Capítulo 4

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Fui hasta el cuarto de la pequeña, es tan hermosa... igual al hermano-pensé- con su cabello negro con rulitos y unos perfectos ojos verdes. Teo la tomo en brazos y ella me miró y se sonrió. Estire mis brazos hacia la pequeña, ella me observo unos instantes con sus brillantes ojos esmeralda y luego me sonrio estirando sus brazitos en respuesta.

 — ¿Cuánto tiene? —pregunté a Teo que nos miraba con una sonrisa.

 —Año y medio. ¿Sabes? Es raro ella no es un poco... antipática cuando no conoce.. No sé cómo lo hiciste.

 —Es un don—le dije guiñándole un ojo

 —Vamos Emma ¿Tenes hambre? —le pregunté a la pequeña.

 —Tiii— dijo la niña muy contenta. Le puse unos zapatitos que me dio Teo y fuimos hasta la cocina.

 — ¿Podes empezar hoy? —me miró con una expresión tan tierna que no pude decirle que no.

 — ¿A qué hora? —pregunte mientras ponía a Emma en su sillita de comer.

 — ¿A las 6? —creo que fue una afirmación, pero sono más a pregunta.

 —Sí, no hay problema. Entonces voy hasta casa asi le aviso a Alex y después vuelvo ¿Si?

 —Pero... ¿El mayor no es Thiago? ¿Y aparte no está tu padre en la casa?

 —L-O-R-E-N-Z-O... se llama Lorenzo. Y segundo sí.. Thiago gana en edad porque nació primero pero en mentalidad lo supera Alex, por eso yo le cuento todo al peque y no al señor me-hago-el-grande-y-duermo-con-mi-osito-teddy.

 — ¿Thiago duerme con un osito? —dijo sin contener la risa.

 —Sí, pero no le digas que yo te dije, él también tiene información que puede ser usada en mi contra.

 —Ok... Yo no digo nada... aunque me gustaría saber algunos de tus secretos.

 — ¡Es que si te los digo tendría que matarte!-le dije mientras le guiñaba un ojo y salía por la puerta.

Entre en la casa y vi a Alex mirando la tele en la sala. Me acerqué a él y me senté a su lado, él me abrazo y me dijo con su mejor sonrisa:

 —Papá te está esperando en el despacho, quiere hablar con vos.

 — ¡¿De qué!? —la verdad no tenía miedo, solo no quería escuchar nada de ese señor.

—No te asustes, le atacó el padre arrepentido. Thiago y yo ya lo escuchamos, ahora te toca a vos. 

 Me levanté y caminé hacia el despacho de Lorenzo, entre sin golpear y lo vi parado al lado de la ventana mirando para afuera. Estaba como sumergido en sus pensamientos. La verdad es que yo lo amo, yo sé que él hace todo por nosotros para él fue muy difícil hacerse cargo de 3 niños con solo 27 años. Pero lo trataba así para llamar un poco su atención creo... a veces me siento mal por él, yo sé que se siente solo.

 — ¿Querías hablar conmigo? — él se sorprendió y se dio vuelta rápidamente.

 —More, si veni sentate—tenia cara de culpa, esa culpa que le daba por no ser un padre presente.

— ¿Qué pasó? —pregunté desinteresadamente.

 —Tengo algo para vos—uff ahí viene el regalo de "esto compensa el hecho de que no esté nunca", pensé. Puso una caja con un enorme moño rojo arriba de su escritorio.

 — ¿No me digas que es un auto? —dije con tono sarcástico.

 —No... A menos que sea de colección en miniatura.

Si pudiera ser parte de Ti © (#1) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora