Capítulo 2

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Para el alumno nuevo fue un día importante. Empezar en un nuevo instituto ya empezadas las clases es duro, y más con una desagradable, dolorosa y triste experiencia como la suya. Y es que se cambió de instituto porque en el otro le acosaban, le hacían bullying, solo porque su pronunciación era un tanto diferente a la de los demás. No podía entender el porqué, él no había hecho nada, era un buen chico. Suerte que tuvo de su hermana Anny que le ayudó cuando más lo necesitaba y juntos tomaron la decisión de irse de aquel infierno.

Anny era toda una luchadora, una persona con las ideas claras y un corazón enorme. Ella quería muchísimo a su hermano y lo sobreprotegía, por eso estuvo siempre a su lado cuando los demás lo acosaban, y tomó la decisión de contárselo a sus padres y camboarse de instituto.

Aquella mañana, entró inseguro acompañado de su hermana en el nuevo instituto (justo al lado del anterior, cln la diferencia de que el anterior era privado y el nuevo era público). En la entrada vio un grupo de chicas que los miraban con curiosidad, y en una esquina, un chico que no se despegaba de sus libros. En la pista habían tres chicos jugando a fútbol y un grupito de chicas mirándoles embobadas. Después de hablar con dirección, le enviaron en el aula 14. Como su hermana tenía un año más que él, fue enviada en un curso mayor. Estaba nervioso y temeroso. La profesora le hizo entrar y le presentó a los alumnos.

Andrei aprovechó para ver cómo eran: delante habían dos de las chicas de la entrada, detrás de ellas otras dos, por lo visto eran un grupito de cuatro. Al lado de las chicas había el joven de los libros, solo. Detrás de toda la clase estaba uno de los que jugaban a fútbol. La profesora le sentó al lado del chico de los libros y se presentó con cierto sigilio:

-Hola, soy Andrei.
-Yo Carlos. –soltó su compañero neutro.
-¿Me podrás dejar copiar el horario de clase?-preguntó Andrei mientras sacaba su agenda.
-Claro que sí. Aunque mejor a la hora del patio.
-De acuerdo.-no se atrevió a decirle nada más.

En la hora del patio siguió a Carlos, inseguro. Ese chico había sido bastante neutro con él, y no sabía si iba a aceptar su compañía o no, aunque por el momento no le importaba. Él se sentó a estudiar cerca de la pista, en un rincón tranquilo. Las chicas que había visto en la entrada estaban cerca de él. Una de ellas no le quitaba el ojo a Carlos. De repente, se levantó y junto a otra chica fue en donde estaban ellos:

-Ey, Carlos, ¿qué haces?
-Estoy estudiando, Cristina.
-Carlos, deja alguna vez los libros y contempla tu alrededor. Te estás perdiendo oportunidades que sólo se presentan una vez en la vida.-dijo la tal Cristina.

A Andrei aquel comentario le pareció una indirecta hacia su compañero, quien seguía ocupado con los libros. O la había esquivado, o era inexperto en chicas y no había entendido nada. O simplemente no le caía bien y por eso no le había hecho caso.

A Andrei le gustaba observar las reacciones de los demás. Era muy atento a todos los detalles, y eso le permitía conocer cosas que los demás jamás se habrían fijado.

-Y tú, ¿chico rubio?-preguntó la otra.
-¿Yo? Mmm...
-¿Eres de aquí?
-No, soy ruso. –ella se sorprendió.-Pero hace ya un tiempo que vivo aquí. Soy Andrei.
-Yo soy Irene. ¿Así eres ruso? Me encanta tu país. -dijo la chica, emocionada.

Siempre había amado Rusia. Era su debilidad, y su mayor sueño era visitarla algún día pero, como siempre, era muy caro. Se emocionó de conocer un ruso que fuera amable con ella. En el curso de Anny había otro, pero era un idiota maleducado que siempre molestaba a la gente, así que se alegró de que ese chico no fuera así.

-¿De veras?
-Sí, me sé todas las regiones de memoria. Incluso estoy estudiando el idioma. Me encantaría ir allí algun día.-él estaba muy sorprendido.
-Bueno, pues cuando quieras te cuento cosas de Rusia.
-Sería fantástico.-dijo ella sonriendo y se sentó a su lado. Le susurró cerca del oído:-Dejemos que se queden solos. Ella está enamorada de él...
-¡Hermano! ¿Dónde te habías metido?-soltó Anny apareciendo de repente.
-Ah, Anny. Mira, te presento a Irene, a Carlos y a Cristina.
-Me alegra conoceros. Yo soy Anny, la hermana de Andrei. Espero que podamos ser amigas.
-Claro que lo seremos-dijo Irene sonriente. –Las otras chicas están allí. ¿Queréis conocerlas? Son muy agradables y locas.-Irene se levantó y los hermanos rusos la siguieron.
-Irene, no te metas en medio, que no veo a Alex.-se quejó una de las chicas.
-Nicole, Emily, os presento a Andrei y Anny. Son nuevos.
-Quedaos aquí con nosotras, si queréis. Nosotras estamos observando los chicos guapos del instituto. Se llaman Luis, Marcel y Alex, aunque a veces viene otro chico con ellos llamado Toby.-Explicó Nicole.

Anny se fijó en el tal Toby. Andrei sólo miraba, un poco incómodo. Se sentía raro rodeado de chicas, y su hermana se había quedado embobada mirando a ese chico. Miró a la chica que confesó ser amante de Rusia.

No era alta, pero tenía un aspecto totalmente ibérico: su pelo castaño hacía juego con sus ojos marrones. Sujetaba un móvil BQ en su mano, el cual le quedaba bastante grande. Vio que llevaba una pulsera de París, y se fijó en sus uñas mordidas. ¿Estrés, quizás?

De repente, el móvil de Irene vibró y Andrei volvió a la realidad. Era un WhatsApp de su amiga Mery. Se conocieron en un foro para escritoras y se hicieron amigas.
Esa era la gran habilidad de Irene. Sabía escribir, y le gustaba. Era su vía de escape, su desahogo.
Andrei miró descaradamente los mensajes que se enviaban. Hablaban de un tal Heyden.

-Andrei, ¿acaso estás mirando mi móvil?
-Lo siento, es que no sé qué mirar...
-Pues dame tu número o tu usuario de Instagram y miremos tu perfil.-él se sorprendió, pero aun así le dio el número.

Y así fue cómo empezó la amistad de Andrei con Irene.

El Alumno NuevoWhere stories live. Discover now