2. EL HOMBRE

8.5K 733 183
                                    

*POV louis*

Despierto temprano como todos los días, a las 5 de la mañana para poder entrar al trabajo a las 6. Me esfuerzo mucho a mi poca edad pero quiero ganar lo qué más pueda para poder comprar una casa en Londres. No quiero dejar a mi familia pero siempre ha sido mi sueño ser independiente y cumplir con mis estudios por mi propia cuenta, no quiero que mamá pague mi universidad y ya no es momento de que me mantenga así que también debo ser justo.

Luego de alistarme y desayudar, tomo el autobús a una calle de mi casa. Antes de subir veo a un hombre a unos metros de la parada vestido con una sudadera puramente negra, no hace nada, simplemente está ahí de pie viendo a mi dirección. Extrañado, giro mi cabeza creyendo que estará observando algo detrás mío pero no veo más nada que el vecindario, solitario y frio. No le doy vueltas al asunto y subo para después pagar el pasaje. Me siento junto a la ventana y recuesto mi cabeza en ella, el bus arranca y veo como nos acercamos lentamente al hombre de la sudadera, mantiene su vista en el bus y cuando pasamos a su lado alcanzo a ver su rostro y me da una sonrisa maléfica, siento escalofríos y quito la vista de golpe pero siento que él aún me ve y me provoca aún más escalofríos y miedo.

Recuerdo lo poco que pude ver de su sombrío rostro y siento que lo había visto antes pero no reconozco donde o si realmente lo había visto, tal vez lo confundí con alguien más pero no disminuye el miedo que me causó.

Llego al trabajo a la hora exacta y empiezo mi rutina de cajero. Odio estos días donde debo permanecer todo el santo día sentado frente a una maquina cobrando lo que la gente quiere comprar y es tedioso. Me gustan mucho más los lunes y viernes, sólo debo caminar por los pasillos en busca de cosas que no estén en su sitio y dejarlas donde es.

Me acomodo en mi caja y saludo a mis compañeras de trabajo, en las cajas soy el único hombre y a veces se burlan de mi por eso pero la verdad me parece mejor estar rodeado de chicas que de hombres. Empiezo a cobrar uno que otro cliente madrugador, hay muy pocos y de esos la mitad son ancianos que compran su fruta y esas cosas, así es toda la mañana, luego empieza a llegar mucha gente que compra en exceso y me obliga a moverme rápido para poder cobrar a todos antes que se molesten y se vallan. Y así paso mi día entero, normal como siempre, rutinario, aburrido.

Llego a mi casa al anochecer como todos los días, en el bus; estoy pensando en comprar un auto cuando ya tenga mi casa en Londres, por ahora me conformo con el trasporte público. Camino por la calle con el frió calándome hasta los huesos, intento apurar el paso para llegar cuanto antes y abrigarme pero estoy tan cansado que prefiero tomarme mi tiempo. Voy llegando y veo al mismo hombre de esta mañana, está recostado en el árbol de mis vecinos del frente y mira hacia mi casa, lo reconozco por su sudadera negra, tan sombría como su rostro. Me asusto y prefiero dar la vuelta y tomar un atajo para entrar por la parte trasera, el miedo me hace reaccionar y por ende camino más rápido, casi trotando. Cinco minutos después, llego por detrás y entro al jardín, con mis llaves abro la puerta que da directo a la cocina y veo a mamá a lo lejos viendo la TV. Sin querer hago mucho ruido y ella pega un grito.

—¡¿QUIEN ES?! LLAMARÉ A LA POLICÍA, TENGO UN ARMA Y NO ME DA MIEDO USARLA. —Río por lo bajo y respondo para tranquilizarla de una vez.

—Tranquila mamá, soy yo.

—¿Louis? —Pregunta ya tranquila y da un suspiro de alivio. —¿Por qué entraste por atrás?

No quiero asustarla ni alterarla diciendo que hay un hombre sospechoso frente a nuestro hogar, entonces me limito a responder con una mentira piadosa.

—Perdí mi llave del frente y en mi bolsillo tenía la de atrás, así que di la vuelta y entré. —Mi madre alza una ceja y me preocupo.

—Pero sabes que hay una copia de emergencia al lado de las escaleras junto a los arbustos... —Me sobresalto por su afirmación y me pongo nervioso, pienso un segundo una respuesta evasiva. 

—Eh... S-si, lo había olvidado. —No se me ocurre nada más.

—Bien, ya preparé la cena, en un segundo estará lista en la mesa. Sube y abrígate, te ves congelado, pero no hagas mucho ruido, las gemelas están durmiendo. —Saco el aire de mis pulmones aliviado.

—¿Fizzy  y Lottie no están?

—No, salieron con tu padre. — Hago un mueca. 

— Padrastro. —La corrijo. Suspira cansada y acepta mi respuesta para después besarme en la frente.

Me dirijo a mi cuarto dispuesto a cambiarme y miro por la ventana para cerciorarme si el hombre sigue ahí o no. Voy lentamente para no ser tan obvio y me asomo sólo un poco, no del todo; me sorprendo al no ver al hombre a primera vista, pero al enfocar mejor el lugar donde minutos antes lo había visto, me encuentro con una sombra y certifico que es de ese mismo hombre. Su sudadera junto a la penumbra provocan un efecto de película de terror que me hiela la sangre, me asomo por completo y quedo al total descubierto para el hombre, lo observo un segundo más y de un rápido movimiento cierro mis cortinas. 

Secuestro Inminente. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora