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CAPITULO XV

"Et lux in tenebris Lucet"

(Y la luz brilla en las tinieblas)

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- No será como el de la cafetería de Tribunales, pero creo que zafa bastante - Dani entregó la taza con café oscuro a su amigo.

- Está hecho por vos, Dani, es rico de todas formas.

- Siempre tan cortés.

Sin perder de vista el objetivo de su escala técnica, Daniela fue hasta su dormitorio y desde allí hablaba, elevando mucho la voz, casi a los gritos, con el propósito que su amigo la escuchase.

- Y ahora que me encontraste gozando de buena salud, ¿te quedás más tranquilo? -bromeó poniendo patas para arriba su armario; tenía mucha ropa por lavar y las opciones para llevar a la casa de Sebastián no era muy variadas.

- Sí....mucho...pero...Dani, no hablamos de la visita a tu papá.

- Es que no hay mucho por decirte; en realidad conversamos cosas propias de la relación padre e hija.

Poniendo varias prendas de uso diario y ropa interior dentro del bolso, cerraba la cremallera con fuerza. Aún faltaban guardar zapatos y algún que otro sweater de abrigo para lo cual acudió a una silla para treparse del placard y bajar una valija un poco más grande.

Suspendida en puntas de pie, con gran esfuerzo, arrojó la valija desde las profundidades de su armario cayendo ésta sobre el colchón. Cuando Dani hubo bajado de su peripecia, encontraría a Máximo recostado sobre el marco de la puerta, sonriendo por la batalla ganada de su amiga, sosteniendo con ambas manos su taza humeante.

- Parece que te mudaras.

- Algo así - sonrió nerviosa sacudiendo las manos entre sí.

- ¿Sí? ¿De verdad? - elevando una ceja, Máximo mostraba confusión.

- Por el momento me estoy quedando en lo de Sebastián.

- Ah - su boca se enfrió como el Ártico - ¿Las cosas andan mejor?

- Sí.

- Bueno...supongo que tendría que alegrarme - mirándola con cierto escepticismo hundió sus labios en un sorbo de café.

- Sí realmente me querés, por supuesto que tendrías que ponerte contento por mí.- reprochó.

- Es que ese es el punto Dani. Yo te quiero...más que quererte, yo te amo, ¿nunca vas a entenderlo?

Dani dejaría de armar su segundo bolso para acercarse a su amigo, que sostenía su mirada, y presionaba fuerte sus nudillos en la cerámica de la taza.

- Maxi, yo entiendo que estás enamorado de mí; pero sos vos el que tendrías que entender que lamentablemente esto no es correspondido. Me duele tener que ser tan directa, pero no encuentro otro modo de decírtelo - subiendo sus hombros, sintiéndose culpable como muchas otras tantas veces, Dani fruncía su boca de lado, esperando que entendiese su punto de vista.

- ¿Por qué no yo?

- ¿Por qué vos no, qué? - repitió como un trabalenguas.

- ¿Por qué tenía que aparecer Alcorta y arruinarlo todo?

- Maxi...Sebastián no arruinó nada.

"Donde se esconden los ángeles"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora