Pesadilla

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Kyungsoo estaba confuso porque no estaba huyendo de Chanyeol,  huía de JongIn.

Subió a su auto y manejo como todo un Toretto en Rápido y Furioso.

Llego a su casa hecho una furia, Sehun y Luhan lo esperaban en la entrada, pero al verlo con su mirada asesina y puños cerrados supieron que lo mejor era dejarlo solo.

Entro a su habitación y espero una llamada que nunca llego, alguien toco a su puerta pero decidió simplemente gritar que no quería ver a nadie ahí.

Lo peor  era que no sabia porque se sentia enojado... bueno la verdad es que si lo sabia.

Había dudado.

"¿Me darías una segunda oportunidad?"

Grito en su almohada lleno de enojo y frustración, el efecto JongIn hacia su aparición por primera vez en cinco largos años.

-Ja, ese bastardo, ¿Quién se cree?, demonios Kyungsoo, no lo ves en 5 años y a la primera palabra que te dice pfff huyes.

Miro hacia su armario, y se vio tentado a sacar su guitarra, se sentia tan molesto y frustrado que podría componer un par de canciones para deshacerse de todos sus emociones indeseadas.

- AHHHH!!!!! – grito nuevamente.

No lo haría, él ya no cantaba, él ya no tocaba la guitarra, ni el piano, esa vida y esos sueños habian muerto también 5 años atrás.

Esa noche Kyungsoo no durmió hasta que se convenció a si mismo que ese encuentro no le había afectado en lo más mínimo, que su ex solo lo habia dicho para seguirle la corriente, que haría a Chanyeol arrepentirse de esa cita y que nunca volvería a ver a Kim JongIn en su vida.

Cuando despertó a la mañana siguiente, quizó checar su teléfono celular, era extraño, Chanyeol debería haberlo llamado, su novio era como un perro faldero, aun más cuando se molestaba con el, se aseguraba de llamarlo y rogarle hasta que le perdonara.
Pero no habia llamado ni una sola vez.

Miro su reloj y se a puro a arreglarse, después tendría tiempo de checar su teléfono celular y odiar ligeramente a su novio por no llamarle, seria un día largo en su oficina.

Kyungsoo junto con Luhan tenían un negocio de muebles de madera personalizados. Una pequeña herencia familiar de ambos.

Tenia unos pequeños pedidos que entregar esa mañana, y todavía no terminaba de pulir la madera de algunos de ellos.

Al salir del baño y terminar de arreglarse Kyungsoo se acercó a tomar su teléfono celular, cuando lo vio se dio cuenta por qué no habia recibido ni una llamada de su novio... ese no era su celular, en la pantalla un chico atractivo de piel un poco más oscura que la de él posaba en medio de una construcción, era el teléfono celular de Kim JongIn.

Kyungsoo odio su maldita, maldita suerte.

Miro el teléfono, y no tardo en adivinar la clave 1213. JongIn no había cambiado su clave en los últimos 10 años.

Marco a su número.

-Buenos días, Kyungsoo he esperado tu llamada– Podía sentir a JongIn sonriendo al otro lado de la línea con malicia.

-Creo que nos hemos confundido de teléfono.

-Corrección te has confundido de teléfono mientras huías de tu pobre novio.

¿Darte una oportunidad JongIn?

Sus bolas, seguía siendo el mismo.

-Ese no es el punto, señor Kim –llamo a JongIn de esa manera para hacerle entender que no eran nada para estarse tuteando - necesito mi teléfono.

Y solo se me ocurre amarte (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora