10. DESMAYO

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*POV louis*

Recobro la conciencia no sé cuanto tiempo después y me siento mareado, veo aún borroso y la intensa luz del día que entra por la paqueña ventanilla del ático aturde mis sentidos. Vuelvo a cerrar los ojos e intento dormir con todas mis fuerzas aunque sé que si no he podido dormir en todos estos días, hoy no será la excepción, pero igualmente lo intento.

Me sorprendo al encontrarme tan cómodo, no me encuentro sobre metal, no me encuentro sobre madera ni roca, o sentado de una forma incomoda, o amarrado como siempre, no, ahora estoy muy cómodo, me siento libre, a comparación de antes, me siento como en una nube. Me acurruco más y me hago bolita abrazando mis piernas contra mi pecho. Se siente tan cómodo y tan cálido que temo abrir los ojos y darme cuenta de donde realmente estoy o si todo es una mentira.

Escucho algunas cosas moverse seguido de pasos que se acercan a mi, y el miedo y temblor de mi cuerpo vuelve, como siempre que escucho esas botas chocando con el piso. Después de unos segundos siento un peso al lado mío y por instinto abro los ojos, noto que estoy en una cama bastante suave y con las mismas sabanas y cobijas donde dormía antes; veo al hombre que me secuestró acostado al lado mío, me mira fijamente, fiero y deseoso, empiezo a sudar del miedo y de los nervios.

Él se acerca lentamente y noto sus ojos recorrer toda mi cara, me alejo lo más que puedo por mi seguridad hasta que la fría pared de madera choca bruscamente con mi espalda desnuda. Cierro los ojos fuertemente y empiezo a negar con la cabeza, y eso provoca que me maree más.

-N-no por fa-favor, dejame e-en paz... -Y pequeñas lágrimas se empiezan a acomular en mis ojos, me estoy convirtiendo en un llorón.

-Calmate príncipe, deja que tu rey te dómine. -Susurra aún más cerca de mi, casi rozando mi cara, definitivamente sigue borracho.

Empiezo a sollozar fuertemente y me dejo de él, ya que no encuentro solución alguna, es estúpido intentar detener a un psicópata en su acto.

Me toma de la mandibula fuertemente y junta nuestros labios haciendo movimientos agresivos provocándome un fuerte dolor en la mandíbula y los labios. Después de un minuto "besándome" de esa forma, suaviza el movimiento y no sé porque, pero le sigo el ahora suave beso y olvido por un segundo que me encuentro con un maniaco que me quiere violar.

Deja de besarme y se sube sobre mi pecho provocando un intenso dolor por el roce de sus pantalones con mis recientes heridas. Vuelvo a llorar cuando recuerdo lo que me hizo y lo que está a punto de hacerme, intento quitarlo de encima pero fallo, empiezo a moverme como puedo en busca de libertad y suplico por que me deje, pero él se resiste sobre mi y frunce el ceño dejándome ver que está molesto. Ignoro todo y empiezo a golpearlo y rasguñarlo en las piernas con la esperanza de que así se quite, pero lo unico que consigo es molestarlo más. Se quita la camiseta y la tira por ahí; un segundo después me está poniendo unas esposas de peluche rosa en las manos y sostiene mis piernas con las suyas impidiendome cualquier mínimo movimiento.

-¡Mas te vale que te tranquilices porque soy capaz de hacerte sufrir peor! -Me quedo como estatua y no me quejo más, él continúa con su trabajo y silenciosas lágrimas salen por mis ojos sin permiso.

Está tocando mis heridas del pecho y por un segundo pasa una mano por la herida de mi cadera que aún me duele. Me mira a los ojos y no veo más que un tono verde opaco en ellos, tan fríos como las ultimas noches, tan vacíos que me da tristeza y remordimiento por haber sido tan feliz en mi pasado cuando había gente como él que no siente un misero sentimiento en Dios sabe cuanto tiempo. Me golpea de repente en la cara y no entiendo porque, ya que no le eh hecho nada.

-¡GRITA MALDITA SEA! SE SUPONE QUE DEBES SUFRIR.

Y empiezo a chillar como él lo pide, gritando como puedo pero sin hacer movimientos bruscos que lo molesten más, si esque eso es posible. Parece gustarle mi acción y empieza a moverse sobre mi, provocando fricción y una gran ereccion en él -Que desde antes ya estaba pero ahora mucho más notoria- pero no en mi por lógicas razones.

Empieza a besarme fieramente de nuevo pero ya no lo sigo, en cambio continuo sollozando como un bebé. Baja por mi cuello dejando fuertes chupones y mordidas que sangran de a poco y lame suavemente las heridas recientes que ha dejado con el látigo saboreando mi dolor y los restos de sangre seca, eso me parece bastante desagradable y repulsivo. Continua bajando por mi pecho hasta que llega al elástico de la faldita y deja una fuerte mordida -aún mas fuerte que las anteriores- que saca sangre al instante y me hace gritar hasta desgarrarme la garganta. Él empieza a reirse en mi cara mientras se quita el resto de la ropa a excepción de los broxers. Me voy preparando psicológicamente para lo que está a punto de suceder pero no soy capaz, no quiero que pase, no quiero que me toque, no quiero estar aquí, pero mucho menos quiero hacer algo que atente contra mi bien.

Se empieza a acariciar sobre la tela de los boxers y gime suavemente mientras mira directo a mis ojos llenos de lágrimas. Con su mano desocupada empieza a quitar la falda y los boxers de mi cuerpo y tiemblo bajo él. Aprieto lo más fuerte que puedo los ojos mientras intento imaginar que me encuentro en un mundo completamente diferente, con otro cuerpo, con otra vida.

-¡Abre los malditos ojos! -Junto todas mis fuerzas y hago lo que quiere, y en el acto, muchas lágrimas acomuladas salen de mis ojos empapando los lados de mi cara aún más y no se detiene, él sólo me mira con el ceño fruncido.

Brusca y rapidamente me separa las piernas y se posiciona entre ellas, saca su navaja no sé de donde. Empiezo a negar rápidamente con la cabeza.

-No me hagas nada, p-por favor n-no. -Susurro entrecortado con los ojos sumamente abiertos.

Temo por que me hiera con ella igual que las ultimas veces. Hace un ágil movimiento y quito la mirada con el miedo saliendo de mis poros, pero luego me tranquilizo al ver que sólo cortó sus boxers, pero la tranquilidad dura muy pocos segundos cuando me doy cuenta de lo que está a punto de suceder, lágrimas se acumulan nuevamente tras mis ojos.

-Dejame mostrarte como gobierna este rey. -Y entró de una en mi, provocándome un fuerte y ardiente dolor que pasó por todo mi cuerpo llenandome de tal sufrimiento que preferiría nunca haber nacido a estar consciente en este momento.

Se queda quieto por unos cuantos segundos y empieza a moverse, yo solo lloro y siento nauseas por su enferma y sucia cara de excitación. Cada movimiento suyo es un paso más al infierno para mi, siento como si su pene raspara mis paredes internas y dañara todo allí dentro, sin compasión, sin humanidad. Acelera sus movimientos y se vuelven más bruscos, no tengo mas opción que quedarme quieto soportando el dolor y llorando, suplicando que acabe de una vez, pero aguanta más de lo esperado y yo ya no soporto el dolor ni la incomodidad, ¡Ni siquiera estoy excitado como para disfrutarlo un mínimo!

-Basta... -Susurro moviendome hacia los lados con la intención de quitarmelo. -Ya... no pue-edo p-por fa-a.... -Y el dolor era tan intenso en ese momento que me desmayé...

Secuestro Inminente. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora