Los gemidos en la sala empezaron de nuevo, más fuertes, cada vez más fuertes pero yo ni siquiera me cubría los oídos. Solo los escuchaba manteniendo los ojos abiertos pero decaídos. Temí haberme quedado sin sentimientos porque ya no experimentaba ninguna sensación, pero pronto ese estado de shock después de sus palabras empezó a desvanecerse y mis lágrimas nuevamente empezaron a correr silenciosas.

"...Porque quiero borrar todo recuerdo de algún lugar en que haya estado contigo..."

Sus palabras volvieron a retumbar en mi cabeza. "porque por más que me dolía, aquello que había tenido con él era lo mejor que me había ocurrido, y aunque era prohibido, no quería deshacerme de esos recuerdos. Quería recordarlo como alguna alegría que aconteció en algún momento de mi vida, pero ahora ya no sé qué pensar o recordar"

Después de un largo rato los gemidos se detuvieron y empezaron risas escandalosas de la mujer y de Kyuhyun. Burlas, más risas y luego silencio. No pude dormir hasta quizás después de dos horas, aunque alrededor de las dos de la madrugada un golpe estridente en mi puesta me hizo abrir los ojos de inmediato.

-Ábreme la puerta—Se escuchó el balbuceo de Kyuhyun-- ¡Ábreme la puerta, (TN)!—Ahora se escuchaba ya más ebrio que como lo había hallado. Además se notaba enfadado, melancólico y desesperado-- ¡Ábreme la puerta!... quiero estar contigo—

Me quedé inmóvil sin decir palabra alguna—

-Ábreme la puerta, por favor—Su voz ahora era suplicante, decayendo en un hilo de voz, y revelando rastros de sollozos—Ábreme la puerta, (TN). Quiero estar contigo... déjame verte una vez más. Déjame besarte una vez más, (TN). Por favor—Golpes en mi puerta sacudiéndola para forzarla, pero esta no cedía y yo ni siquiera pensé en la posibilidad de permitirle entrar. Solo me había quedado allí escuchándolo y volviendo a sollozar aún más. Debía de tener una fuente interminable de lágrimas—

-Ábreme la puerta, (TN)—Su voz ya era un hilo de lágrimas, melancolía y derrota—Te amo, (TN)... déjame entrar que quiero verte aunque sea solo un segundo. Quiero tenerte cerca, (TN)... quiero besarte y hacerte mía como antes... como hace tan solo unas noches. Quiero oírte decir que me amas y que no importa la mierda que haga. Que jamás dejaras de mírame, que esperaremos que algún día nos revelen que fue una estúpida broma por parte de mi madre... que no somos lo que somos... que puedo amarte sin miedo a que jamás seas mía. Que podemos estar juntos...-- Se escuchó un pequeño golpecito rasmillando la puerta—Déjame entrar a tu habitación--- continuó y yo lloraba ya con más fuerza. Me dolía más el pecho, el corazón se me era estrujado, pisoteado y travesado por mil cuchillos punzocortantes—

-Déjame entrar—continuó—y déjame regresar a tu vida. Déjame estar contigo, déjame amarte como nadie lo ha hecho... déjame besarte, déjame tocarte, déjame hacerte el amor, (TN). Déjame entrar que te amo y estoy desesperado porque ya no sé qué hacer—Pasos vagabundos por la parte de afuera y luego un golpe estrepitoso de la puerta con el suelo. La imagen rápida de él cayendo al suelo cruzo por mi cabeza haciéndome dar un brinco de la cama y correr hasta la puerta. Llevé la mano a la perilla pero me detuve antes de girarla y quitar el seguro.

Un segundo... dos segundos... y nuevamente ruidos afuera, dándome a entender que se estaba levantando—

-¿No me dejarás entrar?—Su voz aún más arrastrada debido al alcohol y sus pasos tambaleantes de un lado al otro—

Me quedé nuevamente inmóvil sin decir nada—

-¿No me dejaras entrar, (TN)?—Sollozos de su voz—Te amo (TN). No importa lo que haga... no importa lo que haga, yo solo te amo a ti. Toda mi vida te voy amar solo a ti—Apreté los labios teniendo el pecho demasiado contraído.

