? I don't know she wouldn't say...-Ese tema realmente hacia que me sintiera muy triste. Ya que me hacía recordar a mi madre. La extrañaba como el infierno.

Pero cuando estaba por sumergirme a ese mar de recuerdos que me hacían realmente mal y me hacían caer en la realidad de mierda en la que he vivido todo este tiempo mire a mi izquierda y vi a Jacob sonriendo. Escuchando como cantaba cual loca aun con la mirada firme en el camino, pero prestándome toda la atención del mundo, sentí que a lo mejor no estaba tan sola.

Que a lo mejor me quedaba un motivo por el cual seguir. Formar una vida nueva. Dejar que mi pasado solo sea eso. Simples recuerdos que en algún momento pueda contarle a mis hijos.

Decirles que tuve una adolescencia en la que solo sufrí, en la que nada fue bonito pero que pude salir.

Que pude cambiar. Gracias a Jacob. Si él no hubiese aparecido en mi vida, si él no me hubiese mostrado que en la vida también hay cosas buenas realmente no sé qué hubiese pasado conmigo. No sé si va enserio, no sé cuánto durara, pero sé que destapo mis ojos.

Me hizo sonreír. Hizo que tuviera ganas de volver a vivir. Porque yo, no estaba viviendo con esa bestia en casa. Hace años que lo único que hacía era sobrevivir.

-Vic, princesa.-Jacob hablo sacándome de mis pensamientos -¿En que piensas? Hemos llegado y no te has dado cuenta-Mire a mi derecha y efectivamente nos encontrábamos en mi casa. Sonreí

-Oh, nada. En todo lo que ha cambiado mi vida desde que apareciste-El imitó mi acción y sonrió junto conmigo y luego se acercó a mí y me beso.

Unos instantes después escuchamos un ruido y cuando posamos la vista en mi casa vimos cómo se encendía una luz.

-Mierda-Exclamé. -¿Crees que nos haya visto? Dios...-Hice una mueca de desagrado-Me matará.

-¿Segura que quieres entrar? ¿No quieres que te acompañe? Podría enfrentarme a el, Vic. O puedes irte conmigo-Negué

-Oh no, no no no, tranquilo entraré y no pasará nada.-Dije con incredulidad-De seguro ni nos vio.-El asintió dudoso.

-De acuerdo. Sabes que odio dejarte aquí con el.-Acaricié su rostro y él se relajó.-Te amo, Vic. Moriría si algo malo te pasara.

-También te amo, Jac. Te llamaré si algo sucede.- El asintió y yo lo besé. Antes de que dijera algo salí del auto y esperé que se fuera.

Cuando empecé a caminar hacia la casa la fina lluvia chocó con mi rostro. Fantástico. Suspire unas cuantas veces antes de entrar, intentando calmar mis nervios, aunque para ser sinceros nada lograría calmarme.

VictoriaWhere stories live. Discover now