Martes 15 de marzo, 2005.

1.6K 192 50
                                    

Había salido de clases, afortunadamente, hoy salimos temprano. Pero encima, hoy era de esos días tan calurosos que no tenía ganas ni de caminar. Me faltaban como unas 10 cuadras, y de una manera tan curiosa, vi a Rubén, estaba para pagar en una caja de un supermercado.

No lo quería ver, no me daba la cara ahora. Ayer después de ese abrazo, mhmm, cómo que todo se dio vuelta en mi. Como que sus brazos eran cómodos y encajaban con los míos. Fue un abrazo tan... Inexplicable, que me hace comenzar a pensar si todos los hombres abrazaban de esa manera o era solamente este tío. Suspiré.

En cuanto reaccione no me había dado cuenta de que estaba parado en el medio de la vereda. Me había quedado sumergido en pensamientos que jamás creí que se me llegaran a cruzar por la cabeza.

-Hola.

-R-rubén.. hola -Tartamudeé, no quería verlo. No ahora.

-Se nota que estás cansado. ¿Quieres? -Me ofreció una botella de agua fresca, no me resistí, tenía sed y estaba acalorado.

-Sí -Tomé la botella; cuando terminé de beber se la quise devolver.

-Quédatela, tengo otra en la mochila -Sonrió.

-Ah... vale -Dije cabizbajo.

-¿Sucede algo?

-No es, solo que... -Lo miré. Abrió los ojos en grande y luego suspiro.

-Vale, debo ser yo, mejor me voy.

Me quedé atónito, lo vi darse media vuelta y comenzar a caminar en dirección al departamento. No podía.

-¡Espera Rubén! -Salí corriendo tras él. Le tomé de la muñeca, este se dio vuelta para mirarme.

-¿Qué? -Preguntó frío.

-No... no me refería a eso. Yo lo siento si te hice pensar otra cosa. Las palabras no me salían y tú... apresuraste todo.

-... -No dijo nada, pero me jaló del brazo del cuál lo agarrabla yo a el, y me abrazó, de nuevo.

No tenía nada que decir, más que corresponder al abrazo. Mi cara ardía, me sentía más rojo de lo normal. Y todavía no entendía porque me dejaba manipular tan fácil, quizás porqué todavía no tenía la confianza total en él.

-¡PAR DE ENAMORAOS! -Escuché, pero Rubén no me soltó.

-Rubiuh devuelveme a mi mahe cabrón -Rió.

-Que te follen tío.

-Gilipollas tengo que hablar un rato con el ya te lo devuelvo.

-¿Seguro?

-Si, en 15 minutos te lo regalo -En eso sentí que los brazos de Rubén soltarme.

-Ven aquí -Cheeto me tomó del brazo y me llevo un poquito más lejos de Rubén.

-¿Que pasó? -Pregunté.

-Te compré calzoncillos nuevos y de color azul -Sacudió una bolsa de color negro con una sonrisa.

-Joputa -Reí.

-Vale, escucha no voy a ehtar en casa, me voy a la de aleh hasta el sábado.

-Vale tío, pero ahora te vas a casa de nuevo -Pregunté.

-Si, te voy a dejar esto y unas compras que hice. ¡Oh! Por cierto conseguí esto -Me extendió una bonita cámara de foto, siendo específicos una Cannon. Fue como mi amor a primera vista.

-No me lo creo tío... ¿Me la prestas?

-¿Pero que dices Mahe? Si la he comprado pa' ti gilipollas -Amarte sería poco Cheeto de los cojones.

-No puedes ser tan buena gente, te amo imbécil -Lo abracé y el me correspondió, luego me apartó.

-Mangel deja de ser tan meloso.

-Perdon sabes que soy muy amoroso.

-Vale no me quejo, siempre me das abrazos cuando te lo pido. Bueno... Me voy para casa y luego me voy a la de Alex. Allí dejaré la cosa dónde vino la cámara.

-¿El bolso?

-Como se llame.

Dicho eso se fue y yo me quedé embobecido con la cámara; me fijé si tenía batería y hasta eso le había comprado. Luego tendría que devolverle el regalo no podía ser descortés con él.

-¿Que haces? -Hostia puta se me había congelado la sangre -¿Que te pasa hombre? -Me miró de par en par. Suspiré.

-Nada solamente me haz dado un buen susto.

-Perdóname -Rió.

-Vale... Uhm

-¿Que pasa? -Me miró fijo. ¿Tan poco sonreía?

-¿M-me permites tormarte una foto? -Levanté la cámara en plan gilipollas. Me miró por un buen rato hasta que reaccionó.

-Vale.

-Genial... entonces ponte de perfil... Por favor -Sonreí y el solo se puso de perfil.

Encendí la cámara y le enfoqué desde el pecho para arriba. Tenía facciones demasiadas perfectas para mi gusto. El sol le daba un tono de piel que a todos le gustaría tener. Sin más, tomé la foto.

-¿Puedo verla?

-Sí. Sales muy bien -Le mostré la foto.

-Me encanta -Sonrió de lado.

-Que bien -Le sonreí, el me miró y me sacudió el cabello.

-¿Quieres ir a comer a un bar? Yo invito.

-Mhm, vale. Y no. Pagamos mitad y mitad.

-Pero yo inv...

-Mitad y mitad Rubén.

-Vale Mangel -Me sonrió -Ven te invito a un bar que hace poco conozco pero la atención es de la hostia.

**********

Perdónenme por la tardanza con la actualización. Realmente no tengo tiempo y este capítulo lo hice en mi hora de clases~

El chico de Noruega || Rubelangel ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora