52. "-Suficiente."

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Narra Kendall McCartney

Charlie me llevó un chocolate caliente, unas galletas, un dispensador de toallas de papel y una manzana cuando empecé a llorar a la mitad de mi "relato".

- ¿Pero ustedes usaron... Condón?

- Sí. -bebí del chocolate.

- Entonces no pasará nada.

- Me da igual. El punto es que soy una estúpida, yo...

- Tenías miedo -me interrumpió-, ¿qué podías hacer? Él es el imbécil de aquí. Él sabía tu posición ante eso y, cegado por lo que él quería, no vio lo que tú querías. -me quedé en silencio mirándolo, tenía toda la razón- ¿Y qué harás?

- ¿De qué hablas? -pregunté confundida.

- De Kendall, ¿qué harás con él? ¿Vas a terminarlo?

- No sé... No sé ni qué pensar. -me llevé las manos a la cabeza.

Me frustraba no saber qué hacer, debía hablar con Kendall y explicarle que yo no... Que yo no debía hacerlo y que no podía poner mi amor hacia él como condición para hacer las cosas.

- ¿Debería terminar con él? -le pregunté a Charlie.

- Mira, yo no puedo decirte qué hacer y qué no, pero te diré una cosa: las parejas siempre tienen problemas y se solucionan hablándolos con calma. Así que mi opinión, es que deberías hablar primero con él antes de hacer algo de lo que te arrepientas. Ya sabes lo que dicen: "No prometas cuando estás feliz, no respondas cuando estás enojado, no decidas cuando estás dolido, no actúes si no estás convencido."

- ¿Cómo es que sabes tanto? -pregunté y él rió.

- Experiencia, amiga mía, experiencia. -reí levemente- Bien, necesito que lo llames y que le digas que tienen que hablar.

- No puedo hablar con él. Si lo veo, me sentiré como la estúpida más grande de todas.

- Serás la estúpida más grande de todas si no hablas con él. -alzó una ceja.

- ¡Pero no puedo hacerlo! -exclamé y las lágrimas volvieron a mi.

No podía hablar con él. Sentía que si lo hacía, me rompería en llanto otra vez frente a él. Recordaría cada segundo.
De verdad que era estúpida.

- Sí puedes, sé que puedes. -me alentó- Puedes con todo lo que se te interponga, Kendall.

- No, claro que no. Soy una estúpida, soy una sumisa, soy una...

- Suficiente. -me interrumpió y cerré la boca. Charlie acercó su mano a mi rostro y, con su pulgar, limpió mis lágrimas- No te estoy obligando a ir ya a hablar con él, no. Es obvio que aún no estás en condiciones de ir y hacerlo, teniendo en cuenta de que son casi las 4. Solo te pido que lo pienses bien, pero que no te mates pensando. Te pido que no hagas ninguna estupidez y que te intentes tranquilizar.

Lo miré fijo y él se acercó para abrazarme.

- Ahora -continuó-, vamos a dormir. Tenemos que levantarnos temprano.

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora