37: En casa de Kyle

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-Abbie, cariño - oigo la voz de mi madre alejándome de mis sueños -

-¿Qué pasa? - pregunto adormilada -

-Ya me marcho, cielo - dice ella suavemente -

-Jo, mamá te voy a echar mucho de menos - le digo abrazándola -

-Y yo a ti, pero no exageremos. En dos días estoy aquí, se pasan volando, ya verás - dice ella animándome -

-Si tú lo dices... - le contesto -

-Dame un beso, anda - me dice - y levantate para ir a clase. Ah y otra cosa; Samuel ya está enterado de que te quedarás en casa de Rose. Él se irá hoy a casa de un amigo a dormir según me ha dicho, así que no estará solo, por si es lo que te preocupa

-Sí claro, un amigo... - le digo riendo -

-Lo sé... Se cree que soy tonta - me dice ella riendo también - tú ten cuidado con los chicos eh, y no hagas ninguna tontería.

-No, mamá...

Nos despedimos, y sale de mi habitación cerrando la puerta tras ella.
Yo me levanto, voy al baño, me ducho para despejarme y me pongo un pitillo vaquero normal y corriente, una camiseta blanca básica de manga corta, una fina chaqueta azul celeste y las convers blancas - como siempre también -
Mi maquilla, es la sencillez personificada; base correctora de ojeras, raya inferior del ojo en negro y máscara de pestañas. En el pelo me hago una coleta alta.
Voy hasta la habitación de Samuel cuando termino y me siento en su cama.
-¿Qué pasa? - me pregunta adormilado -

-¿Con quién has quedado? - le digo alzando una ceja -

-¿Celosa? - me dice -

-Va sueltalo ya - le respondo -

-Se llama Lindy - dice él -

-¿Lindy? ¿En serio? - le digo en carcajadas -

-¿Qué te hace tanta gracia? - dice él intentando no reírse -

-Nada nada, es que Lindy... Me suena a: Holi, soy Lindy, osea - digo poniendo voz de pija -

-No es una pija, Abbie - dice tirandome un cojín a la cara - además, si tan celosa  estás no voy... Y me quedo aquí contigo - dice mostrándome el lado libre de su cama -

-Oh, el sueño de mi vida hecho realidad - le digo en broma -

-Pues entonces, callate - me dice -

-Eres un borde - le digo -

-No, la borde eres tú que no me quiere dar cariño - me responde -

De repente se incorpora y oh-dios-mio ... Voy a sonar un pelin enferma pero, está sin camiseta, y tengo que decirlo; Samuel está mucho mejor de lo que yo pensaba. Tiene sus pectorales marcados, no mucho, pero si lo suficiente. No puedo dejar de mirarlo.

-¿Puedes dejar de mirarme? Me siento observado - dice haciéndose la víctima -

-Es que estás muy bueno - le digo riendo -

Él abre los ojos como platos y en un movimiento me tiende sobre su cuerpo quedando él debajo.

-Eres una manipuladora - me dice - siempre sabes como encenderme, y luego no me apagas. Pero yo siempre caigo

-Ni que yo te estuviera obligando a caer - le digo - además, que me parezca que estés bueno, no significa que quiera algo contigo. También me parece que Emily está buena, y no quiero nada con ella. Solo me parece atractiva, para los chicos, claro está.

El Vecino de al Lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora