#Cap 85

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M: ¿Alejarme? ¿De verdad quieres eso? -me miro a los ojos algo triste

-Creo que es lo más sano que podríamos hacer - me encogí de hombros intentando ocultar todo el dolor que sentía -Definitivamente ninguno le hace bien al otro.

Él se quedó callado y negó con su cabeza.

-Max, yo te amé. ¿Feliz? Pero esto no puede seguir ¿acaso aun quieres alargar mi agonía? ¿Qué ganas con eso? En definitiva tú te iras de todos modos. ¿O no?

El seguía sin pronunciar palabra

-Háblame. Después de decir tantas mentiras ¿qué vienes a guardar silencio ahora? Responde, grita, MALDITA SEA DI ALGO -Solté algo frustrada.

M: Hare lo que me pides, yo ya dije todo lo que tenía decir, te agradezco que me hayas oído.-no quitaba su mirada del suelo.

-Está bien, entonces, adiós Max.

M: Adiós Alex. -Puso su mano en sus bolsillos y comenzó a caminar en posición contraria -Oh, espera-se volteo

-¿Qué?

M: Debo llevarte hasta tu casa. No puedo dejarte aquí a estas horas.

-Puedo ir sola

M: No te resistas ¿okay? No dejare que te vayas sola, y esta vez no es solo por mí, también es por ti. No nos arriesguemos a que te suceda algo.

-Está bien. -acepte, total, no significa que tenga que hablar con él, es solo que me lleve hasta casa.

M: Sígueme -se puso la capucha de su chaqueta y comenzó a caminar.

Yo lo seguí en silencio hasta que llegamos al auto y nos subimos.

El arranco y empezó a conducir, por alguna razón el paisaje no ayudaba a la situación, era completamente deprimente, mis ganas de largarme a llorar aumentaban cada vez más, pero no, debo ser fuerte. Recuerda lo que te hizo.

M: Ya sabes prender el radio si quieres, te ayudara a lidiar con tus pensamientos -dijo en tono bajo. ¿Cómo sabía que mis voces internas estaban teniendo la 3ra guerra mundial en estos momentos?

Yo asentí con la cabeza y la encendí

Luego de algunos anuncia una melodía comenzó a sonar, maldición, la letra no ayudaba en lo absoluto. (Les deje la canción en multimedia) Sin darme cuenta pequeñas lagrimas rodaban por mi mejilla, voltee a ver discretamente a Max y el seguía con su vista en la carretera, sus ojos estaban cristalizados pero nuevamente resistió. Me gustaría ser como el en ese sentido.

Al terminar llegamos a mi casa y el detuvo el auto.

-Gracias -dije sin mirarlo

M: De nada, es lo menos que podía hacer.

-Suerte -voltee a verlo y fingí una sonrisa - Suerte en tu nueva vida Max.

M: Gracias -sonrió apenas -Igual tú, ojala encuentres a buenas personas. Te deseo lo mejor.-me saludo con la cabeza.

Yo me seque las lágrimas y sonreí de verdad, al parecer lo decía en serio. Mi alegría duro unos 5 segundos pero fue lindo mientras duro.

Me baje del auto y comencé a caminar hasta la puerta de mi casa, escuché como él ponía el auto en marcha y seguía su camino.

Cerré mis ojos con fuerza abrí la puerta de casa. Apenas crucé la puerta, la cerré y corrí hasta mi habitación y me desplome en cuestión de segundos. Ya no tenía que aguantar más, ni siquiera preste atención de si había alguien en la casa, si estaba despierto ni nada. Realmente ya nada me importaba.

Esto es demasiado, demasiado realmente. Al diablo la fuerza, lloré. Llore toda la maldita noche, mis pensamientos no me dejaron tranquila. Recordé todas las cosas que habíamos vivido juntos, cómo lo conocí, el accidente, mi vida luego de eso. Fue una noche catastrófica, completamente incoherente, una lucha entre lo que sabía y lo que sentía.

Mi garganta dolía, precisamente porque deseaba gritar, desahogarme, llorar con fuerza y no poder, porque nadie debe saber que me afecto de tal manera, nadie debe saber que estoy destruida.

Me quede en posición fetal abrazada a una almohada toda la noche. Al secarse todas mis lágrimas y luego de mirar al vacío durante horas por fin logre dormirme. Quizá en mis sueños pueda estar en paz y lejos de todo. Lejos de la puta realidad.

hY;



Juguemos al amorWhere stories live. Discover now