¡Noo!—Lanzó un grito desgarrador y cerró los ojos, no podía creer que la pequeña que había visto hace unos minutos estuviera muerta.

- ¡¿Por qué no la detuvieron?! - Gritaba mientras comenzaba a sollozar- ¿Por qué? ¡era tan solo una niña!
-Intentaba soltarse del agarre del hombre- ¿Por qué? - Dijo en un hilo de voz.

- ¿Te encuentras bien niña? - Dijo uno de los hombres, soltándola ya ahora más calmada.

Un hombre de pelo castaño, ojos claros grisáceos y un uniforme de guardabarrera como los demás hombres allí.
-La niña ¿Cómo no la vieron? Dios. - Dijo acomodando su ropa y pasándose una mano sobre la cara.

-Mira-Dijo el hombre señalando a la vía- No hay nada, no vimos a ninguna niña, por favor vete rápido, no queremos problemas.

Estaba tan confundida, abrumada y estupefacta.

Un chico de aproximadamente 20 o 21 años, también con el uniforme, la tomo del brazo para decirle algo.
- Ven, tenemos que irnos rápido.
-No ¿Quién eres?-Preguntó asustada.

Un hombre de contextura alta salió furioso de la casilla, pareciera mirar a Natalie como si hubiera escuchado algo de parte de ella que no le gustaba absolutamente nada.

- ¡Tienes que irte de aquí!- Gritaba acercándose a ella, pero fue detenido por dos de sus compañeros.
-¡Largo! ¡Vete de aquí maldita sea!

- ¡Basta Matt tranquilo!-Lo sostenía con fuerza uno de sus compañeros.
- ¡Estaba hablando de ella Rooney, tú lo sabes, joder! -Comenzaba a sollozar y sus compañeros lo contenían, recargaba su peso en ellos.

- ¡Tienes que irte, es una larga historia, vamos! - Le dijo el chico más joven, para que lo siguiera.
-¿Qué? ¡Espera!
Si pudiera definir un momento máximo de confusión en su vida, se acordaría de este.

Comenzaron a correr hacia atrás, aproximadamente durante dos o tres manzanas. Pararon y recargaron su peso en sus rodillas, estaban cansados de tanto correr.

- ¿Qué diablos fue eso? - Preguntó ella.

- Es una muy larga historia-Explicó él, aun agitado. -Lo único que se de ti es que sigues fácilmente a extraños ¿o no? -Preguntó.

-No, es que...- Se ruborizo al instante y esperaba que él no lo notara.

- ¿Vas al instituto?

-Pues sí, ya muy tarde supongo.

El miro su reloj de muñeca- Aún puedes llegar, pero a la segunda clase. -Ven, que te llevo.

- ¿En qué? -Preguntó.
Fue lo primero que pensó y es raro que no haya dicho algo como ¿Pero y tu quién eres?

-¿Vez ese cacharro de allá? bueno aún funciona. -Explicó señalando a una camioneta color oliva.

-Sigues siendo un extraño, podrías ser un pedófilo, violador, asesino, psicópata, no lo sé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Sigues siendo un extraño, podrías ser un pedófilo, violador, asesino, psicópata, no lo sé.

-No soy nada de eso, pero si te sientes más segura toma esto.
-Extendió su mano dejando ver un pequeño frasquito.

- ¿Qué es? -Preguntó tomándolo.

-Gas pimienta, de mi hermana, ella levanta muchas miradas y acosos de idiotas, lo uso ya cinco veces, te entiendo. -Afirmó sonriendo.

-Ahh. -Sonrió nerviosa.

Natalie se quedó mirando el cielo, comenzaba a nublarse, lo raro era que en las noticias no decía lo mismo.

«Un día hermoso y despejado» Recordaba.

Caminaron hacia la camioneta, al acercarse, él le abrió la puerta para que entrara.

- Gracias, pero también tengo brazos. - Confeso.

- Oh, lo siento entonces, chica ruda.

Recordó a Thomas.
Se rió y esperaba no ruborizarse nuevamente, cualquier cosa podría decirle que era una afección común, o cualquier otra mentira.

||

Mientras estaban en camino al instituto, quedo varios minutos mirándolo y pensando ¿Qué sería toda aquella larga historia? ¿Por qué razón aquel hombre se había puesto tan violento al escuchar lo de la niña? ¿Por qué seguía apretando el aerosol de pimienta en su mano? ¿Por qué el noto que ella lo estaba observando fijamente mientras pensaba y comenzaba a hacer gestos?

—¿Qué haces?—Preguntó.

—¿Qué cosa?—Inquirió esperando parecer sin idea alguna de lo que hablaba.

—Nada, olvídalo.—Señaló—Sabes, lo siento, siquiera he preguntado por tu nombre.—Se disculpó.

—Me llamo Natalie, ¿Tú te llamas?...
—Observo su camiseta esperando que su nombre aparezca en ella.

Él noto su mirada directo a su camiseta.

Devyn, me llamo Devyn.

"Lucy" #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora