-Mierda, no está.

-¿Rodri? -musito aturdida.

-¿Eh?

Parece que no ha dado cuenta de mi presencia en el suelo. Pero cuando baja la mirada para verme, observo que los ojos claros con los que me cruzo no son los de Rodri. Débilmente, consigo pronunciar el nombre de aquel chico rubio.

-¿Guillermo?

-¡No, por favor! ¡No me llames así, lo odio! Llámame Guille, porfa -me tiende la mano para ayudarme a levantarme del suelo- Perdona, no te había visto.

-No importa -digo sacudiéndome los vaqueros. Ahora tendré que hacer el doble de esfuerzo para no derrumbarme emocionalmente delante de alguien.

-¿Tú no eres la chica del coma? -pregunta fijándose más en mí. Sin duda, odio sentirme observada.

-Sí, ya todo el mundo me conoce por eso.

-¿Alba?

-Preferiblemente. Gracias.

-Pues ya estamos en paz -añade con una sonrisa-, tú me llamas Guille, y yo a ti Alba.

-En fin... -me encojo de hombros- ¿Buscabas a alguien?

-Sí, vine a ver si estaba Rodrigo, pero creo que ya se ha ido.Tenía que devolverle una cosa -dice inspeccionando el aula con la mirada.

-No ha venido a clase.

Guille vuelve a mirarme.

-¿No? Pues vaya, necesitaba verle, la verdad.

Y yo...

-Quizás venga mañana.

-Mañana es sábado -me corrige-.Tengo que verle hoy y si dices que no ha venido es que se habrá puesto enfermo y tampoco saldrá esta tarde.

Me muerdo la lengua, no sabía ni que día era. Las noches sin dormir comienzan a pasarme factura. El solo hecho de pensar que no volveré a ver a Rodrigo hasta el lunes me consume por dentro. Siento como si fuese a derrumbarme entre las mesas de la clase. Me falta el aire, pero Guille ni se inmuta.

-¿Quieres acompañarme a visitarle a su casa? -pregunta de pronto Guille.

¿Cómo? ¿Ir a verle? ¿A su casa? Mi pulso vuelve a revivir ante esa posibilidad. Sólo por verle... intentaría ir a cualquier sitio, menos mal que no es al fin del mundo y es simplemente a su casa. Pero los resquicios de mi amnesia no me permiten recordar dónde vivía Rodrigo, o quizás es que nunca llegué a ir a su casa, aunque me parece muy poco probable esa opción. En todo caso, con sólo pensar, se me forma un bucle de recuerdos borrosos en mi mente, la cabeza me da vueltas...

Quiero salir de aquí...

Y ni siquiera Guille se da cuenta de que estoy a punto de derrumbarme. ¿Acaso soy invisible para él, o es solo que está ciego? Tropiezo hacia atrás y he de apoyarme en una mesa para no caerme. Guille me coge rápidamente del brazo para sujetarme.

-Eh, ¿te encuentras bien?

Me incorporo a duras penas pero no respondo a su pregunta, sólo me interesa una cosa:

-¿Está muy lejos la casa de Rodrigo?

~***~

Cuando llegamos al portal de Rodri miles de recuerdos inundan mi mente. Ya había estado aquí antes, más de una vez. En el trayecto del colegio a la casa de Rodrigo apenas he intercambiado unas cuantas palabras con Guille, me preguntó varias veces si quería irme a casa o si me encontraba bien. Respondí con monosílabos, nada más.

DespertarWhere stories live. Discover now