Capítulo 2

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Peterborough, Ontario, Canadá.

Natalie.

Mirando tan solo las manillas del reloj esperando a esa hora con ansiedad y desespero ¿Y sí fue una broma? ¿Y sí...?

—¡No me importa! —Exclamó parándose de su cama— ¡Tengo que ir!
Giró su rostro para ver aquel horario, sí, era hora.

Posterior a eso salió de su casa corriendo, literalmente.

Continúo el resto caminando unas manzanas hasta ver aquel árbol desde lejos, se escondió atrás de un cesto de basura, esperaría que esa persona anónima apareciera para verle el rostro y saber si era de confiar.
Observo su reloj una vez más y pudo comprobar que ya eran pasadas las 20:00hs y esa persona no había llegado.

La calle estaba vacía y la puesta de sol ya estaba casi en su totalidad y aún nada.

Durante ese lapso de tiempo que pareció interminable un vehículo estaciono en el lugar, bajó un chico de contextura mediana, con una sudadera color gris obscura con su capucha puesta y unos jeans negros con unas vans de igual color.

Quería observarlo más de cerca así que caminó lentamente intentando no hacer ruido alguno y se escondió detrás del árbol sin ser vista por aquel muchacho.

— ¡Dios! como tarda— Se quejaba sentándose bajo aquel árbol— Chicas, siempre arreglándose y creyéndose tops models.— Expresaba ya cansado de la espera.

—Estúpido— Susurro despacio para que aquel chico no la escuchara— ¿Quién se creé qué es?—Puso los ojos en blanco.

— ¡Hey! —Gritó volteando para buscar rastro de alguna persona— ¿Quién ha dicho eso? ¡Habla!

«Mierda»

— ¡Bueno!..bueno—Respondió saliendo detrás del árbol levantando las manos como si de algún peligro se tratase—Okey okey ¿Qué quieres? Y solo para aclarar, yo llegué mucho antes—Dijo cruzándose de brazos.

—Ay ¡no! ¿Tú eres la chica de los sueños?—Preguntó haciendo énfasis en el 'tú' preocupado y sorprendido al darse la vuelta y mirarla con detenimiento.

—Mierda ¿Tú eres el chico de la cafetería verdad?

—Si, el mismo— Movió su pelo nervioso.
Lo único que sabía de esa chica era que tenía parálisis del sueño, su amigo le había hecho un comentario sobre ella el otro día y por eso fue a hablarle, jamás se hubiera imaginado que la dueña de ese casillero sería ella.

—¿Por qué tantas cartas?—Cuestionó levantando una ceja mientras no dejaba de observarlo fijamente.

—¿De qué hablas? yo solo deje una dentro de tu casillero—Contestó mirándola seriamente.

—Entonces si tu nota es la de la letra desprolija ¿de quién es la otra carta en letra cursiva dentro de la cajita?

—¡Hey! ¿No hay nada malo en mi letra o si?— Tocó su pecho en señal de haber sido herido.
—Perdón, divago mucho ¿De qué otra carta estás hablando?

—Bueno, em... decía algo de unas chicas que estaban encerradas y que tenía que salvarlas y luego decía algo de un ascensor—Sonrió pensando en que todo podía ser una gran broma, hasta que el rostro del chico cambio de ánimo— ¿Sabes algo sobre eso?

—¡Espera! ¿Qui...quie...quién te dio eso?—Dio unos pasos para colocarse más cerca de ella.

—¡Cálmate! — Gritó para que detenga su paranoia, ya la estaba asustando—¿Tú conoces a la persona que me envió esto cierto?—No tenía pruebas pero tampoco dudas. —¿Tiene que ver con Lucy?

"Lucy" #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora