Capitulo 4: Promesa eterna

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*Pov Narrador*

Tras aquel día donde Sabo y Luffy confesaron sus sentimientos, pasaron seis cortos meses donde desde entonces eran una pareja completamente feliz y dulce. Pocas parejas eran tan dulces como lo eran aquellos dos. Además no escondieron desde el primer momento su relación, si las personas con las que se juntaban no los aceptaban es que eran todos unos hipócritas.

La primera que se entero fue Koala, que al enterarse, se alegró un montón por ellos y les dio un gran abrazo en muestra de su apoyo.

Después de ello se enteraron Zoro y Sanji, el primero estaba totalmente sorprendido por aquello, mientras que el rubio sonreía cómplice a Sabo. Los dos aceptaron igualmente su relación sonrientes. Y así fue con todos con los que se relacionaban.

Ya sin nada que ocultar se convirtieron en una pareja envidiable. Sabo consentía a su pequeño Luffy en todo lo que le pedía, además de que era sobreprotector y le encantaba mimarle. Luffy se dejaba mimar encantado, además era muy amoroso por lo que siempre buscaba contacto del rubio de alguna FORMA, ya sea abrazándolo, ir cogidos de la mano o dándole besos en diferentes zonas de la cara.

Aquel día era especial PARA ambos porque ese día era su aniversario.

Sabo tapo los ojos del pequeño, mientras este impaciente preguntaba todo el rato a donde lo llevaría, porque lo iba a llevar a un lugar muy especial que seguro le gustaría.

Sabo se rio suavemente mientras besaba los dulces labios de su pequeño monito por unos segundos.

-Es una sorpresa Luffy, tendrás que esperar a que lleguemos- Dijo el chico rubio con una gran sonrisa, aunque el azabache no pudiera verlo.

-¡JOO! ¡ERES MALO SABO! Bueeeeenoo vaaaaleee pero más vale darme por el camino mucha comida- Hizo un puchero Luffy mientras su estómago protestaba por el hambre.

-Jajajajaja, tu Luffy nunca cambiaras, anda vamos que por el camino te comprare un montón de rica carne-Se rio Sabo por la actitud de su novio.

En ello monto a Luffy en un taxi y este junto a él, se disponían a ir rumbo al mar, donde le esperaría a Luffy una gran sorpresa.

En el mundo espiritual...

Se encontraban Ace y Marco sentados en un banco mientras miraban el horizonte que estaba lleno de niebla blanca.

Ace tras marcharse Luffy de aquel lugar, donde habían hablado meses antes, perdió su sonrisa para transformarse en un rostro lleno de seriedad y preocupación. Marco entendió enseguida la situación por lo que se dispuso a rodearle con el brazo y atraerle hasta su pecho para que se apoyara en él. El pecoso no se quejó, solo suspiro cansadamente mientras marco le acariciaba el pelo.

-¿Te arrepientes de no habérselo dicho?- Pregunto Marco dando en el clavo de la cuestión.

Ace volvió a suspirar. Cerró los ojos mientras pensaba en la respuesta.

-No me arrepiento, creo que es lo mejor, deben vivir sus vidas ignorantes a lo que sucederá en un futuro no muy lejano, si se lo hubiera dicho... quien sabe cómo hubiera reaccionado, pero bien desde luego no- Dijo entristecido mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Marco.

-Las cosas suceden por alguna razón... Ya verás como todo sale bien- Dijo Marco dándole un beso en el cabello del pecoso.

Una ligera sonrisa se mostró en los labios de Ace.

-Tienes razón el tiempo decidirá la suerte de ellos dos, solo queda observar cómo se desarrolla todo...- Murmuro mirando hacia arriba a la nada.

Volviendo con Sabo y Luffy...

Ellos dos acababan de llegar al mar, donde Sabo había reservado una lujosa cabaña con una playa privada por una semana, aunque Luffy aún no sabía dónde se encontraban porque aun llevaba tapado los ojos.

Una cicatriz en mi alma (Yaoi)Where stories live. Discover now