☹ Tres ☹

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Daba trazos suaves con el lápiz en el papel, intentando perfeccionar el dibujo que se hayaba en frente de mis ojos. Un par de ojos con una perfecta sonrisa era lo único que necesitaba, pero en lugar de eso, uno de los ojos no me salía igual al otro, y la sonrisa era, o muy larga o muy corta cada vez que borraba las líneas hechas por el grafito.

El lápiz rodó por el escritorio, estaba cansado de intentar hacer algo en la hoja.

She sits up high, surrounded by the sun, one million branches and she loves everyone, "Mom and dad, did you search for me? I've been up here so long I'm going crazy"* se escuchó en la bocina de mi celular antes de ser interrumpido por alguien dando unos leves toques en mi puerta.

Me levanté con evidente pereza de la silla en la que me encontraba, y fuí a abrir la puerta.

- ¿Qué? -dije sin siquiera ver a la persona detrás de esta.

- Oh, luces horrible -subí mi mirada, dándome cuenta de que Hayley tenía una sonrisa burlona en el rostro.

- Gracias -contesté sarcástico.

- De nada, señor amargado -bufé- ¿Por qué nunca estás listo cuando hay terapia? -subió una de sus cejas y se cruzó de brazos.

- No me gustan las terapias -me encogí de hombros.

- A nadie -suspiró- Pero estamos metidos en esta mierda, así que tenemos que tomar esas estúpidas terapias -rodó los ojos. Sonreí.

- Me alegra saber no ser el único que lo odia -reí bajito.

- Todas las personas a las que se les obliga a ir o a hacer algo que, obviamente, no tiene su consentimiento, va a odiar todo lo que tenga que ver con el tema -se encogió de hombros- Como sea, sólo vine a decirte que tus suplicas han sido escuchadas, David no se ha podido presentar hoy en la clínica y bla bla bla -hizo una cara graciosa- El caso es que no tendremos terapia hasta la próxima semana -sonreí.

- David es el orientador, ¿cierto? -pregunté tímido. Hayley rió.

- Sí, ¿no lo sabías? -preguntó confundida pero con un toque de humor.

- No es que me haya importado mucho, así que -mordí mis labios y después sonreí avergonzado.

- No te importan muchas cosas -dijo curiosa.

- Síntomas de la depresión -sonreí.

- Me alegra que lo tomes con humor - rió un poco, yo di una carcajada y la miré.

- No lo hago.

(...)

- Hola chicos -saludé a los tres cuando llegamos al comedor.

- Hola Jared -contestó Sam con una sonrisa.

- Hey -dijo Ryan con una pequeña sonrisa.

- ¡Hola! -dijo Hannah abrazándome, confundido le devolví el abrazo.

No estaba acostumbrado a un abrazo, a ninguna muestra de afecto en realidad.

- ¡Hayley! -abrazó también a Hayley.

- Tranquila Hannah -Hayley rió y le devolvió el abrazo.

- Lo siento -rió nerviosa y se sonrojó.

Me senté en el extremo de la mesa, Hayley a mi lado y Hannah a su lado. En frente mío estaba Sam, y después Ryan.

Dejé mi plato en la mesa, tomé un tenedor y comencé a escuhar la platica animada que estaba en la mesa. Observé a cada uno, Sam no tenía un plato delante, pero lo dejé pasar, no quería decir algo que la hiciera sentir mal. Hannah hablaba feliz, Hayley también, Sam hablaba de vez en cuando, Ryan casi no decia nada y yo estaba callado comiendo.

DepressionWhere stories live. Discover now