Capítulo 1: El Comienzo.

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Al momento de terminar aquella frase, un golpe proveniente de la planta alta rompió la atmósfera tranquila y callada que invadía al departamento. Era él, su casero y con el cual llevaba casi cuatro años de relación; el galardonado escritor Usami Akihiko.

—¡Buenos días! —saludó amablemente Misaki, con una sonrisa ya característica de él.

—Bue...nos días —apenas contestó Akihiko, con un gesto no muy agradable en su rostro; la noche anterior se la había pasado sin dormir. La fecha limite se acercaba y como siempre había dejado todo hasta al último, así que tuvo que pasar su noche en vela, justo como Misaki lo imaginó, sólo con la compañia de una taza de café, la cual rellenó muchas veces, sus cigarrillos y, por supuesto, su laptop.

Bajó con dificultad las escaleras y se dirigió donde su amante quien lo esperaba para comer.

—¿Otra vez la misma historia? ¿No entiendes, Usagi-san? Si sigues así vas a caer enfermo, y además perjudicas a Aikawa-san en el trabajo —Lo regañó Misaki preocupado. No le gustaría verlo tirado en cama y en estado critico, ese no era su Usagi y aunque no lo dijera, prefería verlo detrás de él, acosandolo, que enfermo.

—Caer enfermo no me preocupa tanto ya que así tu podrías cuidarme y consentirme como es debido —Akihiko hizo una pequeña pausa para dirigir su mirada coqueta a Misaki—. Además te podría comprar un lindo uniforme de enfermero —añadió mientras se acercaba a la mesa y agarraba su plato.

—¡N-Ni lo sueñes! —ruborizado hasta las orejas, contestó alterado el castaño, más por el hecho de que en escasos segundos logró imaginarse aquella escena. 

"Me ha contagiado su mentalidad" —pensaba mientras se sentaba a comer.

—Pero sería buena idea... —seguía molestándolo Akihiko, con una sonrisa en su rostro al ver las reacciones de su Misaki. Aquel chico siempre sabía como ponerlo de buenas en un instante.

Y comenzó su típico desayuno, Misaki siendo molestado por Usagi mientras él sólo reía por aquello. Hablando de cualquier cosa que, sin estar consiente de ello, los hacía tan inmensamente feliz. Porque hasta lo más sencillo que vivieran, eran felices.

Entre pláticas y un par de risas comieron su desayuno. Su día, apenas comenzaba.

Una vez que terminaron, Misaki se dispuso a recoger los platos para llevarlos al fregadero. Debía apurarse pues pronto tenía que irse a estudiar. Mientras los lavaba, su mente divagaba en un par de cosas cuando de pronto sintió como unos brazos le rodeaban fuertemente de la cintura. Enseguida volteó y se topó con Usami quien se le quedo viendo fijamente.

—U... ¿Usagi-san? ¿Qué te sucede? —preguntó el joven con voz temblorosa al momento en que se sonrojaba, estaba muy cerca de él y aparte, presentía la respuesta de su amante.

—Me falta Misaki —le susurró al oído al momento de morderlo con delicadeza.

Lentamente posó sus labios sobre los de Misaki besándolo con suavidad.

Conforme el tiempo pasaba el beso se volvia mas apasionado. Misaki correspondia el beso y lentamente la lengua del mayor iba introduciéndose a su boca.

Después de unos segundos Misaki posó sus manos en el pecho de Usagi para poder alejarlo. Si continuaban así terminarían en el cuarto del conejo y Misaki tenia aún muchas cosas que hacer.

—U...Usagi-san, déjame, se me hará tarde para la escuela —decía totalmente sonrojado, con la mirada perdida en el suelo mientras ponía su mano en la boca, tratando de recobrar el aire. Sin saberlo, esa imagen de Misaki alimentaba más la lujuria de su amante. 

Obsesión.  [En Edición]Where stories live. Discover now