A los pocos minutos de dormir recibí una llamada, en mi celular aparecía una foto de Lena. Era la una y media de la mañana. Contesté y pude oír al otro lado de la linea música muy fuerte.
-Megan, te estas perdiendo de la diversión.-Gritaba Lena eufórica.
-Es la una y media, a las personas normales les gusta dormir a esta hora.
-A las personas normales les gusta los viernes en la noche... ES VIERNEEEEEEES.-Dijo alargando la «E».
-Sé que es viernes, pero mañana tengo cosas que hacer temprano.
-¿Como que?.-Tuve que meditar un momento para responder.
-Tengo que llevar a mi hermano menor a sus clases de baloncesto.-Claramente era una mentira. Pero no podía decirle que estaba en un equipo masculino de fútbol americano.
-Pues cuando regreses duermes, vamos no seas aguafiestas.
Mire, hacia el techo y medite un momento, Lena tenía razón. Era viernes y no quería dar la impresión de ser aburrida.
-Lena, ¿en donde estas?
-Estamos en casa de Michael, es una fiesta. Hay como unas 800 personas aquí. Hay mucho alcohol y demasiados chicos guapos.
-Sé que estas en una fiesta, pero quiero saber la dirección.
-Oh, eso. Te mando la ubicación por mensaje.
-No te prometo ir si es que esta lejos.-Respondí mirando el techo, contemplando lo que sea que mis ojos contemplaban.
-Pues para tu bendita suerte esta cerca.-Mi mirada bajo y vio aquella foto mía y de Valentina. El miedo a tener la misma historia hacia que me estremeciera de arriba a abajo.
-Iré solo un momento.
Sólo tuve un par de minutos para elegir lo que me pondría. Opté por un lindo vestido color rojo vino, unas botas tacones y mi chamarra de piel negra. Me peine con una trenza y de maquillaje utilicé solo sombras y un labial negro. Agarre las llaves de mi Jeep. Mi precioso bebé regalo adelantado de cumpleaños y Navidad. Y salí por la ventana para no despertar a mis padres.
Prendí el carro y conduje hasta el puesto de seguridad, mientras tanto veía la ubicación que Lena me mando de la fiesta. Después de un minuto levante la mirada y me di cuenta que el guardia estaba dormido, soné el claxon pero seguía roncando, tuve que salirme del auto a despertar al guardia, al despertarlo abrió los ojos como platos.
-Necesitó que me deje salir.
-Perdone señorita pero no dejamos salir a menores.
-Es una urgencia.
-Deme un beso y la dejo salir.- Me quede boca abierta, el guardia por lo menos era 7 años mayor que yo.
-Abra el paso entonces y después le doy el beso.
-¿Como se que no escapará?
-¿Como se que no me dejara salir?.-El guardia me miro a los ojos y movió la comisura de sus labios hacia arriba.
-Esta bien.-Abrió el muy ingenuo. Pasé a toda velocidad, no le iba a dar un beso. Una moto paso a mi lado al mismo tiempo mientras yo salia por lo que casi chocamos.
Soné el claxon.-Idiota.-Grite lo más fuerte que pude. Próxima parada: la fiesta.*****
Cuando llegué a la fiesta pude distinguir el aroma más familiar, el fuerte aroma a alcohol, drogas y sexo.
Michael tenia una casa linda pero no tanto como la de Zac y la mía.
Al llegar a la sala de juegos me encontré a Lena, Lizz, Jessie y Rex, solo faltaba Chris. Los chicos estaban sentados alrededor de un circulo jugando a confesión o castigo. El juego consistía en hacer una confesión sobre algo que alguien te pregunte del grupo y si no contestas, te darán un castigo. El juego sonaba interesante así que me uní al juego. A los pocos minutos la botella apuntaba hacía mi. El chico del lado opuesto de la botella miro pícaro.
-¿Como fue tu primera vez?.-Preguntó con una sonrisa de lado a lado.
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Megan McDaniels
RandomMegan es una chica que acaba de mudarse a los Estados Unidos. Ella esconde muchos secretos. Su mayor secreto es estar en un equipo de fútbol Americano lleno de chicos. Jamás se imagino lo difícil que podría ser ocultar su identidad y hacerse pasar...