-Hablaremos de esto la próxima vez, adiós James- Le muestro una sonrisa y lo beso en la mejilla.

Termino de trabajar a las 20:30 y por desgracia tengo que coger de nuevo el autobús. Estoy harta de no poder comprarme un coche.

En cuanto abro la puerta de casa, me descalzo y camino hasta el salón con los zapatos en la mano.
Busco a ciegas el interruptor de la luz y luego la prendo.

Ando hasta mi habitación y cuando abro la puerta siento una mano en mi estómago. Mi cabeza recibe un fuerte golpe y caigo inconsciente al suelo.

Mis ojos comienzan a parpadear para intentar acostumbrarme a la luz mientras me doy cuenta de que estoy en una habitación cuadrangular, que no conozco. Me encuentro en medio de la sala, amarrada a una silla.

-¿Dónde estoy?- Grito.

Tuerzo la cabeza para tomar todos los detalles de la habitación mientras siento el pánico recorrerme todo el cuerpo. No obtengo respuesta, en cambio la puerta frente a mí se abre y provoca un fuerte estruendo al ser cerrada.

-Hola Alice- Adam camina hacia mí con una perfecta sonrisa psicópata en su rostro.

-¡Dejame salir! Adam, no lo entiendo. ¿Qué te he hecho para qué hagas esto?

-No hables- Espeta.

Camina hacia mí y se coloca en frente.

-¿Qué piensas hacerme? ¡Dime algo!- Muevo mis muñecas intentando soltarme, sintiéndome cada vez más agobiada.

Mi cara es girada bruscamente y aprieto los dientes. Las lágrimas no tardan en deslizarse por mis mejillas y miro a Adam. Su mano todavía sigue alzada debido a la cachetada que me ha soltado.

-No quería tocarte pero no me has dejado otra opción- Dice él.

Muerdo mi labio.

-Tienes que decirles a Stephen y Alex un mensaje de mi parte- Sonríe de lado.

-¿Y para esto me has tenido que secuestrar?- Escupo con odio.

-No, quería volver a rozar tu piel. ¿Por qué no empiezo lo que Stephen no me dejó acabar?- Toca mi hombro y desliza su dedo índice hasta mis labios. Aguanto las ganas de morderle el dedo.

Niego con la cabeza frenéticamente, contestando a su pregunta.

-Por suerte para ti, Al, hoy no me apetece- Acaricia mi mentón y yo giro la cabeza para evitar su contacto.

Adam, el chico que pensaba que era mi amigo, ha quedado enterrado. Ya no existe ningún Adam para mí.

-Diles que todo está hecho, que jamás me desafíen y que lo que es mío siempre lo será- Tiemblo ante sus palabras.

Saca un cuchillo de su bolsillo y me estremezco.

Suspiro cuando corta la cuerda y deja mis muñecas libres.

-Ahora, lo siento mucho pero tengo que golpearte otra vez.

Es lo último que escucho ya que Adam golpea mi cabeza, sin oportunidad de oponerme si quiera, y me deja inconsciente de nuevo.

Mi cuerpo es sacudido pero no quiero abrir los ojos. Siento una gran paz y tranquilidad interior que me quedaría así un poco más. Pero desgraciadamente tengo que abrirlos y cerciorarme de donde me encuentro.

-¿Estás bien?- Pregunta Alex frunciendo el ceño.

Me incorporo en el sofá.

-¿Qué hago aquí?- Pregunto confundida y enseguida me toco la cabeza.

Miedo. [#Wattys2016]Where stories live. Discover now