CAPITULO 7 La aceptación

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Son casi las ocho y estoy nerviosa. Cristian está terminando de preparar la cena. Se está esmerando mucho para que todo funcione y eso me encanta. Me hace feliz. Me he puesto un vestido estrecho con escote de pico recomendación de Cristian para recibir a nuestro invitado. No dejo de andar de un lado al otro del comedor.

- ¿Quieres parar quieta ya, cielo? Me está poniendo nervioso a mí.

- No puedo, ¿De verdad estoy bien con este vestido?

- Estas maravillosa, sino le da un infarto es que no sabe apreciar las cosas hermosas.

Cristian se acerca a mí y me abraza, luego me besa apasionadamente y siento como su polla crece entre su cuerpo y el mio.

- ¿Has visto el efecto que causas en mi?

- Sí.

- Pues seguro que en él también. Tranquilizate.

Vuelve a besarme y justo en ese momento suena el timbre. Me deshago de él diciendo:

- Fer – mientras corro feliz hasta la puerta.

Cristian me sigue y se coloca a mi lado.

- Vamos abre – me anima.

Abro la puerta y antes mí aparece Fer, con su dulce sonrisa, sus ojos azules y su enmarañado pelo rubio. Va vestido con un traje de pantalón gris oscuro y camisa a juego sin corbata.

- ¡Guau, estás preciosa! – Exclama al verme.

- Gracias.

- Bienvenido. Llevo media hora diciéndoselo – le dice Cristian, ofreciéndole la mano que se estrechan amigablemente – Pasa.

Fer entra y cierro la puerta. Cristian la pregunta:

- ¿Quieres tomar algo?

- Una cerveza, por favor.

Cristian salió hacia la cocina, mientras yo le decia a Fer.

- Siéntate.

- ¿Cómo estás?

- Bien.

- ¿Supongo que no tomarás alcohol hoy?

- No, no te preocupes.

Cristian sale con los vasos, a mi me trae una cola y él y Fer tomarán una cerveza. Se sienta a mi lado y empezamos una agradable conversación en la que Cristian le pregunta a Fer cosas sobre su vida personal. Así sabemos que tiene dos hermanos, que vive solo y que estudia magisterio por vocación, pues los niños le vuelven loco. Después cenamos y entre Fer y Cris parece haber una buena conexión, se parecen mucho por lo que descubro en su forma de ser y eso hace que congenien perfectamente.

Tras la cena nos dirigimos de nuevo al salón y Cristian pone música y le dice a Fer:

- ¿Por qué no bailais? Me gustarias veros.

Fer se acerca a mi y muy cortésmente, ofreciendome su mano, me dice:

- ¿Me permite este baile, señorita?

Sonrio y afirmo con la cabeza. Nos situamos en el centro del salón y empezamos a bailar. Al principio ambos estamos un poco cortados, pero a medida que la música suena y bailamos, nos vamos relajando. Nos miramos a los ojos y debido al roce de nuestros cuerpos siento como Fer empieza a excitarse. Miro a Cristian, nos observa atentamente y me sonrie como dando su aprobación. Miro de nuevo a Fer, veo el deseo en sus ojos y lo beso. Es un beso largo y apasionado, que me hace sentir que su verga aún se excita más. Cristian aplaude y eso nos hace despertar, por lo que rompemos el beso. Fer mira a Cristian, este mueve la cabeza afirmativamente dando su aprobación.

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