Capitulo 20

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Con los primeros fríos de octubre llegaron las alegres fogatas en las


grandes chimeneas, y comenzaron a arder las astillas acarreadas por


MedioBrooke, y a chisporrotear los troncos de encina que Dan cortara a


hachazos. Todo era júbilo junto al fuego, y las veladas pasaban jugando,


leyendo y trazando planes para el invierno. La diversión favorita era


contar y oír cuentos. Papá y mamá Bhaer tenían abundante provisión,


pero cuando ésta se agotaba, los muchachos procuraban suplir la falta


con recursos propios, que no siempre alcanzaban buen éxito.


Una noche, mientras los más pequeños descansaban abrigaditos en


sus cunas, los mayores, junto a la chimenea, discutían qué hacer.


Medio-Brooke, empuñando la escobilla de la chimenea, y gritando:


"¡De frente!", formó a sus compañeros y les dijo:


-Tienen dos minutos para proponer a qué jugamos.


Los muchachos reflexionaron; Emil y Franz continuaron sentados; el


primero leía la Vida de Lord Nelson, y el segundo estaba escribiendo.


-¿A qué jugamos, Tommy? -preguntó Medio-Brooke apoyando la


escobilla en la cabeza del interrogado.


-¡Ala gallina ciega!


-¿A qué jugamos, Zampa-bollos?...


-A comer manzanas asadas, castañas y nueces.


-Debíamos invitar a las niñas -observó galantemente Medio-Brooke. -


Daisy pela las castañas con mucha gracia -insinuó Nat, deseoso de que


su amiguita participase de la fiesta.


-Nan es un prodigio partiendo nueces -dijo Tommy.


-Bueno; pues que vengan sus novias; no nos importa -afirmó Jack. -


¡No digas tonterías! Mi hermana no es novia de nadie -exclamó Medio


Brooke.


-Es novia de Nat. ¿Verdad, musiquillo?


-Si Medio-Brooke no se incomoda, contestaré que sí.


-Pues Nan es mi novia, y nos casaremos dentro de un año; ya lo


saben, para no estorbar -dijo Tommy, que había convenido con Nan en casarse y en vivir en el sauce, con una gran cesta de comida y otras


cosas útiles y agradables.


Calló Medio-Brooke y del brazo de Tommy se fue en busca de las


damas.


-Mamá Bhaer, ¿tendría la bondad de cedernos un ratito a las niñas?


Gustosamente cuidaremos de ellas -dijo Tommy guiñando un ojo


para dar a entender que había manzanas, castañas y nueces.


Las muchachitas entendieron el gesto y soltaron agujas y dedales


antes de que tía Jo adivinase si Tommy estaba bromeando o sufría un


ataque convulsivo. Medio-Brooke dio explicaciones y, otorgado el


permiso, salieron juntos.

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