“Preciosa”… y vaya que lo es. 

- Eso es. – le anima, ahora que se ha inclinado y se ha atrevido a mirarme. Está bastante avergonzada. Tímida. Dios… y yo también lo estoy, joder. - ¿quieres cargarla? – me pregunta. Abro más los ojos ahora que puedo reaccionar. 

- No sé… yo… no sé si ella quiera que…

- Vamos, cárgala. – me sonríe. Su sonrisa me alivia. Asiento y estiro los brazos hacia Elisabeth. Mágicamente ella se deja. Y la sostengo, hago un pequeño esfuerzo por tensar mis brazos y la acurruco entre ellos. Es liviana. Y su olor es encantador. Es dulce. Bastante dulce. Su cabello toca mi rostro y lo acaricia. La veo de cerca, se parece a Megan lo suficiente como para recordarla en cada mueca que hace. Se le parece tanto que me hace soñar. 

Y ella nos mira desde su ángulo, sé que está a punto de llorar y es muy probable que yo también. Juro no saber lo que siento, solo estoy dejando pasar el momento y disfrutándolo como debí haberlo hecho desde hace dos años. 

Elisabeth me mira. Sus ojos tocan los míos y nuestras miradas se abrazan. Vaya… sí, en realidad es preciosa, es guapísima. Se me eriza la piel al sentir sus manitos tocar mis brazos gruesos. Se detiene pasando los dedos sobre uno de mis tatuajes en el brazo izquierdo. Se queda bastante maravillada al verlos, y los toca más, buscándoles forma y tratando de entenderlos. Algo dentro de mí se forma en un impulso, queriendo explicarle porque me hice esos tatuajes hace años. Y quiero decírselo todo. Parte de mí se enternece por tenerla conmigo. Es adorable. Es preciosa. Supongo que al mirarme como lo está haciendo, es su forma de aceptar a su jodido y problemático padre. No sé exactamente si yo también lo estoy haciendo, solo sé que tenerla en mis brazos me hace sentir en un paraíso extenso y sin ninguna preocupación a mi lado. Que tenerla es más o menos así como navidad para un niño. Que sentirla aquí, aquí conmigo… me hace sentir demasiado afortunado, tanto que pongo en duda si de verdad lo merezco. 
Megan solloza y yo subo la mirada, me acerco a ella a pasos lentos con Elisabeth conmigo haciendo que deje de sollozar. 

- Es preciosa. – digo y me acerco hasta sus labios para poder besárselos. Megan me acaricia la nuca con los dedos de su mano, mientras mi boca se come la suya suavemente. 

Y al soltarla, siento que Elisabeth me mira de nuevo. No sé cómo interpretar su mirada… pero es como si tratara de transmitirme alguna molestia y oh… claro… es que acabo de besar a su madre en los labios. Me reprendo a mí mismo. Tengo que acostumbrarme a esto. 

- Voy a dejarlos solos ¿sí? necesito decirle algunas cosas a Emily. 

Elisabeth estira los brazos en dirección a su madre cuando la siente alejarse y un sollozo agudo sale de ella. 

- Dame un minuto, mi amor. 

Vuelve a decirle tranquilizándola. 

Escucharle llamarle así me provoca celos… celos estúpidos, pero básicamente celos. Pronto se me pasan cuando Megan se me acerca y vuelve a besarme en la boca. 

- Ya vuelvo. – nos dice a los dos, pero especialmente a ella, que ha recobrado el control pero todavía sigue indispuesta a quedarse sola conmigo. 
Megan abre la puerta del departamento y entra echándonos una última mirada. Después de eso, desaparece completamente y puedo escuchar sus pasos desapareciendo cada segundos más. Se ha ido. Y en cambio me he quedado yo junto a una niña de dos años que me mira a los ojos, como si tratara de entender porque nos parecemos tanto.

- Hola. – le saludo. Ha nacido de mí y es que… 
sinceramente no sé qué otra cosa decirle. Ella parece entenderme, pero ladea la cabeza y finalmente baja la mirada para distraerse con mis tatuajes. - ¿te gustan? – le pregunto enarcando una ceja. Sin embargo algo dentro de mí se enciende y me hace pensar que jamás le dejaría hacerse uno. No sé por qué, solo lo pienso. Elisabeth asiente con la cabeza y su cabello se mueve, enredado en dos coletas. El hecho de que haya asentido me hace sonreír. Bajo también la mirada y la observo una vez más con detenimiento. - ¿Cuál te gusta más? – pregunto entusiasmado.

Sus pequeños dedos bajan hasta la altura del tigre que me tatué a los veinte. 

- Es un tigre. – le digo y al subir la mirada, mi nariz toca su frente y su cabello. Huele bien. Huele demasiado bien. Mojo mis labios y no soy muy consciente de lo que voy a hacer en ese momento. Pero el hecho de sentirla lo suficientemente cerca me hace estirar los labios y besar su frente. 

Ella espera a que me despegue y al saber que he terminado de besarla, me vuelve a mirar directamente a los ojos. Y lo recalco, es preciosa. Se le parece tanto… 

- Te pareces muchísimo a tu mamá. – digo y ella hace una mueca con la boca. - ¿lo sabías? – la meso entre mis brazos y ella suelta una sonrisa pequeña. Oh… así funciona esto... la meso en mis brazos con más velocidad y ella termina por reír fuerte y sostenerse de mi cuello. – tranquila. – susurro teniéndola cerca una vez más. Mi mano derecha toca su pequeña espalda y la abrazo suavemente. 
Sonríe todavía sosteniéndose de mi cuello. Una risa pequeña y aguda que me hace sonreír a mí también. No lo estoy haciendo tan mal después de todo. Pero supongo que no es el mejor momento para decirle que soy… que soy su padre. Que nos hemos separado dos años y que he tenido que superar millones de cosas para poder estar aquí con ella. No lo entendería, y es mejor así, supongo que dentro de mí el antiguo Zayn también piensa que es mejor así. 

Segundos después, su mano derecha toca mi mejilla del mismo lado. La siento abrir sus dedos y acariciarme suave. Me quedo quieto. Esto no me ha pasado nunca. Nunca he visto a una niña ni he llegado tan lejos con una. Tiene que ser por algo… sí… definitivamente no he sido el único que ha sentido tanta química entre los dos. 

Sin embargo, solo hay una cosa que pido esta noche, ojalá en algún momento me llegues a querer tanto como has querido a Megan durante los dos últimos años. Lamento no poder haber estado contigo, créeme, hubiera dado mi vida por verte crecer o al menos saber que existías. Eso ya te lo explicaré luego, por ahora, solo deseo que me quieras tanto como quieres a Megan. Por ese lado, no dudes en que yo voy a quererte de la misma manera, mi amor.

Mafia Tentation 3Where stories live. Discover now