Y sí. Folló varias veces con otras mujeres y no sintió jamás la misma adrenalina que había experimentado con Megan en Atlanta. Y ni siquiera llegaron a hacerlo. Jodida frustración. 

Sin embargo sabía que no podía hacer nada contra eso. Megan, además de centrarse solamente en su hija, no salía con nadie ni se relacionaba con algún tío. 

Trabajaba en varias cafeterías al día y llevaba a Eli con ella en cada turno que podía. Muchos tíos bastante formales y otros casi no, le buscaron incontables veces, pero siempre terminaba negándose. Entonces… ¿Qué oportunidad tendría Travis ante todo eso? Megan estaba cerrada al amor, a cualquier lío, a cualquier cosa. Y sabía perfectamente por qué. El motivo le dolía de cierta forma. ¿Cuándo es que olvidaría a Zayn de una vez por todas? Podía asegurarse que este ya la había olvidado fácilmente. 

Intentó acercarse a ella, haciéndose su amigo y tratando de esa manera volverse algo más… pero terminó convirtiéndose en algo así como un hermano para ella. Un hermano que le tenía bastantes ganas y que moría por comerle la boca.

Dejó pasar el tiempo, confiando en que Megan algún día le daría una oportunidad. 
Fue entonces cuando meses después de bastante tranquilidad, Megan salió de la cafetería después de una noche llena de faena, con Eli en brazos. El taxi en el que iban había volteado en la esquina y una gran nube de humo se expandía en toda su cuadra. Había bastante gente en toda la pista que no permitía el pase al taxi. Así que bajó con Eli en brazos y trató de meterse entre la gente que estaba acumulada observando de dónde provenía el humo. Se quedó petrificada al observar que venía exactamente del pequeño departamento que ella estaba rentando. Permaneció metida entre la gente y observó varios minutos como el fuego consumía las ventanas de su departamento. La vista se le nubló y tuvo que salir de ahí antes de que el humo afectara su respiración y la de su hija. Minutos después la motocicleta de Travis llegó al lugar. Asustado, la buscó gritando su nombre entre toda la gente. Y cuando pudo verla, envuelta en pánico, lo único que pudo hacer fue abrazarla y llevársela a otro lado donde pudiera llorar con tranquilidad. 

No era necesario pensar mucho en el culpable de todo lo sucedido, pues sabían perfectamente de que se trataba todo esto. Estaban buscando a Megan. Las sospechas de ambos se hicieron factibles días después, ya que el dueño del edificio en el que Megan alquilaba, le hizo una visita un tanto personal donde pudo entregarle una pequeña notita bastante deteriorada pero que todavía era entendible para leer. 

No quiso someterse a ninguna intervención policial ni a peritaje. Joder, la policía no podía interferir con ella ni con Travis. Así que decidió huir una vez más…

Y de esa manera se la había pasado viviendo los dos últimos años. Decidió buscar a Zayn para de alguna forma obtener protección de parte de él hacia Eli, pues prefería enfrentarse a Tentation sola que con su hija en algún momento. Pero la verdad es que no había nada concreto con él. Ni siquiera le había dicho sobre su hija todavía… ni siquiera sabía en qué condiciones estaban. Si eran amigos, conocidos o dos personas que tenía un pasado bastante comprometedor. Ni siquiera podía dar por sentado que todavía sentía algo por ella. Era tan malditamente confuso.

Después de dos años, no le sorprendía que todavía siguiesen buscándola. Esta guerra no acabaría hasta que ella llegase a enfrentarse a toda a esa mafia. La otra opción, era unírseles. 

- Cálmate. – le dijo Travis en la otra línea. Parte de él había entrado en tensión por escuchar el tono de voz de Megan. – tranquilízate… - repitió y esperó ansioso a que ella respondiera. Pero no obtuvo palabras de regreso en varios segundos. 
Megan trago saliva. Lo único que la podía aliviar era que tenía a Eli con ella y no le pasaría nada mientras así estuvieran. Sus jadeos se escuchaban en medio de la oscuridad. Deseaba llorar con tanta fuerza…

- Respóndeme joder. – farfulló él, irritado.

- Estoy aquí. – dijo ella recobrando las fuerzas. Escuchó a Eli gemir asustada por la oscuridad. 

- Hemos pasado por esto Megan. Sabes lo que tienes que hacer. 

- No puedo… no puedo… Elisabeth está aquí. – susurró contra el teléfono bastante nerviosa. 

Travis golpeó con fuerza el timón de su auto. Deseaba tanto estar con ella en ese momento. Era él quién necesitaba tranquilizarse. Vamos, confiaba en Megan.

- Todo va a salir bien nena. – le dijo tratando de apaciguarla. Megan volvió a guardar silencio. Esta vez apartó un poco el móvil de su oído y se dedicó a escuchar los sonidos que provenían de afuera del baño personal. Su respiración se hizo más rápida y su piel se heló en solo segundos. 
De pronto, el sonido de la puerta principal. 

Megan apretó el móvil con las manos. 
Hizo su mayor esfuerzo por guardar silencio y se dedicó a escuchar. Estaban dentro. 

- ¿Qué está pasando? – preguntó Travis aun en la línea telefónica. Pero Megan no le prestaba atención. 

Agudizó el oído y percibió varios pasos en el pasillo de su departamento. Apretó la mano libre en un puño. Sus dedos helados tocaron su palma. 

Eli levantó la mirada, buscando el rostro de su madre y solo pudo ver la claridad de sus ojos al mirarla diciéndole que todo iba a estar bien.

Megan subió el móvil al oído.

- Están aquí. – repitió.

- Sabes lo que tienes que hacer.

- Van a entrar… van a entrar Travis, van a llevarse a Elisabeth. – dijo en un ataque de desesperación. Jamás había sentido tanto pánico en su vida. – la van a alejar de mí maldita sea… - sollozó en silencio.

- ¡Joder claro que no! – gritó él. - ¡maldición Megan! Puedes hacer esto. 

Mafia Tentation 3Where stories live. Discover now