Cartas Secretas: Capítulo 2

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Tenía lágrimas en los ojos, la visión borrosa, y mucho miedo, pero sabía que todo terminaría después de esto, debía hacerlo.

Llamé a Meredith por teléfono, decidida a decirle todo.

-¿Hola?- se escuchó su voz al otro lado del teléfono.

-Meredith- le dije entre sollozos y jadeos.

-¿Sam? ¿Qué tienes? ¿Qué pasa?- se le escuchaba preocupada.

-Mer, lo... lo siento tanto, esto me está matando, ya no puedo más...-

-¿Qué dices? Sam, ¿en dónde estás?-

-En mi casa, pero pronto estaré bien, no quiero que te preocupes...- solté unos cuantos sollozos.

-Estás sola?-

-No puedo seguir así, necesito irme, pero no puedo sin decirte...- me detuve un momento para respirar.

-Llama a la policía, envíala a la casa de Sam- escuché a Meredith alejarse un poco de la bocina.

-...gracias, gracias por estar siempre para mi, y perdón por todo lo que hice mal... te amo, mejor amiga, nos vemos pronto... adiós- separé el teléfono de mi oreja por un momento.

-Sam, Sam, escúchame, está bien, saldrás adelante, y yo voy a estar contigo, tranquilízate, por favor, voy en seguida a tu casa, no cuelgues, llego en 5 minutos-

Me acerqué el teléfono de nuevo -Lo siento Mer, es tarde, adiós- fueron mis últimas palabras antes de cortar la línea.

Estuve más de 10 minutos preparándome, solo miraba fijamente la cuchilla, me recosté en la bañera, y abrí las llaves del agua.

Levanté las mangas de mi camiseta hasta llegar a mi codo, tomé la cuchilla y solo miraba al techo.

-¡Sam! ¡Abre la puerta por favor!- escuché los gritos de Meredith al otro lado de la puerta.

-Lo siento...- susurré, tomé con fuerza la cuchilla y la pasé por mi brazo, cortando la piel, desde la muñeca hasta antes de llegar al codo, la sangre corría a chorros por todos lados y caía tiñendo de rojo toda el agua.

No sentí dolor, no sentí mi brazo, en ese momento no sentí absolutamente nada, lo último que escuché fue a una Meredith completamente histérica golpeando la puerta del baño, luego de eso, todo se volvió negro y dejé de escuchar.

********************

Abrí los ojos lentamente, parpadee varias veces para poder tener una mejor visión, miré a mi alrededor y empecé a escuchar un sonido un tanto incómodo, era un "bip" constante, sabía lo que estaba pasando, estaba furiosa y triste al mismo tiempo.

-Despertaste- esa voz, es imposible de olvidar, inconfundible, única.

-Lamentablemente...- solté.

-¿Me haces espacio?- Me recorrí un poco en la cama para que Meredith pudiera recostarse.

Hubo un pequeño silencio incómodo, hasta que ella se decidió a hablar.

-Sam, no tienes que hacer esto-

-No puedo seguir así-

-No, no puedes, tienes que cambiar, y yo te voy a ayudar.-

-Es que tu no entiendes, yo no quería esto, se suponía que moriría en paz, tu no tenías por que hacerme esto.- solté casi llorando.

-Lo siento, no puedo dejarte ir de una manera tan baja, tienes mucho que vivir...-

-Ya viví lo suficiente-

-Sam, te salvé la vida, casi mueres, casi te pierdo, no podía quedarme de brazos cruzados, no puedo estar en este mundo si tu no estás, no puedes ser tan egoísta y solo pensar en ti, no eres la única que está sufriendo, yo también tengo mis problemas-

-Pues entonces ocúpate de ellos- salió más frío y seco de lo que esperaba.

-Este es el momento en que esperas que me levante, salga de la habitación y que nunca te vuelva a buscar, pero no va a ser así, eres mi mejor amiga, y te prometí estar juntas hasta el final, así que no importa lo que digas, no me voy a ir-

-Lo lamento- susurré a su oído mientras la abrazaba.

-Vamos a superarlo, haz un esfuerzo, hazlo por mi-

-Lo intentaré-.

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