Giré la perilla al mismo tiempo que pasos empezaron afuera. Abrí la puerta lentamente, dejando solo una pequeña abertura para poder ver en el exterior.

Estaba escuro afuera, pero con suficiente luz de la luna colándose por las ventanas para dejarme ver a Kyuhyun caminando por el pasillo en dirección a la sala, tambaleante y golpeándose con la pared al caerse de costado y reincorporarse repetidas veces. Y finalmente desapareció por la sala.

Respiré hondo tragándome mi dolor y volví a cerrar la puerta, regresando a mi cama y llorar en silencio.

"...Dime que no es mi hermano, papá. Dime que Kyuhyun no es tu hijo y hazme la mujer más feliz sobre la faz de la tierra..."

Ya era el día siguiente. La luz ingresaba por las ventanas y mi cuerpo se sentía cansado. Me levanté sin pensar en nada, me metí a la ducha para bañarme con agua fría y lograr relajarme un poco. Luego, me dirigí a la sala encontrando lo que me temía.

Era Kyuhyun en la sala, tirado en el sofá y aferrando él como si su vida dependiera de ello. No había aquella mujer de la noche anterior, solo él y unas cinco botellas de ron y cuatro cajetillas vacías de cigarro sobre la mesa. Suspiré pensando en cómo es que habíamos llegado a esto si tan solo hace unos días, todo era perfecto... pero, los perfectos y los vivieron felices para siempre no existen.

Kyuhyun tenía el cabello alborotado, apestaba a alcohol y cigarrillo; además, vestía solo bóxer.

Me acerqué en silencio hasta él con intenciones de despertarlo y pedirle que se fuera a su habitación. Mi padre no demoraría en llegar y él no podría verlo en ese estado. Eso lo entristecería aún más.

-Kyuhyun—Lo llamé moviéndolo del hombro—Kyuhyun despierta. Ve a tu habitación— Kyuhyun.

No respondía absolutamente nada.

-Kyuhyun—Lo volví a llamar sacudiéndolo con más fuerza—Kyuhyun, despierta.

Mi corazón predijo que quizás le había pasado algo malo, empezando a latirme con fuerza. Así que moví su hombro para intentar girarlo, pero en ese intento su mano se movió en un minúsculo segundo, me tomó por la muñeca y tiró de mí con tal fuerza que caí de fauces contra él. Su cuerpo me recibió colisionando y girando con migo.

Un vuelco mientras sentía que caíamos del sillón, mis piernas lo empujaban y las de él se entrelazaban con las mías, y sus brazos me cubrían la cabeza y la espalda, evitando que me golpeara esas zonas al caer en el piso. Una pierna suya había quedado entre las mías, mis brazos en su pecho empujándolo y tratando de soltarme mientras él me abrazaba. Su cabeza a la altura de la mía, aun con los ojos cerrados, pero de un momento a otro los abrió.

Ojos cafés oscuros y penetrantes. Ojos que reflejaban algo parecido a un precipicio sin fin. Ojos melancólicos que te generaban miedo de perderte en ellos.

Sus labios se entreabrieron empezando a chocar su asiento con el mío. Mis ojos temblaban y mi boca se secó obligándome abrir la boca y tragar saliva para humedecer mi boca. Mi corazón golpeaba mi pecho una y otra vez y nuevamente todo parecía pasar lento. El peso de su cuerpo se sentía como recordaba, el calor de su cuerpo me quemaba generando sensaciones excitantes. De pronto ya solo quería besarlo.

-¿Kyuhyun?—La voz de mi padre demasiado cerca--... ¿(TN)?...

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PROHIBIDO. Inocente PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora