CAPITULO 8 La noticia

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Oigo el despertador sonando pero estoy tan cansada que no soy capaz de levantarme, hasta que Cristian me dice:

- Vamos dormilona, que tienes que ir a la facultad.

- Buff, no, otra vez no.

- Sí, venga.

Es lunes, el primer lunes en que Fer pasará a buscarme para ir con él a la facultad. Además he decidido que ya es hora de decirle a Cristian que estoy embarazada, para lo que esta noche tendremos cena especial.

Finalmente consigo ponerme en pie y me voy corriendo al baño, pues las nauseas empiezan ya a hacer estragos en mi cuerpo, y cada dia son más evidentes. Me ducho, me peino y me arreglo, mientras Cristian me prepara el desayuno. A las ocho y media Fer llama a la puerta, voy corriendo hacia ella.

- Buenos días – Lo saludo.

- Buenos días, ¿Estás lista?

- Sí, a punto de marcha.

Cristian aparece tras de mí:

- Buenos días, Fer.

- Buenos dias Cris. ¿Qué tal todo?

- Bien, cuidamela.

- Desde luego, lo haré.

- Oye, ¿Por qué no te quedas luego a comer? Hoy haré macarrones.

- Bueno, si. A fin de cuentas es mejor que comer solo – dice Fer.

- Bien.

Le doy un tierno beso a Cristian en los labios, tras haberme puesto el abrigo y Fer y yo nos encaminamos al coche. Dentro de él y tras arrancar Fer me pregunta:

- ¿Cómo estás? ¿Cómo van las nauseas?

- Bien, de momento controladas, gracias a Dios que Cristian aún no se ha dado cuenta. Hoy se lo voy a decir.

- Fantástico, me alegro. Seguro que se lo toma bien.

- Eso espero, anoche estuvimos hablando sobre lo que había hablado con su psiquiatra en los últimos dias, y la verdad que su actitud ha cambiado mucho, no sé. Me sorprendió el viernes en la cena y luego cuando...

- Sí, la verdad es que sí, está mejorando. Eso es bueno.

- Sí. Además le caes muy bien, me lo dijo anoche.

- Él a mí también, creo que seremos grandes amigos.

- Eso espero – le digo.

Llegamos a la facultad y nos dirigimos a las clases, cuando llego a las escaleras que suben al segundo piso le digo:

- Me toca arriba hoy.

- Bien, nos vemos luego.

- Sí. Ten cuidado.

- Sí no te preocupes – le digo.

Empiezo a subir las escaleras, mientras él se queda al final observándome y cuando llego a la penultima de las escaleras, tropiezo, resbalo y caigo de espaldas hacía atrás, rodando luego por las escaleras, hasta llegar al final.

- ¡Ana! – Exclama Fer, arrodillándose a mi lado - Ana, Ana.

Y me desmayo.

Cuando despierto estoy en una habitación blanca junto a mí está Cristian.

ATADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora