Capítulo 3: Propuesta.

4.8K 328 94
                                    

Narrador protagonista. (Misaki)
 

.     


Tan sólo acordarme de ese día hace que empiece a temblar y mi conciencia no me deja en paz ningún momento.

¡Qué estúpido soy!

Desde entonces he estado evitando a Ijuuin-sensei en la empresa, en su casa y hasta en la calle. Reviso incluso antes de salir de casa y volteo a todos lados intentando no encontrarme con su mirada, pareciendo un paranoico.

¿Cómo me pudo hacer esto?

No...

¿Cómo le pude hacer esto a Usagi-san?

—¿Misaki? —escucho la voz de Usagi-san, su tono es de preocupación. Levanto la vista de inmediato y mi mirada lo ve a él pero no sus ojos—. ¿Estás bien? —pregunta, y la preocupación crece al ver que no lo veo directamente.

No puedo seguir así, he estado haciéndome del delito durante un par de días, esquivándolo más de lo normal.

“No quiero ser una molestia para él, ni para nadie” —pienso, y mi semblante automáticamente se ve forzado a cambiar a uno más ameno. Como odio mentirme, pero más que nada, mentirle a alguien tan importante como él.

—Ah, sí, lo siento —la necesidad de disculparme se vuelve cada vez más presente y sin querer lo pienso en voz alta. No fueron sólo las palabras que pronuncié, sino el como lo hice. Con un nudo en la garganta.

—¿Por qué te disculpas? —pregunta Usagi, mirándome serio. Yo no sé como reaccionar.

No dije nada, sólo le sonreí nervioso y desvíe mi vista a otro lado. Pero es inútil, la presión, el cargo de consciencia, la tristeza, sigue dentro de mi, pero por lo pronto, sólo huiré de tu mirada, ya que del pasado, no creo poder huir por completo.

No debo dejar que Usagi-san se entere de esto pero mi actitud me delata. A pesar de que en este momento estoy lavando los platos puedo sentir aún su mirada en mi”.

Es como si sus ojos me reprocharan lo que ahora es mi mayor secreto. Como si lo supiera todo. Ya no sé si es mi imaginación o soy lo suficientemente predecible como para que pueda descifrar todo lo que oculto a través de mis ojos y acciones.

“Solo quiero que deje de verme por un instante” —pienso y decidido intento sacar un tema de conversación, cualquiera sirve para disfrazar la atmósfera de mentiras que yo mismo he creado.

—Oye, Usagi-san ¿me podrías decir la hora? —solté lo primero que se me vino en mente y pedí que olvidara mi actitud nerviosa.

—Misaki, hay un reloj a un lado de ti —y apuntó la pared. Estaba lejos, pero aún así los números se podían distinguir.

—Ah cierto jeje —reí nervioso y me golpeé mentalmente.

Mierda con esta clase de preguntas ridículas hago que se preocupe por mi”.

—Terminé de lavar los platos ¿podrías guardar por mi la comida que sobró? —me dirigí a mi habitación, ya no soportaba estar ahí, además pronto tendría que partir a la Universidad y debía ir a ver si no se me olvidaba nada.

Antes de que pisara el primer escalón, sentí como Usagi-san se aferró a mi cintura y paré un momento.

—¿U-Usagi-san? —su acción fue repentina y rápida. Me sorprendió.

Obsesión.  [En Edición]Where stories live. Discover now