Capítulo 7: Recuerdos.

Start from the beginning
                                    

Apoyo mis manos en el muro para descansar, no estoy acostumbrada a correr tanto.

—Cuando quieres sí que corres intrusa. —Ni le miro.

De repente algo empieza a moverse... ¡el muro! Se abre, y como estoy apoyada en él caigo al vacío, comienzo a gritar, lo último que veo antes de caer es como Noah intenta cogerme, pero no puede, cierro los ojos y todo se vuelve oscuro.

Nueve años atrás...

—Mami, ¿dónde estás? —exclamo mirando hacia todos los lados buscando a mi madre.

Este sitio parece ser una especie de laboratorio, mi madre es científica, de las mejores de su país, y cuando me quedo sola en casa me lleva con ella al trabajo.

—Hola. —Se acerca a mí un niño tímidamente, parece de mi misma edad, es rubio, delgado y paliducho—. ¿Sabes dónde estoy?

—Hola, me llamo Nicole, ¿y tú?

—Yo me llamo Noah.

—Encantada de conocerte Noah. —Le doy la mano y él me la estrecha tímidamente—. Estás en el trabajo de mi mami, en un laboratorio, ¿la tuya también trabaja aquí?

—No lo sé... no recuerdo a mi mamá ni tampoco a mi papa. —Me llevo las manos a la boca.

—¿Eres huérfano? Lo siento mucho, yo tampoco estoy mucho con mi mami, trabaja aquí todo el día ayudando a la gente para curarse de las enfermedades malas, pero me quedo con ella aquí jugando y pintando con nana, mi niñera, es muy simpática, me hace la merienda, mira. —Le enseño mi bocadillo de Nutella. —Noah mira el bocadillo con pena.

—Yo no tengo merienda. —Yo inmediatamente parto mi bocadillo en dos mitades sin pensarlo.

—Toma. —Le doy la mitad más grande y la acepta con una sonrisa—. ¿Quieres jugar conmigo?

—Sí, vale —exclama contento.

—Vamos, ven conmigo, que te enseño mi sitio secreto, es muy guay ya verás. —le cojo de la mano y nos marchamos corriendo.

Presente:

—Nicole, Nicole, despierta por favor. —Abro los ojos con un dolor de cabeza horrible, me encuentro con la angelical cara de Noah.

Es tan guapo... vaya, sí que me he tenido que dar un buen golpe.

—Menos mal, pensaba que te había perdido —exclama Noah a punto de llorar.

—¿Dónde estamos Noah? ¿qué ha pasado?

—Se abrió un muro del túnel y caíste, no tuve tiempo de cogerte y salté para rescatarte.

—Tú... ¿tú has saltado para rescatarme Noah? Aun sabiendo que podías morir. —Le miro muy sorprendida y emocionada.

—No podía dejarte, además ha sido todo muy raro, cuando salté me quedé durmiendo, he despertado en este sitio, tu estabas a mi lado cuando he despertado Nicole, ni yo mismo sé muy bien que ha pasado.

Miro extrañada a mi alrededor, estamos en otra especie de aldea, pero no hay nadie. Hay dos cabañas montadas, cajas alrededor, y mucha vegetación como en la anterior aldea.

Hemos estado investigando cada cabaña y viendo lo que hay dentro. Una cabaña es una especie de cocina, la otra, que es la más grande, hay dos hamacas colgadas y una cama gigante.

—¿Que es este lugar? —pregunto mirando a Noah.

—Debe de ser otra aldea dentro del túnel del bosque clandestino, pero está desierta, no hay nadie más aquí.

—A mi este lugar no me gusta nada.

Salgo de la cabaña para ver que hay dentro de las cajas; en unas hay ropa de chico y en otras ropa de chica; peines, cepillos de dientes, vasos, comida, semillas para sembrar; hay hasta una mini huerta como había en la otra aldea.

¿Pero que es este sitio?

—Es como la otra aldea, pero está hecha solo para dos personas, solo hay dos cepillos de dientes, dos cajas con ropa... es como si estuviera todo planeado para nosotros dos —comenta Noah, yo abro los ojos asustada.

—¿Que- qué dices...?

—Al menos no nos moriremos de hambre, y aquí tenemos provisiones para meses. —Yo me asusto muchísimo, tengo que vivir con Noah, los dos solos, en este sitio—. Mira, hay un bocadillo de Nutella, que rico, hace un siglo que no pruebo esto. —Le miro sorprendida, me ha entrado un escalofrío por todo el cuerpo y se me ha puesto la piel de gallina; Noah parte en dos el bocadillo, me da el trozo más grande—. Ten.

—Tú... tú y yo ya nos conocíamos... —digo tartamudeando.

—¿Que te pasa Nicole, porque estás temblando? —se acerca a mí, preocupado.

—Noah, yo a ti te conocí en el laboratorio donde trabajaba mi madre, de pequeños, teníamos unos siete u ocho años, yo te ofrecí la mitad de mi bocadillo. —Noah me mira confuso—. ¿No te acuerdas? Me dijiste que eras huérfano.

—No sé de qué estás hablando... no recuerdo nada de cuando era pequeño, solo tengo recuerdos de cuando vine a la aldea, y tenía doce años.

—Te juro por mi vida que tú y yo nos conocimos en un laboratorio, y era donde trabajaba mi madre, pero no puedo recordar nada más.

—Y que hacía yo en un laboratorio, tu porque estaba tu madre, ¿pero yo?

—Ni idea...

Lo que me faltaba ya, encima que tengo que estar en esta aldea a solas con Noah, empiezo a tener recuerdos de mi familia y de cómo nos conocimos. No entiendo nada, mi madre trabajaba en un laboratorio y ahí conocí a Noah, pero ¿qué hacía ahí él? Y porque ya no recordamos nada... 

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Where stories live. Discover now