Oigo el despertador sonando pero estoy tan cansada que no soy capaz de levantarme, hasta que Cristian me dice:
- Vamos dormilona, que tienes que ir a la facultad.
- Buff, no, otra vez no.
- Sí, venga.
Es lunes, el primer lunes en que Fer pasará a buscarme para ir con él a la facultad. Además he decidido que ya es hora de decirle a Cristian que estoy embarazada, para lo que esta noche tendremos cena especial.
Finalmente consigo ponerme en pie y me voy corriendo al baño, pues las nauseas empiezan ya a hacer estragos en mi cuerpo, y cada dia son más evidentes. Me ducho, me peino y me arreglo, mientras Cristian me prepara el desayuno. A las ocho y media Fer llama a la puerta, voy corriendo hacia ella.
- Buenos días – Lo saludo.
- Buenos días, ¿Estás lista?
- Sí, a punto de marcha.
Cristian aparece tras de mí:
- Buenos días, Fer.
- Buenos dias Cris. ¿Qué tal todo?
- Bien, cuidamela.
- Desde luego, lo haré.
- Oye, ¿Por qué no te quedas luego a comer? Hoy haré macarrones.
- Bueno, si. A fin de cuentas es mejor que comer solo – dice Fer.
- Bien.
Le doy un tierno beso a Cristian en los labios, tras haberme puesto el abrigo y Fer y yo nos encaminamos al coche. Dentro de él y tras arrancar Fer me pregunta:
- ¿Cómo estás? ¿Cómo van las nauseas?
- Bien, de momento controladas, gracias a Dios que Cristian aún no se ha dado cuenta. Hoy se lo voy a decir.
- Fantástico, me alegro. Seguro que se lo toma bien.
- Eso espero, anoche estuvimos hablando sobre lo que había hablado con su psiquiatra en los últimos dias, y la verdad que su actitud ha cambiado mucho, no sé. Me sorprendió el viernes en la cena y luego cuando...
- Sí, la verdad es que sí, está mejorando. Eso es bueno.
- Sí. Además le caes muy bien, me lo dijo anoche.
- Él a mí también, creo que seremos grandes amigos.
- Eso espero – le digo.
Llegamos a la facultad y nos dirigimos a las clases, cuando llego a las escaleras que suben al segundo piso le digo:
- Me toca arriba hoy.
- Bien, nos vemos luego.
- Sí. Ten cuidado.
- Sí no te preocupes – le digo.
Empiezo a subir las escaleras, mientras él se queda al final observándome y cuando llego a la penultima de las escaleras, tropiezo, resbalo y caigo de espaldas hacía atrás, rodando luego por las escaleras, hasta llegar al final.
- ¡Ana! – Exclama Fer, arrodillándose a mi lado - Ana, Ana.
Y me desmayo.
Cuando despierto estoy en una habitación blanca junto a mí está Cristian.
ESTÁS LEYENDO
ATADOS
RandomSegunda parte de la historia Atada. Ana y Cristian emprenden una nueva vida tras su boda, Ana vuelve a la universidad y conoce a un encantador chico por el que se siente atraida. A Cris le cuesta volver a compartir a Ana con otro hombre, ahora que e...