(2) Obsecionado

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Miles de pensamientos, recuerdos y temores, pasaban por mi mente. No podía evitar que mis manos, las que estaba amarradas con algo, temblaran. Mis ojos permanecían cubiertos, y sentía a alguien a mi lado, aun cuando esta persona no habló más el resto del camino.

No tengo duda de que nos estábamos alejando cada vez más del lugar donde interceptaron el auto en que íbamos. Aunque pudiese ser que mis nervios afectaran mi sentido de tiempo; quizás apenas iban cinco minutos del encuentro y yo sentía que era una hora o más.

Comencé a preocuparme grandemente por Saúl y Fernando. Qué fue de ellos? Los dejaron en libertad? O peor aun...los mataron? No, no quería pensar en eso.

Qué estas personas querían de mí? Porqué habían hecho esto? Probablemente ya Tomás estaba informado de mi secuestro y tenía a la policía entera buscándome; o tal vez, aun no sabía nada.

Continuaba preocupada por mi bebé, por el pedacito mío y de Tomás que estaba creciendo dentro de mí. No pude contener más lágrimas al recordar el rostro lleno de alegría de mi esposo al mencionar al bebé; mientras que yo tenía que forzar una sonrisa. No tenía duda de que este sentimiento hacia el bebé, luego de esto, cambiaría completamente. Aun cuando no quería ser madre aun, todos los instintos maternales y de protección se habían activado en mí.

Irónicamente, adoraba a los niños. Esa era mi especialización; era una de las mejores pediatras en mi país, trabajando a diario con niños especiales, con condiciones extremas, las cuales querían destruirlos; pero yo los ayudaba a mejorar sus vidas, muchos de ellos siendo curados exitosamente.

Pero eso solo era mi profesión, por lo que me desvivía. Aun no quería un hijo para mí; como les dije anteriormente, mucho menos en esta vida de locos que teníamos Tomás y yo. Quería que mi hijo creciera con sus padres a su lado, con una vida normal, no con este enredo de que hoy Tomás estaba a mi lado, y el día siguiente tenía que viajar al otro lado del mundo.

Pensando, aparentemente quedé dormida, quizás era los efectos del embarazo, o quizás era que ya llevábamos mucho tiempo en ese auto. Cualquiera de las dos que haya sido, solo les puedo decir que desperté cuando sentí que el auto fue apagado.

"Llegamos, toma mi mano" dijo aquella voz, mientras yo lo obedecía inmediatamente; no quería correr ningún riesgo de molestar a nadie.

Una vez entramos al lugar, y luego de abrir algunas puertas, fui sentada en lo que aparentemente era una cama. Seguido a esto, quitaron el pañuelo de mis ojos, tomando mi tiempo para ajustarme a la luz y al lugar en que me encontraba.

Aparentemente era una cabaña, o una casa de madera, bastante limpia. En esa habitación solo había una cama, una silla y un televisor en una esquina, bastante alta donde no se podía alcanzar. Di un salto al mirar a la persona frente a mí, aun con su rostro tapado.

"Qué quieres de mí?" pregunté mientras comenzaba a llorar nuevamente.

La persona se quitó la máscara y fue entonces cuando mi corazón se detuvo completamente. De todas las personas en este mundo, él era quien último pensaba encontrarme. Qué quería de mí?

"Oscar?" no pude evitar que mi voz saliera en un susurro.

"Me alegra mucho que aun te acuerdes de mi, preciosa..." el sarcasmo era evidente en su voz, y su sonrisa cubría todo el rostro.

"Porqué Oscar? Qué quieres de mí?" pregunté una vez más, pues honestamente, sentí terror.

Oscar había sido mi novio en la escuela superior y comienzos de la universidad. De repente, se tornó algo obsesivo, demandando todo mi tiempo, queriéndome alejar de mis amistades, incluso de mi familia; por esta razón, terminé con él. El no se dio por vencido y continuó detrás de mí, incluso siguiéndome a los lugares que frecuentaba. Una orden de protección vino luego de esto y me lo saqué de encima por un buen tiempo.

Mi vida presidencialΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα