.3.3. 'UN DIA ORDINARIO'.

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Ellery.

Ambos dejamos que la escalera automatizada nos guiara hacia el suelo. Para mi completo horror comencé a notar los montones de flashes blancos y azules que se veían en medio de la noche.

Cientos de paparazzi acechaban los alrededores del estacionamiento donde habíamos aparcado, el cual no nos tenía como únicos visitantes el día de hoy.

Vendrían titanes de la academia Licosint, no sabía cuantos, ni a qué hora. Pero siempre había un titán representante de su academia en un evento como estos. Eran meros títeres en estos días, anfitriones de fiestas de gente aún más poderosa.

Seguí a mi padre con la cabeza baja a través del concreto y los guardias de seguridad con cascos negros que hacían una barricada humana en contra del resto de humanos que acechaban la vida de las personas famosas alrededor del mundo.

Yo no era una de ellas.

Mi madre eliminaba incluso mis redes sociales cada vez que me creaba nuevas.

—¡Elleria! ¡Elleria Azcárraga! No te causa problemas atender un evento de la academia Licosint con tu prima, la titán Layla Azcárraga— ignore la mayoría de los gritos que la gente me daba.

Cómo odiaba que me dijeran Elleria.

Subí los escalones metálicos a espaldas de mi padre hasta que finalmente pudimos entrar a través de las puertas de metal al cerrado auditorio, propiedad de Ansel.

Todavía no había dejado de ver puntitos negros cuando otro escaner se posó arriba de mi.

Después de confirmar nuestras identidades una joven asistente se acercó a mi padre para mantenerlo informado a cerca de todo lo que estaba ocurriendo.

Y yo decidí cumplir mi labor como una hija Azcárraga.

No decir absolutamente nada. No hacer absolutamente nada.

Simplemente ser la imagen que mi padre necesitaba que fuera durante el día de hoy.

Miré mi reflejo en los cristales de los pasillos, procuré mantener una mueca seria tal y como le gustaría a mi madre.

Los guardaespaldas de Ansel se mantenían pasivos a varios metros de nosotros. Estaba segura que mi padre no los necesitaba ya que el entrenamiento militar era una obligación en todos los Gotze incluyéndome, pero Ansel amaba sentirse poderoso y superior a todos.

El salón era una enorme cúpula blanca cubierta en luces azules que hacían brillar absolutamente todo lo que entraba.

Las mesas metálicas triangulares tenían personas en elegantes trajes y vestidos, que bebían y comían bajo la música que provenía del sistema de ventilación también.

Mi padre en seguida comenzó a saludar a todas las personas de las importantes mesas con las que compartía gustoso fotos.

—Por aquí señorita Gotze— me dijo otra asistente de Ansel para llevarme a mi mesa.

Le seguí sintiéndome algo incomoda en este tipo de lugares. Siempre estaba sola.

Nadie compartía palabras conmigo. Yo no era interesante para estas personas.

En la esquina del amplio salón había una amplia tarima flotante metálica sostenida por los drones de gravedad debajo de ellos.

La silla transparente fue cómoda.

Active un pequeño holograma para poder chismear con mi mejor amiga acerca de mi aburrida noche.

Pato Pérez daría lo que fuera por estar aquí al contrario de mi. Ella amaba a los titanes (Cómo todo el mundo) y más a los de la academia Licosint ya que aquí estaba su precioso príncipe alíen Leander Adrastros cómo líder de la misma. El amor platónico de mi mejor amiga. Y de millones de personas más.

A N I M U S    E T E R N A  ♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora