(14) Perdóname

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(Punto de Vista - Tomás)

Me llené de frustración al ver que Julissa salió por la puerta tan molesta, sin ni siquiera despedirse. Tomé el vaso que tenía en mis manos, y lo lancé contra la pared; lo sé, no era la mejor actitud pero estaba desesperado.

Acaso no podía entender la tortura de haberla perdido? De no saber si la volvería a ver? Encontrarla sin ningún recuerdo y sentirme impotente de que en realidad no podía hacer nada por ayudarla. Aun con todo el dinero del mundo, no podía hacer nada por ayudar a la mujer que más amaba en este mundo.

Esos noventa y dos días que no supe de ella, fueron los más horribles de mi vida. Por un momento pensé renunciar a todo; qué sentido tendría mi vida si ya no la tenía a mi lado? Aun así, sus padres y los míos fueron de gran apoyo durante toda esta agonía.

Dejando libre un suspiro, fui hasta la habitación, vistiéndome y tomando mi maleta para mi viaje. Me desesperaba saber que tendría que irme de su lado por más días de lo normal, pero me aliviaba saber que estaba protegida por los guardaespaldas; aunque el hecho de que a Oscar lo habían perdido de vista me tenía al punto de la locura.

"Que tenga buen viaje, Señor Presidente" comentó Alma mientras se cruzaba conmigo en el pasillo.

"Gracias Alma. Cuida muy bien de Julissa, por favor" mi voz sonaba derrotada.

"No se preocupe señor, yo cuidaré muy bien de ella. Y le aseguro que todo se arreglará pronto, ya lo verá" me respondió ella mientras colocaba su mano en mi hombro y me sonreía.

Al llegar al aeropuerto, recibí la noticia de que debido a un inconveniente en el motor del avión, tendríamos que esperar alrededor de dos horas. Así que me resigné a sentarme y esperar; por un instante tomé el teléfono para llamar a Julissa, para pedirle disculpas por mi actuación de esta mañana.

No, no podía hacerlo, probablemente ya en estos momentos estaría en medio de la cirugía. En una hora estaría bien llamarla; para este entonces probablemente estaría en su oficina, descansando, como normalmente lo hacía, para luego continuar con su trabajo.

Cerré mis ojos y comencé a pensar en ella, en cuanto la amaba. Como me había cautivado desde la primera vez que la vi. La manera en que dudé al principio, pues pude notar al instante nuestra diferencia entre clases sociales; algo que a ella no le importó.

Pensaba en nuestro bebé, en cuanto anhelaba tenerlo pronto en mis brazos. Compartir todo el tiempo que pudiese con él y con Julissa, deseando en todo momento que ya para este entonces ella haya recobrado completamente su memoria. Sé que no debe ser fácil por lo que ella está pasando, estar en un lugar donde todo es extraño, nuevo.

He sido paciente y he logrado controlar mis corajes. No puedo culparla de nada de lo que ha sucedido, pues ella no provocó esto que le estaba ocurriendo. Deseaba con todo mi ser que fuera mía por completa, la extrañaba completamente en la intimidad, pero sé que a medida de que el embarazo se esté acercando a su final, mis probabilidades serán ninguna, aun si ella recobra la memoria.

Esto no es nada extremadamente importante para mí en realidad. Amo a esa mujer de una manera inexplicable; pienso que si me pidiera en estos instantes que renunciara a ser presidente, lo haría sin pensar. Ella merece todo lo mejor de este mundo; ella es inigualable.

Tomé el teléfono nuevamente para verificar la hora. Perfecto! Ya podría llamarla y pedirle disculpas. Seguramente ya estaba en su oficina. Así que comencé a marcar su número, cuando una llamada entró, impidiendo mis intenciones.

"Hola" dije al ver que quien me estaba llamando era el agente que estaba a cargo del caso de Julissa.

"Señor Presidente. Lamento mucho haberle dado tan malas noticias esta mañana, y ser portador de peores..." sus palabras hicieron que quedara de pie al instante.

Mi vida presidencialWhere stories live. Discover now