"No estaba seguro de que fueran a elegirme." Louis arrastra las palabras y golpea sus codos juntos, despreocupadamente como si estuviera hablando de un trabajo cualquiera y no de unirse al ejército. "No quería preocuparte por nada."

Harry se hubiera preocupado de cualquier manera cuando Louis no volviera a casa por tres días. "Claro." él responde, sintiéndose falto de respiración, lo cual no es desconocido, pero él sabe que esto no tiene nada que ver con su asma. "¿Cuándo te vas?"

Louis hace una pausa muy larga. Harry trata desesperadamente de seguir respirando, puntos negros bailando y titilando en frente de sus ojos. Hay un peso familiar de una mano en su muslo, las yemas de los dedos rozando la parte superior de sus rodillas, calidez incluso a través de la gruesa capa de algodón. Sus propias manos están apretadas a sus lados.

"Me voy para el campamento en una semana."

La voz de Louis es tensa y el agarre de su mano en el muslo de Harry se tensa aún más de igual manera. Una semana son siete días. Siete días, ciento setenta y ocho horas, diez mil ochenta minutos, seiscientos cuatro mil ochocientos segundos. No importa cuánto Harry lo divida, no es suficiente.

"Eso es muy pronto." él termina dejando salir, luchando contra las lágrimas, peleando contra el pánico aumentando en su pecho.

"Lo sé." Louis dice con aire de disculpa. "Pero Haz, estaré de vuelta pronto también. Lo prometo."

Es arrogante y confiado y tan Louis que Harry no puede evitar sonreír y Dios, él está tan enamorado de él. "Tú no puedes prometer eso."

"Claro que puedo." Louis le asegura, su boca torcida en una sonrisa descarada. Hace a sus ojos brillar en el sol de la tarde que está resplandeciendo por la ventana y su piel es como el caramelo. "Alguien tiene que asegurarse que no te metas en problemas."

Él tira a Harry hacia sí por el cuello, enreda sus brazos alrededor de sus hombros y su respiración roza la oreja de Harry cuando habla. "Te escribiré. Cada semana. Y estaré de vuelta antes de que te des cuenta."




Cuando Harry despierta y parpadea para desperezarse, le toma un par de segundos darse cuenta dónde está. Hay luz brillante reflejada por paredes limpias blancas y late a través de sus sienes y en su abdomen, y cuando trata de sentarse, no puede. Hay restricciones alrededor de su pecho y brazos y su cerebro necesita unos segundos para ponerse al día antes de —

"Louis." él gruñe, su garganta está tan seca que las palabras prácticamente queman en su boca y todo vuelve a toda prisa, la imagen del Soldado del Invierno arrancando su máscara para revelar el rostro de Louis quema en su mente hasta que duele. Sus brazos pelean contra las restricciones atándolo a la cama.

"Harry." Su cabeza gira hacia un lado. Zayn está sentado en una silla al lado de la cama, una pierna doblada en la rodilla, su tobillo apoyado en su estrecho muslo. Hay un corte desagradable en su ceja derecha, comenzando a formar un moretón. "Necesitas estar tranquilo."

"¿Estar tranquilo?" Harry dice con voz áspera, poniendo más peso hacia adelante, las restricciones gimiendo y la base de la cama traqueteando. "¿Qué demonios, Zayn? Déjame ir, necesito — tengo que —" Él no sufre más de asma, pero hay una presión familiar en su pecho, por lo que es difícil respirar, por lo que es imposible para él mantener la calma. Él necesita saber.

"Necesitas descansar y estar calmado y dejarme hablar, maldita sea, ¿de acuerdo?"

Zayn usualmente es el epítome de la calma. Incluso en el peor de los escenarios, él es el que mantiene la cabeza clara, se mantiene sereno y enfocado. Pero hay una tensión en su voz ahora que no estaba ahí antes y le da a lo que sea que está a punto de decir una gravedad que no ayuda a calmar a Harry. No obstante, él trata de relajar sus brazos, trata de tomar una respiración lenta, dentro y fuera, aún así su mente permanece devanándose los sesos.

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