"Pero recuerdo, querido mío, el día y la hora en que quedé para siempre enamorada de ti. Acababa de dar un paseo con una amiga del colegio y estábamos las dos charlando delante de la puerta. Llegó un auto y descendiste tú para entrar en tu cuarto. Algo dentro de mí me impulsó a abrir la puerta, y nos cruzamos el uno con el otro. Me lanzaste una suave, cálida y envolvente mirada, llena de ternura, me sonreíste -sí, no puedo decirlo de otra manera- afectuosamente, al mismo tiempo que decías en voz baja y casi familiar: "-¡ Muchas gracias, señorita!-" Eso fue todo, querido, pero desde el instante en que sentí la suavidad y ternura de tu mirada quedé locamente enamorada de ti. Sólo más tarde he comprendido que esa mirada atrayente, y al mismo tiempo desnuda; esa mirada de seductor nato que diriges a cualquier mujer que se halle junto a ti, a la vendedora de tienda o a la sirvienta que abre la puerta; esa mirada no es en ti consciente ni significa ninguna especial inclinación, sino que tu ternura hacia todas las mujeres hace tu mirar siempre dulce y agradable. Pero yo, una niña de trece años, lo ignoraba: me hallaba sumergida en fuego. Pensaba que aquella ternura estaba dedicada a mí solamente, y en aquel instante, en mi derredor, en lo íntimo de aquella criatura todavía a medio formar, se despertó la mujer, una mujer enamorada de ti para siempre.
"-¿ Quién es?-" preguntó mi amiga.
"Al punto no puede contenerme. Me resultaba imposible pronunciar tu nombre; desde aquel momento habíase convertido para mí en algo sagrado, en un secreto, y le contesté fríamente:
"-¡Uno de los tantos que viven aquí!-"
"-¿Y por qué- preguntó mi amiga en un son de burla y con toda malicia de una niña curiosa-¿Te has puesto roja cuando te ha mirado?- "Yo sentí que sus burlas rozaban mi secreto y me puse aún más sofocada. La turbación me impulsó a la grosería:
"-¡Idiota!- le dije furiosamente.
"Me dieron ganas de matarla. Pero ella se echó a reír más burlonamente todavía, yo sentí que lágrimas de ira impotente se me agolpaban en los ojos. Me separé de ella y subí las escaleras.
ESTÁS LEYENDO
Carta de una desconocida
RandomEs una novela de Stefan Zweig. Publicada en 1922, cuenta la historia de un escritor que recibe la carta de una mujer que no conoce y que ha estado enamorada de él toda su vida.